Pony Oviedo, una vida al lado del fútbol en Río Colorado

A puro corazón, Aníbal lleva más de tres décadas difundiendo la actividad de inferiores. Su programa fue declarado de interés comunitario, deportivo, cultural, educativo y social.

Desde hace 30 años, la difusión de las divisiones formativas de los clubes de Río Colorado tienen su espacio exclusivo, en la radio y televisión, “El rincón del fútbol menor”, conducido por Aníbal Valentín Oviedo.

Cada sábado a lo largo de estas tres décadas, Pony supo marcar a fuego y con un sello propio la actividad a través de la difusión de las inferiores, aunque estas coberturas no sean rentables y mucho menos si la exclusividad es en el fútbol menor.

“Cuando uno decide emprender algo, lo tiene que hacer convencido, con dedicación, sabiendo que no vas a ganar plata. Soy fanático del fútbol y si hoy llegué a cumplir tantos años en esto es porque le puse mucha pasión y corazón por esta actividad, que también tiene un fuerte acompañamiento de mi familia,” resume Aníbal en diálogo con Río Negro.

Casi con asistencia perfecta, cada sábado con su bolso, cuadernos, lapicera, un grabador se lo puede ver detrás del alambrado mirando los encuentros de los más chicos.

Durante muchos años se lo vio en una bicicleta para recorrer las canchas y luego en una moto 50 cc, que utilizó hasta hace poco tiempo.
Aníbal conoce en primera persona la realidad de cada jugador, equipo, técnico y club.

Sus coberturas incluyen reportajes a los pequeños grandes protagonistas de cada jornada.

Supo viajar junto con uno de sus hijos, Diego, para la cobertura de la participación de equipos locales en torneos fuera de la localidad. No la pasaron bien, durmiendo en el piso o apenas con una colchoneta, y con un sándwich que era almuerzo y cena a la vez.

“Nunca fui de molestar, ni de pedir. Recibí cuando me ofrecieron voluntariamente y nunca reclamé cuando estando ahí nos ignoraban. A mis hijos siempre les enseñé el sacrificio que se tiene que hacer por las cosas que uno quiere”.

Además Pony puede darse el “lujo” de ser crítico de algunas situaciones que muchos callan por desconocimiento o por conveniencia.

“Las divisiones menores, en los torneos oficiales y en los campeonatos que se arman al finalizar el calendario oficial, son la mayor entrada de dinero que tienen los clubes. Pero no se ve que esos recursos vuelvan a ellos, se los destinan a las categoría mayores. Me toco ver arqueritos atajando sin guantes, chicos jugando sin canilleras y otros que no pueden entrenar porque tienen un solo par de zapatillas. Algunos llegaban a los entrenamientos o a los partidos con hambre y en el club para el que jugaban miraron para otro lado”, reflexionó.

Aníbal tiene un vínculo de amistado con los chicos, que empezó un 19 agosto de 1990 por casualidad.

“Un sábado que fui ver jugar a uno de mis hijos y se me ocurrió llevar a la radio los resultados. Después llevé las formaciones y así se me fue haciendo costumbre, hasta que un día el recordado Luis Ricardo Gumilar me invitó que los leyera al aire y desde ese momento formé un espacio propio para difundir las actividades de los chicos”.

“No me quedo solamente con lo deportivo, me gusta buscarles un apodo, sus costumbres, sus gustos, involucrarme con su familia, porque cada uno de esos chicos tienen una historia detrás. Y se que tanto ellos como la familia están atentos al programa”, comenta.

«Cada uno de esos chicos tienen una historia detrás», dice Pony..

Cada fin de semana en su recorrido mantiene contacto con centenares chicos de las distintas categorías y suele ir a entrenamientos para saber si hay lesionados, si hay modificaciones en el equipo o si aparece una cara nueva.

“En estos años son incontables los recuerdos y anécdotas, lindas y de las otras. A muchos de ellos los vi crecer y hoy ya son jefes de familia. Hoy con esta pandemia que estamos sufriendo, me tiene encerrado, con todo el deporte paralizado. Seguramente va a tardar en volver la actividad como estábamos acostumbrados. Se van pasando los sábados y cada fin de semana se extraña muchísimo”, finaliza.


Pony acompañó al fútbol local en Río Colorado con la iniciativa de distinguir a jugadores de todas las categorías de todos los clubes. Ese evento llevaba 27 años consecutivos, llegando a premiar a unos 4000 deportistas.

En la entrega de premios.

Cada fin de temporada reúne a unos 150 chicos, ternados por categorías, además goleadores y vallas menos vencidas, de donde sale la distinción del año.
La decisión fue propia, acompañado por su familia: cada año recorren oficinas y comercios, buscando apoyo económico para llevar adelante la ceremonia.
El año pasado (2019) por la situación económica de la localidad fue imposible de realizar la fiesta y este año será otro año perdido.


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