Profundo pesar en el mundo educativo por la muerte de Cecilia Braslavsky

Fue una de las grandes pedagogas e investigadoras de la Argentina

Consternación y pesar vive el mundo académico y educativo latinoamericano por la muerte de la gran educadora argentina Cecilia Braslavsky, ocurrida el miércoles pasado.

Investigadora brillante, fue la primera argentina en dirigir el organismo de Naciones Unidas.

Río Negro la conoció cuando en los '80 vino a impulsar la reforma pedagógica provincial, que luego fue desmoronada sistemáticamente desde el mismo gobierno que la promovió.

Con esta muerte, la educación argentina perdió a una de sus grandes figuras, además de a una experta enamorada de su profesión.

Braslavsky, que tenía 53 años cumplidos el último 5 de enero y que deja una hija adolescente, lo era en un ámbito inusual para la Argentina y para los países de América latina, por los que tanto bregó: era doctora en Educación. Hija de la profesora Berta Braslavsky, maestra de los maestros argentinos y que la sobrevive casi con 90 años, Cecilia no podría haber seguido otra vocación que la de educar a los demás.

Sus títulos académicos dicen que egresó de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, a la que honró, con un diploma en Ciencias de la Educación; recibió un doctorado de la Universidad de Leipzig, Alemania. Fue profesora en la UBA y, entre 1984 y 1992, coordinadora educacional de la Facultad Latino Americana de Ciencias Sociales (FLACSO), donde compartió gestión con el hoy ministro de Educación, Daniel Filmus.

En 1993, cuando en el país se lanzó la reforma educativa, la maestra Braslavsky fue nombrada coordinadora del Programa Argentino de Contenidos Básicos: dirigió entonces los equipos de investigación que desarrollaron los contenidos básicos comunes, lo que sí o sí deben aprender todos los chicos, no importa en cuál región de este país vasto se eduquen.

Al año siguiente, Braslavsky fue directora general de Investigación Educaciona del Ministerio de Educación, hasta ser elegida, no hace mucho tiempo, para dirigir la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO. Fue la primera mujer argentina en alcanzar esa responsabilidad, que es también una distinción. Braslavsky era una apasionada de la educación. Y esa pasión, además de su saber profundo y su dedicación permanente, la que torna su figura casi irremplazable.

Su madre, Berta, actualmente tiene 90 años. Es otra gran figura de la educación nacional y latinoamericana.


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