Estafa con planes sociales en Neuquén: «Soiza tenía la última palabra»

Una testigo, empleada del Ministerio de Desarrollo Social, declaró que cobraba cheques destinados a beneficiarios de planes sociales y creía que era "una tarea más".

Una empleada administrativa de la dirección de Planes Sociales de Neuquén declaró este martes que para ella era «una tarea más» cobrar cheques destinados a desocupados. «La mayoría de mis compañeros de trabajo lo hacía», señaló. En ese lugar había 50 empleados.

La testigo, cuyo nombre se mantiene en reserva, dijo en el juicio que en una oportunidad le preguntó al director de Fiscalización, Néstor Pablo Sánz (uno de los principales imputados) si «endosar los cheques para cobrarlos me podía perjudicar en algo, y me dijo que no».

El dinero que retiraba por ventanilla en cualquier sucursal del Banco Provincia de Neuquén se lo entregaba en mano a su jefe, quien a su vez lo depositaba en la ya mítica caja azul.

«Yo la ví abierta, estaba llena de dinero», señaló la mujer.

Planes para todos


De manera implícita, ella entendió que debía colaborar porque le estaban pagando planes sociales a uno de sus seis hijos, a uno de sus nietos y hasta a su madre, a pesar de que cobraba otro beneficio.

Relató cómo obtuvo esos planes que nunca pidió: «vino un compañero de trabajo a mi casa y me preguntó si tenía conocidos o familiares que pudieran recibir un plan. Anotó el DNI de mi hijo y de mi nieto. También estaba mi mamá pero yo le expliqué que cobraba una pensión de la Ansés, y me pidió el documento igual. Los tres empezaron a cobrar».

Lo que no supo hasta mucho después fue que cada uno recibía 8.000 pesos en efectivo, pero les depositaban 49.000. La diferencia se la quedaba la banda acusada de la estafa.

El monto total actualizado, según la fiscalía, supera los 1.100 millones de pesos.

Quiénes manejaban la lista


La testigo explicó que a la mesa de entradas llegaba una lista de potenciales beneficiarios de planes sociales. Ella la recibía y se la pasaba a Marcos Osuna, otro de los imputados. Se hacía un cruce para verificar los datos y la nómina llegaba a Néstor Pablo Sánz, también acusado.

Describió que Ricardo Soiza «era el jefe máximo» y tenía «la última palabra respecto de quién entraba en una lista de beneficiarios de planes sociales».

La testigo demostró algunas limitaciones para responder algunas preguntas. Explicó que terminó la primaria a los 37 años, en 2005.

Pero según declaró, en 2007 le daban un cheque por un monto global destinado a pagar subsidios en el interior de la provincia. «Yo lo cobraba e iba con el efectivo a pagar a los beneficiarios, porque no había tantas sucursales del Banco Provincia de Neuquén».

La modalidad con cheques


Más cerca en el tiempo, antes de la pandemia, señaló que había diferentes modalidades para hacerse del dinero de beneficiarios. Una era con cheques de planes sociales librados directamente a nombre de empleados del ministerio de Desarrollo Social, que cobraban por ventanilla y entregaban el efectivo a Sánz.

Otra era con cheques a nombre de beneficiarios se presume reales que tenían un endoso sin aclaración, supuestamente falso. «Yo le hacía un segundo endoso, iba y lo cobraba», señaló. Creía que era una «tarea normal» porque todos sus compañeros la cumplían.

Sabe que hay un sumario pendiente en su contra, pero nunca la citaron.

En la audiencia de este martes también declaró una de las arrepentidas que reveló el paso a paso de la maniobra y el rol de cada imputado, como se informa en detalle en esta nota.

Un cuarto intermedio insólito


La mujer, de 32 años y en situación vulnerable, declaró en un evidente estado de angustia. Sin embargo, cuando su relato -guiado por el interrogatorio del fiscal jefe Pablo Vignaroli- llevaba 50 minutos, el Tribunal dispuso un insólito cuarto intermedio porque uno de los abogados defensores tenía otra audiencia.

El juicio que presume de ser el más importante de los últimos años en la provincia, el más organizado, el que sumó más audiencias previas para que el azar intervenga lo menos posible, tropezó con un bache inexplicable en medio de la declaración de una de las testigos más importantes.

Hasta ahora el Tribunal que preside Juan Kees e integran Juan Guaita y Luciano Hermosilla ha demostrado templanza para manejar un juicio complejo, con 14 imputados, cuatro fiscales, un fiscal de Estado y 9 defensores. Pero el testigo es uno de los activos más valiosos en el proceso penal. Tenerlo esperando porque el inicio de las audiencias se demora -el abogado que solía llegar tarde ya renunció-, interrumpir su declaración en medio de un hilo de interrogatorio por el compromiso de un letrado que no previó reemplazo, e incluso discutir objeciones en su presencia, no parece la mejor manera de cuidarlo.


Una empleada administrativa de la dirección de Planes Sociales de Neuquén declaró este martes que para ella era "una tarea más" cobrar cheques destinados a desocupados. "La mayoría de mis compañeros de trabajo lo hacía", señaló. En ese lugar había 50 empleados.

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