Las claves del triunfo de Massa sobre Milei en el debate presidencial

El libertario no la pasó bien en el debate presidencial porque Massa lo sacó de eje, manejó la discusión y hasta logró que se omitieran los aspectos que más lo perjudican.

La pelea dialéctica, en el debate presidencial, a la que se prestaron el domingo por la noche los dos candidatos que disputarán la presidencia de la Nación en la segunda vuelta electoral del 19 de noviembre, tuvo un claro ganador, hasta para los analistas más cercanos a las ideas del libertario. Por acción u omisión, Sergio Massa salió favorecido del debate, con una actitud mucho más incisiva que Javier Milei y un encomiable manejo de los tiempos.

El debate tuvo contraataques claros de Milei allí donde Massa pisa en terreno minado (la corrupción, la inflación, la crisis económica, la pobreza) pero nunca quedó instalado como eje de la discusión: el ministro de Economía la tuvo siempre fácil y hasta dosificó su intensidad después del primer bloque, tal vez asesorado por sus colaboradores.

Diez puntos para entender por qué Massa fue más que Milei en el debate


El fantasma del kirchnerismo. Milei acertó cuando relacionó a Massa con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y las denuncias de corrupción, pero el ministro contratacó con certeza porque subió también al escenario del más nuevo de los aliados del libertario, Mauricio Macri. “No vine a discutir ni a Macri ni a Cristina ni el pasado. Es vos o yo. Y los argentinos lo que tienen que elegir es quién tiene la templanza, la capacidad, el equilibrio mental, el contacto con la realidad como para poder llevar adelante la Argentina”, retrucó.

Malvinas y Thatcher. «En la historia de la humanidad hubo grandes líderes, Thatcher lo fue, como Regan, como Churchill y otros. Lo que pasa es que yo entiendo que Thatcher tuvo un rol significativo en la caída del muro de Berlín que a vos te molesta que se haya caído y haya aplastado a la izquierda», disparó Milei con la idea de provocar a Massa, pero en cambio recibió un contraataque letal: «Thatcher es una enemiga de la Argentina y nuestros héroes son innegociables, aunque para vos sea una figura. Defiendo la soberanía de la Argentina».

Subsidios. “¿Vas a eliminar los subsidios? ¿Sí o no? Hay gente que espera respuesta. A Feinmann le dijiste que sí”, avanzó Massa. «Ya te dije que no”, le respondió Milei, que había aclarado que esos beneficios se eliminarían una vez se recupere la economía. “O sea que le mentiste a Feinmann”, retrucó Massa.

La venta de Vaca Muerta. La había anunciado en una entrevista, pero el domingo aclaró: «esa es una cuestión provincial. Yo no me tengo que meter», en referencia a la propiedad de los recursos naturales.

Fuerzas de seguridad y fuerzas armadas. En el bloque sobre combate del delito, Massa reiteró su idea de unir a las cuatro fuerzas federales de seguridad (Policía Federal, Gendarmería, PSA y Prefectura) en una agencia de seguridad con sede en Rosario. Milei se enredó entonces en una propuesta que no podría incluir a las fuerzas armadas porque «después viene alguien y los juzga por delitos de lesa humanidad». Massa le explicó: «Estás mezclando las fuerzas armadas con fuerzas de seguridad».

Inflación. «Tenemos un alto riesgo de hiperinflación, este es el modelo de la casta. La maquinita de imprimir billetes genera inflación. Estamos camino a otra hiperinflación. El ajuste la política siempre lo hace subiendo impuestos, no bajando el gasto, eso hace inviable el Estado”, empezó Milei su ataque al flanco más débil del ministro de Economía. Si el debate hubiera seguido por ese carril, Massa habría salido de su zona de confort, pero también en este caso manejó la dialéctica para encauzarla hacia su conveniencia.

Comercio internacional. Massa lo apuró y Milei aclaró que la ruptura de relaciones con Brasil y China que propone no afectará el comercio con esos países porque -adujo- se trata de acuerdos entre privados. Y hasta tiró la idea de una «triangulación» para seguir enviando productos argentinos a esos mercados. «Claramente está mandando a nuestros exportadores a Brasil o China triangular vía Panamá. La Argentina transformada en una guarida fiscal», retrucó Massa, quien profundizó sobre el desconocimiento del rol que tienen los Estados en el comercio entre países.

La casta y la decadencia. El libertario no pudo hacerse fuerte en su prédica contra la política profesional. Arrancó con: «Argentina lleva 100 años de decadencia. Eso es consecuencia del modelo de la casta y su idea de que donde hay una necesidad nace un derecho. Los recursos son finitos», pero, con el esquema más flexible de este debate, a diferencia de los anteriores, no pudo continuar porque sucumbió a los retruques de Massa.

Momentos de debilidad. Massa venía de hablar de una decisión de Patricia Bullrich, cuando era ministra de Seguridad de Macri, que perjudicó «el seguimiento y control de Los Monos» en una cárcel de Rosario. Cuando terminó, se hizo un silencio:

-¿Y qué me querés preguntar? -preguntó Milei.

-Nada, te di la palabra -se sorprendió Massa.

-Ah, bueno. Gracias. Te la cedo -replicó Milei.

El cáncer. “Desgraciadamente estamos frente a alguien que mintió toda campaña o miente esta noche. ¿Vas a dolarizar o no la economía?”, inquirió Massa. Milei contestó: “Sí, vamos a dolarizar la economía, vamos a cerrar el Banco Central y terminar con el cáncer de la inflación”.


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