Pesadilla para una familia neuquina tras un asalto

En enero dos sujetos la asaltaron y golpearon en su casa. Un delincuente fue preso y empezó a recibir graves amenazas

NEUQUEN.- Una familia de Neuquén convivió durante veinte días con una custodia policial en su casa las 24 horas, luego de haber sido asaltada y secuestrada por delincuentes a fines de enero. Uno de los ladrones fue detenido y se comprobó que tres días antes del golpe había sido beneficiado con la libertad condicional. Un hombre de más de 70 años resultó herido a culatazos y patadas. Tras el asalto, los cómplices mortificaron a la familia con amenazas telefónicas.

«Vamos a ir a matar a todos si reconocen a mi amigo en el juzgado», fue la advertencia que, por teléfono, lanzó uno de los integrantes de la banda que asaltó una vivienda y se alzó con una computadora, una cámara fotográfica digital, dinero en efectivo y el auto de la familia.

Una fuente policial informó que el episodio ocurrió el 30 de enero, durante la tormenta de granizo que castigó a una buena franja de la capital neuquina. La fuente consultada pidió mantener en reserva la identidad y domicilio de la familia, integrada por el matrimonio y dos hijos.

Según la policía, el hecho empezó a la una de la tarde cuando un delincuente ar

mado ingresó por el portón de la casona. Sin obstáculos llegó hasta la cocina y sorprendió a uno de los hijos del matrimonio. Mientras lo mantenía inmovilizado con el caño del revólver en la cabeza, otro ladrón se desplazó sigiloso por el comedor y, dirigiéndose al matrimonio, exigió a los gritos la entrega de dinero.

La fuente consultada consignó que los cuatro integrantes de la familia fueron atados con cinta de embalar y debieron permanecer en el piso sin mirar a los delincuentes a la cara. El hombre, de alrededor de 70 años, aun sin ofrecer resistencia, fue golpeado en el cráneo con la culata de un arma y sus costillas crujían tras cada patada. Quedó sangrando en el piso. «Viejo de mierda, mirá lo que me hiciste; te tendría que cagar a tiros», le dijo el delincuente al ver que su ropa se había salpicado con sangre que emanaba profusamente del cráneo del anciano.

Más de 45 minutos duró el episodio, en el que los cuatro integrantes de la familia permanecieron atados y a merced del ánimo de los asaltantes. «Estaban muy nerviosos» dijo una fuente policial.

La policía dijo que los delincuentes se alzaron con una máquina fotográfica digital, una computadora y alrededor de 2.000 pesos.

La huida de los sujetos se precipitó con un oportuno llamado telefónico, se informó.

Con el botín en su poder, los sujetos escaparon a bordo del Ford Galaxy familiar.

Al cabo de unos minutos, uno de los integrantes de la familia zafó de las ataduras y salió a la calle a pedir ayuda sus vecinos. La policía –una patrulla de la comisaría 16- llegó casi al instante y con una escueta descripción de los delincuentes salió a buscarlos. Hubo un singular dispositivo policial del que tomaron parte varios móviles y una decena de uniformados.

Un par de horas más tarde, fue hallado el automóvil con la computadora en el interior. El rodado había sido abandonado en Gatica al final, en inmediaciones del río Limay donde, según la policía, hay un «aguantadero».

Según la policía, un joven de unos 20 años fue detenido en las inmediaciones de ese lugar cuando se observó en su pantalón manchas de sangre.

Desde ese momento comenzó la segunda etapa de la pesadilla para la familia. El teléfono de la casa no dejó de sonar, y no con muestras de solidaridad o para aportar información de los delincuentes, sino para que uno de los sujetos advirtiera que todo el grupo familiar iba a «ser boleta» si el ladrón caído en desgracia fuera reconocido por alguna de las víctimas.

En otro llamado, el desconocido le propuso a uno de los hijos del matrimonio devolverle la cámara fotográfica a cambio de no participar de la rueda de reconocimiento. Y hubo otras llamadas por el estilo. Incluso una en la que el delincuente le preguntó por qué tenía a la «yuta» en la casa.

Se informó que ningún integrante de la familia fue citado para el reconocimiento del detenido. Pero un ADN a las manchas del pantalón que usaba el arrestado confirmó que se trataba de sangre del hombre herido.


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