Quieren montar una réplica del perezoso gigante en Las Lajas

Restos del mamífero, extinguido hace 8.000 años, fueron encontrados accidentalmente por obreros municipales.

LAS LAJAS (AN).- Los huesos del perezoso gigante encontrado en el barrio San Demetrio de Las Lajas no serán enviados a La Plata, sino que serán analizados por especialistas a partir de fotografías y filmaciones que la Secretaría de Cultura de la provincia enviará a especialistas de esa ciudad.

Los fósiles, detectados por una cuadrilla de trabajadores municipales, corresponden a seis vértebras de un mamífero del pleistoceno y a partir de la identificación se montarán para su exhibición en el museo que dirige Héctor Saavedra.

En la localidad prevén montar de una réplica de este gigante que integró la galería de grandes bestias, que se extinguieron hace unos 8.000 años y que en vida convivieron con los primeros habitantes de Patagonia.

Por un error de este diario se publicó que para su análisis los huesos iban a ser enviados al museo de Ciencias Naturales de La Plata, una institución que concentra a la mayoría de los especialistas en megafauna del Cuaternario.

En realidad, sólo se enviarán a La Plata imágenes de los restos óseos, explicó oportunamente el paleontólogo de la secretaría de Cultura de la provincia Rodolfo Coria.

La aparición de la mega fauna de mamíferos parece estar directamente relacionada con las obras.

Hace siete años, albañiles que trabajaban en las bases un gran edificio de Neuquén encontraron huesos que en principio se creyó eran dinosaurio. Cuando lo llevaron a un gabinete científico se dieron cuenta que era el cráneo de un megaterio, un pariente de los perezosos muy difundido hace 10.000 años.

La competencia por el alimento, el tamaño y la posibilidad de que las hembras pasaran a parir de dos a una cría habrían sido los factores que se sumaron para lograr la desaparición del perezoso gigante.

Lo más curioso de estos animales es su descendencia, los perezosos arbóridos que casi no tienen músculos y que pueden morir de un cambio de temperatura muy brusco. Son lentos y torpes. Tienen el estómago grande, comen un alimento muy fácil de conseguir pero magro en calorías: hojas de árboles. Del defecto, los perezosos hicieron la virtud y pasan desapercibidos para los rapaces, colgados de los árboles con los que se mimetizan.


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