Prevención a la hora de tomar sol

Es necesario usar protección en la piel e hidratarse.

Los golpes de calor son prevenibles durante los meses de verano.

Tratar de quitarse la palidez del invierno exponiéndose de manera discriminada al sol puede ser dañino para la salud de la piel. Por eso, más que nunca, conviene recordar el riesgo del bronceado extremo y el de no tomar recaudos a la hora de someterse a la acción de los poderosos rayos ultravioletas (UV). La excesiva exposición solar y sin protección son las principales causas del incremento en todo el Mundo de los casos de melanoma maligno, el cáncer de piel más letal.

“En los últimos 30 años la incidencia mundial de melanoma está en aumento, lo cual es lógica consecuencia de los cambios de hábitos como una mayor exposición solar, secundario a la nefasta asociación entre bronceado y belleza y/o entre bronceado y salud”, señaló Gabriela Cinat, oncóloga del Instituto de Oncología Angel Roffo de Buenos Aires.

Por su parte, Carlos Silva, jefe de Oncología clínica del Hospital Británico, añade que “el crecimiento del melanoma tiene que ver con varias cuestiones. En principio, todo cáncer implica una alteración genética, donde juegan un papel principal los factores externos que promueven las mutaciones. Uno de esos factores es la exposición indiscriminada a las radiaciones ultravioletas”.

Según Silva, además, hay una mayor incidencia de cáncer en general porque la gente vive más y, por lo tanto, se cuenta con más tiempo para que se produzcan mutaciones genéticas.

A la hora de pensar en medidas de prevención, se insiste en la necesidad de cuidarse de la sobreexposición solar desde la primera infancia, y lo largo de toda la vida. Esto no quiere decir no tomar sol nunca; significa evitar las quemaduras solares siempre, y la exposición al sol en primavera y verano durante las horas del día en que la radiación es más intensa. Además se aconseja cubrirse con ropas adecuadas, sombrero y anteojos con filtro UV.

También es necesario hablar de los golpes de calor. Si una persona siente mareos o se desvanece, se la debe acostar en un lugar fresco y bajo techo, darle de beber líquidos frescos con bajo nivel de azúcar y se le puede colocar agua fría en las muñecas para aliviar los síntomas.

Otras señales de alerta son: dolor de cabeza, sensación de fatiga, sed intensa, náuseas y vómitos, calambres musculares, convulsiones, cese repentino de la transpiración, somnolencia y respiración alterada. Frente a estos signos es fundamental concurrir a la consulta médica.


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