Plazas secas a diez cuadras del río Negro

En algunas ni siquiera quedan rastros de verde. La antítesis es la rotonda Pagano, de acceso a la ciudad.

VIEDMA (AV).- El césped amarillento –donde aún resiste a pesar de la eterna sed– es el común denominador en las plazas de los barrios viedmenses. En algunas directamente ni rastros de verde quedan, como en la del Inalauquen. Se advierte que ese lugar es una plaza por los juegos infantiles y las luminarias. Lo mismo sucede en la que lleva el nombre de “Luciana Peralta” en el Santa Clara. Ambas están ubicadas a no más de diez cuadras del río Negro y a unas cinco de la rotonda Pagano en la que da gusto ver el verde del césped que contrasta con las rosas rojas, gracias al riego por aspersión que les da agua a diario. Igual que el espacio verde que extiende a la vera de la calle Leloir. Es una rotonda de ingreso a la ciudad que distribuye el tránsito hacia algunos barrios y la provincial Nº 1 que conduce a El Cóndor. Se ubica justo enfrente a un gran híper. Claro, no es tan espaciosa como una plaza pero hace a la diferencia. Unas cuadras más alejadas se encuentra la del barrio Zatti que hace años dejó de verse verde porque manos ajenas se llevaron la bomba que posibilitaba el riego y nunca más fue repuesta. Los únicos que crecieron fueron los árboles gracias al mantenimiento de los vecinos y a que sus raíces toman agua por sí solas. Aquí muchos vecinos tienen la necesidad de un patio grande, de sombra en las tardes cuando el intenso calor expulsa a las familias de las viviendas, donde no alcanza para el aire acondicionado. A veces tampoco hay para acercarse a la costa del río y la plaza puede ser un alivio para chicos y grandes. En el recorrido de ayer de este diario, los vecinos del Zatti destacaron que el mes pasado les colocaron juegos y más iluminación en esa manzana que con escasa luz permitía encuentros nocturnos de jóvenes que generaban preocupación. Además esta plaza está ubicada a sólo un par de cuadras del bulevar Sussini, que viste un impecable manto verde gracias al riego por aspersión. También se observaron juegos de colocación reciente y luminarias en las plazas de Las Flores y del Lavalle, que en las tardes y durante los fines de semana se llenan de niños que se disputan las hamacas, le sacan lustre al tobogán cerrado, a los sube y baja o juegan en el panel tatetí, bajo la mirada atenta de los adultos que se refugian a la sombra de los árboles. Parece una ironía que a unas diez cuadras de un par de barrios viedmenses corra caudaloso el río Negro para descargar en el mar miles de litros por segundo que se pierden, cuando persiste la sequía en tantos espacios que necesitan recuperar el verde. En la mayoría de las plazas recorridas se pudo observar una construcción al ras del piso que se supone es la casilla para la bomba de agua. A ello se suma que en algunos casos –como en el Zatti– fue sustraída pero también existen sistemas de seguridad para evitar el robo y ofrecer el servicio.

Viedma


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios