Rácing sólo empató y le pierde pisada al puntero
No pudo con Estudiantes y el arquero Campagnulo volvió a ser la figura.
Un Rácing Club por demás desteñido acumuló ayer su tercer partido sin victorias al apenas igualar sin goles como local ante el tonificado Estudiantes, que en el segundo tiempo erigió en figura al arquero Gustavo Campagnuolo con una elogiable actitud ofensiva y acumuló méritos para quedarse con el triunfo.
Sobre el final del encuentro, el árbitro Fabián Madorrán expulsó al defensor de Estudiantes de La Plata Juan Manuel Azconzábal por una agresión a Maximiliano Estévez, cuándo no involucrado en una jugada polémica.
Azconzábal había ingresado a los 44 minutos del segundo tiempo en lugar de Farías, peligroso como siempre aunque esta vez no haya podido convertir.
El empate alejó a Rácing un poco más de la punta pues Ríver Plate le lleva ahora ocho unidades de ventaja, mientras que Estudiantes interrumpió una racha de tres victorias consecutivas pero, pese a merecer la victoria, recibió con buenos ojos el reparto en casa del último campeón doméstico.
El conjunto de Avellaneda, que venía de igualar como local ante Unión y de caer frente a Colón de la misma provincia, cumplió una actuación muy pobre, decepcionando a los hinchas que esperaban sumar de a tres para no perder el tren del campeonato.
En el primer tiempo, los veintidos jugadores corrieron mucho y pensaron poco, por lo que el desarrollo fue tedioso, trabado, carente de fútbol asociado y con apenas dos jugadas de riesgo, una por bando.
Rácing pareció perfilarse mejor en el arranque, especialmente porque Gerardo Bedoya generaba cierto peligro con sus proyecciones, pero enseguida el juego se emparejó hacia abajo, con dos equipos que tiraron pelotazos hasta el hartazgo.
A los 11, un remate de Adrián Bastía desde afuera del área pasó cerca del palo derecho y, a los 19, Claudio Ubeda despejó mal ante la presencia amenazante del «Tecla» Farías pero alcanzó a corregir el error antes de que fuera demasiado tarde.
La segunda etapa tuvo más emociones y mejor nivel, porque Estudiantes se vistió de equipo ambicioso y, con el fútbol que surgía de los pies de Roberto Pompei y Alejandro Osorio, comenzó a complicar a su rival.
Sobre los 13, Farías pateó desde ángulo cerrado y la pelota dio en la parte exterior de la red. A los 17, Campagnuolo le tapó un disparo al mismo Farías. Y, dos minutos más tarde, el arquero volvió a lucirse al quedarse con un peligroso zurdazo de Pompei.
A esa altura, Rácing era una suma de voluntades dispersas que se defendía y jugaba de contragolpe, aunque tampoco llegaba por esa vía. El local pasó un nuevo sobresalto seis minutos antes del final, cuando Mauricio Piersimone conectó un cabezazo que pasó por encima del travesaño.
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