Por qué una madre llega a golpear a una maestra

Cuatro especialistas en educación analizan la impunidad de los padres y la actitud docente.

El grado de violencia en las escuelas reclama un debate urgente de todos los sectores involucrados.
Las dos últimas semanas estuvieron colmadas de hechos de violencia en las escuelas, protagonizadas por padres que golpearon a los docentes porque sus hijos habían repetido de grado. Roca no escapó a esta realidad, donde la perjudicada fue la docente Margarita Navarrete, de la escuela 32, quien realizó la exposición policial y denuncia penal correspondientes.

¿Por qué ocurren estos hechos, donde la impunidad -sobre todo de los padres para maltratar y amenazar a los docentes- pareciera no tener límites? En el caso regional, la madre le habría llegado a decir a Navarrete: «Mi hijo repite y vos no vivís».

Más allá de que ahora las puertas de la escuela 32 estén cerradas a todo extraño a la institución y haya custodia policial, este nuevo grado de violencia en las escuelas llama a un debate urgente para encontrarle una salida.

«Río Negro» consultó a expertos en el tema, que dieron sus apreciaciones con propuestas implícitas. Raúl Moroni, Mónica Coronado y Daniel Martínez Zampa, magister en administración y resolución de conflictos.

• «Si una escuela no trabaja con los padres, no los integra participativamente tal como lo indica la Ley Nº 24.195 o por lo menos ni siquiera intenta hacerlo, la posibilidad de conflicto es siempre mayor», sostiene Raúl Moroni, autor de «Convivencia: un problema clave para la nueva escuela» (Troquel, Buenos Aires, 1999).

En el contexto de «malestar social» que predomina en nuestra comunidad, la frustración de un hijo para un padre potencia su propia frustración («el acumulado de la vida», como se dice).

Sin embargo, que un papá o una mamá se animen a pegarle a un docente porque su hijo no aprueba es todo un dato que nos dice que ya la escuela no es «intocable» como sí lo fuera otrora.

«Es preciso que los docentes y los directivos entiendan que la convocatoria a la participación es algo serio. La necesidad de realizar Acuerdos de Convivencia Institucional con participación de los padres y alumnos es fundamental. Allí se pacta y concertan las normas por las que se regirá la escuela y también las sanciones que le caben a quien infrinja dichos Acuerdos», agrega.

Cuando un alumno «anda mal» es preciso que la escuela convoque a su familia con la debida anticipación para comunicar el caso. Si los padres no llegan a la escuela hay que ir a buscarlos. De lo contrario, cuando aparecen los fenómenos de fracaso estalla la ira y se desencadenan los conflictos. Debe mejorar la comunicación escolar, para dentro y para fuera. La escuela no es una isla, insiste el profesional que también fuera director en una Escuela Media. De esta experiencia, Moroni destaca: «desde el inicio del ciclo lectivo los padres sabían que todos los primeros martes de cada mes tenían un encuentro con el director y eventualmente los docentes de la escuela. La reunión era a agenda abierta y duraba 2 horas reloj. Allí quienes concurrían podían realizar todas las observaciones que deseaban y a la vez informarse sobre el rendimiento de sus hijos. Ocurre que hay que tener la voluntad de hacerlo».

• Mónica Coronado, psicopedagoga, profesora adjunta de la Práctica Profesional Psicopedagógica de la Universidad Católica Argentina de Mendoza, considera que la agresividad de los padres hacia los docentes tiene que ver con una serie de factores:

– La dificultad que tienen los padres para asumir la cuota de responsabilidad de educar a sus hijos. El docente es un mero chivo expiatorio de frustraciones que vienen de otro lado. Muchos autores hablan de la escuela «playa de estacionamiento»…. o guardería.

– Una cultura que enfatiza el «credencialismo», es decir, la posesión de un papel o título, aunque se sepa poco o nada. Si pasar de año es un indicador de «éxito», estamos perdidos… Cuando los padres perciben que la credencial está en riesgo tienden a creer, muy equivocadamente, que se trata de un pasaporte al fracaso. De allí que muchos padres, cuando el chico llega de la escuela le preguntan «¿qué nota te sacaste?» y nunca «qué aprendiste hoy».

– No hay en el sistema escolar apoyo o sostén para los docentes, que, desde lo institucional, no tienen acompañamiento para afrontar a padres perturbados u hostiles. En el caso de Río Negro, ¿qué dijo la ministra Mázzaro?.

Las estrategias de apoyo se centran, para Coronado, en:

-lo psicológico individual, requiere algún apoyo psicoterapéutico, en tanto que cualquier agresión provoca estrés postrau- mático, con sus correspondientes secuelas.

-lo institucional, necesita crearse una red de trabajo. Ya que no es el maestro quien «decide» la repitencia, sino el sistema que pone los parámetros de aprobación.

-lo cultural: repetir es una oportunidad de hacer de nuevo … cuando un niño no pudo aprovechar la enseñanza es preciso que tenga la posibilidad de aprender si no las carencias se notarán en el futuro… con toda seguridad. En muchos países personas muy destacadas no tienen empacho en decir que en su infancia repitieron de grado… es el exitismo el que dificulta las cosas.

– Lo gremial: el apoyo a los docentes contra padres e instituciones hostiles.

Para esta especialista, actos de violencia como el ocurrido en la escuela 32 de Roca «debe ser debidamente sancionado, no puede haber impunidad».

Horacio Lara

hlara@rionegro.com.ar


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