Radares, en su peor versión

Volvió el tantas veces criticado sistema de control de velocidad en rutas con radares y multas. Por si fuese poco, volvió en su peor versión.

Por más que quieran disimularlo con un enorme esfuerzo de comunicación, el único fin es recaudar.

Para confirmarlo, basta con analizar la modalidad adoptada para la contratación del servicio. Se eligió a una entidad sin fines de lucro -Cecaitra- que paradójicamente ata sus resultados a la recaudación en concepto de multas. Así, de acuerdo a lo estipulado por la licitación de fines del año pasado, un 48% de lo recaudado (con la inestimable ayuda de la Policía de Río Negro) irá a engrosar las arcas de esta organización que nadie tiene muy en claro a quién pertenece.

Es una situación que solo genera preguntas. Veamos algunas:

¿Por qué tercerizar el servicio y entregar la mitad de la recaudación? ¿No era más transparente comprar los equipos, capacitar a la Policía y gestionar el sistema con recursos humanos del Estado, como se hace con el 911 y las cámaras de seguridad?

¿Se está pagando un precio justo por el servicio, teniendo en cuenta que el ingreso futuro es indeterminado?

¿Es un buen momento para implementar un plan de seguridad vial en medio de las severas restricciones a la circulación que llevaron los accidentes de tránsito a un mínimo histórico?

Demasiadas preguntas para un gobierno que no termina de hacer pie, pero que no duda a la hora de meterle la mano a los alicaídos bolsillos de los rionegrinos.

Juan Martín

Legislador rionegrino Juntos por el Cambio

ROCA


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