Sin ajuste no habrá futuro
Para sobrevivir en el poder, Milei tendrá que reconciliarse con los muchos que entienden que es necesario que la Argentina se acostumbre a vivir dentro de sus medios reales pero son reacios a apoyar a un personaje tan atrabiliario y despótico como él.
Al darse cuenta de que no le convendría continuar exasperando a quienes no coinciden con todo cuanto dice, Javier Milei decidió modificar su forma de comunicarse con la gente pero, por fortuna, no está dispuesto a cambiar su estrategia económica. Si bien la situación financiera ha mejorado desde que inició su gestión hace menos de dos años, el eslogan que popularizó, “no hay plata”, no ha perdido vigencia. Se trata de una verdad antipática que algunos que siguen festejando los resultados de las elecciones bonaerenses preferirían pasar por alto.
Basándose en el hecho evidente de que muchos votaron en contra de La Libertad Avanza porque los perjudicaba el letargo de “la microeconomía” que, para frustración de Milei, a pesar de la baja de la tasa de inflación aún no se ha reavivado, algunos dan a entender que debería estimularla aumentando sustancialmente el gasto público. Es lo que están pidiendo varios gobernadores provinciales y, claro está, la oposición peronista que cree que un nuevo estallido inflacionario heriría de muerte al gobierno.
Desde el punto de vista de los que quisieran tumbar a Milei sin que les preocupe lo que sucedería después, la ofensiva contra la austeridad no carece de lógica, pero convendría que los molestos principalmente por el rabioso estilo personal del presidente reconocieran que, por ahora cuando menos, la alternativa a la continuación del ajuste severo que está en marcha sería una recaída en el populismo hiperinflacionario.
Cualquier gobierno surgido de los comicios de 2023 hubiera tenido que optar entre un programa bastante parecido al mileísta por un lado y, por el otro, tratar de sacar provecho del caos financiero provocado por los ruinosos “planes platita” del kirchnerismo. Si un hipotético gobierno de Sergio Massa se hubiera negado a ajustar, lo hubieran hecho los mercados con la brutalidad que les es habitual.
La motosierra no llegó a la casta
El problema frente al país, pues, era encontrar la mejor forma de llevar a cabo el sinceramiento inevitable de una economía que no generaba recursos en cantidades suficientes como para permitirle satisfacer ni siquiera las demandas mínimas de buena parte de la población del país. Milei decidió hacerlo con su motosierra totémica y llamar la atención a su propia voluntad de castigar a aquellos sectores que no merecían su aprobación. Antes de asumir, prometió que los más golpeados serían los integrantes de “la casta” política responsable del desastre pero, huelga decirlo, éstos resultaron ser capaces de defender con éxito sus intereses corporativos, de suerte que, para sorpresa de nadie, los jubilados, discapacitados genuinos y otros grupos vulnerables terminaron encabezando la lista de perjudicados.
Para sobrevivir en el poder hasta fines de 2027, Milei tendrá que reconciliarse con los muchos que entienden que es necesario que la Argentina se acostumbre a vivir dentro de sus medios reales pero son reacios a apoyar a un personaje tan atrabiliario y despótico como él. No sólo su propio destino sino también aquél del país dependerá en buena medida de su capacidad para disciplinarse y, sobre todo, para renovar a su gobierno para que sea mucho más idóneo que el que improvisó entre gallos y medianoche luego de mudarse a la Casa Rosada y la quinta presidencial de Olivos.
Nada de eso le sería fácil. Para empezar, le sería imposible ampliar su base de sustentación sin privar a su hermana Karina del papel central que está desempeñando. Además de verse involucrada, justamente o no, en dos casos de presunta corrupción, el de $Libra y las coimas que, según el exjefe de la Agencia Nacional de Discapacidad Diego Spagnuolo, fueron pagados por empresas farmacéuticas, impidió que La Libertad Avanza se aliara formalmente con el PRO de Mauricio Macri y otras facciones de Juntos por el Cambio. Karina no quiere que se diluya el poder que consiguió su hermano en noviembre de 2023, pero a menos que el gobierno cuente con el apoyo de fuerzas que, cuando de la economía se trata, le son afines, podría perderlo por completo.
Para que la política de todo o nada que Karina impulsa sirviera, La Libertad Avanza tendría que hacerse tan hegemónica como era el peronismo en sus mejores momentos; a esta altura, la posibilidad de que lo haga parece bien remota. Como ya es notorio, el mileísmo ha atraído a una multitud de oportunistas decididos a sacar provecho de la popularidad de un hombre que logró saltar a la cumbre desde la pantalla televisiva. Puede que entre ellos haya algunas personas valiosas, pero, como nos recuerdan casi todos los días tantos legisladores libertarios, también incluyen a muchos sujetos estrafalarios que no están en condiciones de aportar nada útil a la sociedad desde la política.
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