Caso Belsunce: «El golpe con la canilla lo deduje yo», declaró el primer médico que asistió a María Marta

Juan Ramón Gauvry Gordon, el médico de la primera ambulancia que llegó para asistir a María Marta García Belsunce cuando hace 20 años fue asesinada en el country Carmel de Pilar, y que fue condenado por encubrimiento pero luego absuelto, declaró hoy que fue él y no alguien de la familia quien
dedujo que la muerte había sido accidental y provocada por un golpe con la canilla de la bañera.

Gauvry Gordon recordó además que estando preso le pidió perdón al viudo Carlos Carrascosa por no haberse dado cuenta de que había sido un crimen a balazos.

“Me destruyeron la vida 20 años. Esto no se termina nunca más para mí. La Justicia no fue justa. Nadie me pidió perdón ni me dijo ‘nos equivocamos’. Yo llegué al lugar para intentar salvar una vida”,

dijo al declarar hoy como testigo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, en el tercer juicio por el caso Belsunce.

Es que el médico fue juzgado y condenado en 2011 en el segundo juicio por el caso como uno de los encubridores del crimen, a una pena de tres años de cárcel, en un fallo que luego fue revertido por el Tribunal de Casación que lo dejó absuelto en 2015.

“Cuando estaba preso en el penal de Campana, a Carrascosa le dije que lamentaba no haberme dado cuenta que a la mujer le había pegado cinco tiros en la cabeza”, confió Gauvry Gordon ante los jueces, sobre los pocos días que, luego de su condena, compartió en la misma cárcel que el viudo hasta que salió excarcelado.

El profesional explicó que aquel 27 de octubre de 2002 entró a trabajar a las 19 o 19.15 a la base Pilar de la empresa Paramedic y recibieron un “código rojo” para el country Carmel para “una mujer con pérdida de conocimiento” y que, por los que le dijeron, “respiraba poquito”.

Explicó que al llegar al country, los condujeron con un carrito de seguridad hacia la casa, que allí fueron recibidos por quien después supo era el marido de la paciente, Carrascosa, que bajó con el chofer los elementos necesarios para realizar maniobras de resucitación y que cuando subió al primer piso se encontró con otras dos personas que habían intentado hacer RCP: la masajista Beatriz Michelini y el por entonces estudiante de medicina Diego Plaza.

Gauvry Gordón explicó que hizo RCP y buscó una reacción durante “20 minutos” pero que no se pudo revertir el cuadro. “Tenía tres orificios digitoformes, que eran del tamaño de mi dedo. Introduje solo la punta del dedo, no la primera falange. Me pareció un accidente doméstico. Traté de buscar la mecánica del accidente. Era un baño complicado”, comentó.

Y agregó: “Le busqué la explicación a una muerte estúpida. Pensé que se golpeó con la viga al levantarse, que tambaleó y se cayó a la bañera, entre los grifos, que era un objeto punzocortante, y se desvaneció en la bañera donde se ahogó”.

“El golpe con la canilla lo deduje yo, no me dijeron”, remarcó el eximputado y ahora testigo al dejar en claro que nadie de la familia le sugirió cuál podría haber sido el mecanismo de la muerte.

Agencia Télam.


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