Ratzinger: «La Iglesia no debe actuar en política»

Sus palabras pesan en el país por la situación de Misiones. El ex obispo Piña dijo no sentirse incluido por esas advertencias.

Aunque no hizo alusión directa a la Argentina, el Papa Benedicto XVI se refirió a un tema latente aquí, donde la Iglesia se ha convertido en un nucleo opositor al Gobierno de Néstor Kirchner. Y específicamente en Misiones, donde el ex obispo de Puerto Iguazú, Joaquín Piña, será cabeza de la lista opositora en las elecciones constituyentes.

En este sentido, el Papa dejó en claro la postura del Vaticano: la Iglesia no debe hacer política.

En el IV Convenio Nacional de la Iglesia Católica italiana -que se lleva a cabo en Verona- Benedicto XVI expresó contundente: «No corresponde el cometido de actuar en el ámbito político para construir un orden justo en la sociedad, eso corresponde a los fieles laicos, entre ellos los cristianos laicos». Rodeado de todos los obispos italianos y ante 2.700 participantes, el Pontífice dijo que la Iglesia «no es ni pretende ser» un agente político.

El obispo emérito de Misiones, Joaquín Piña, quien encabeza la oposición a la reelección indefinida en la provincia, dijo ayer no sentirse «incluido» dentro de las advertencias del Papa. «Yo no me incluyo en eso que el Papa está diciendo», respondió el prelado.

Piña consideró que no forma parte del conjunto de religiosos advertidos por el Papa ya que la campaña que encabeza «no es una cuestión político partidaria».

El mensaje papal había resonado especialmente en Misiones, a raíz de la postulación de Piña como primer candidato a convencional por la oposición a la reelección indefinida del gobernador misionero Carlos Rovira.

«Yo aclaré desde un primer momento que no era un político», afirmó el ex titular de la diócesis de Puerto Iguazú.

Piña fue reemplazado en el cargo por haber alcanzado la edad límite para ejercer su tarea, pero la decisión del Vaticano generó suspicacias por surgir en medio de un clima de tensión entre la Iglesia y el gobierno nacional.

Ayer, Piña precisó que «no hubiese incursionado» en el proceso electoral de Misiones «por una cuestión política».

Desde su visión, la disputa por la reforma constitucional que permitiría la reelección indefinida «no es una cuestión política partidaria».

Por el contrario, el obispo emérito consideró que su participación al frente de la lista de candidatos a convencionales opositores «es una cuestión que va más allá de la política» y la enmarcó en «la defensa de la Democracia».

Cuando se le consultó si había recibido alguna sugerencia o recomendación de la Iglesia para que bajara el tono de la confrontación con el oficialismo, Piña respondió: «Tanto en la provincia como a nivel nacional yo me he movido con total autonomía». «A mí nadie me ha dictado una orden desde arriba», enfatizó.

El prelado afirmó que «en la Iglesia hay más libertad de lo que piensan muchos». A su lado, Pérez Esquivel y De Gennaro sonrieron. «Yo no consulté a nadie» dijo, tras lo cual admitió que no había pensado «en ningún momento» que su participación alcanzaría la «repercusión nacional que ha tenido». Sin embargo, Piña atribuyó al presidente Kirchner la nacionalización del conflicto misionero. En el marco de la puja electoral pero desde el kirchnerismo, el jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, viajará hoy a la provincia en representación del presidente Kirchner. (DyN)


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