Rebaño

No se confundan, los “rebaños” no tienen poder alguno, solo otorgan muy cómodamente su voluntad y el peso de su masa a quien los guía.

Ajenos a intenciones reales, desconociendo rumbo, alentados por quienes les hacen creer que todas sus penurias tienen un culpable impropio, ese que vencido cesará de ser su desgracia arremeten contra si mismos sin saberlo. ¿Cuántas veces más oiremos las mismas arengas y halagos en boca de quienes gestaron este presente? ¿Cuánta desmemoria arreará enojos en pos de reponer intereses tan mezquinos como los que hoy enojan?

Cada vez que veo a los argentinos “ganar” las calles con banderas, inflamados en patrióticos principios, los que evidencian desconocer por completo, recuerdo una muy estúpida guerra… Sé que como hace casi cuarenta años esta mi imprudente objeción hacia tamaño arreo de lo “no ganado” será leída como inadecuada, y vuelvo a asumir ese riesgo; pero es tan grande la idiotez de los nuestros, y tan mayúsculo y desprolijo el uso de esta cualidad que algunos hacen a modo de autosalvación que, si me permiten el término, asquea.

Tal vez sea hora de que le cuenten al “rebaño” el final del recorrido, ese que no es una Tierra prometida, sino la más mentirosa de las promesas, y en dónde solo se salva el pastor. Si levantan la mirada puede que vean con más claridad el real horizonte, quizás difícil pero posible con individuos, no masas.

Karina Zerillo Cazzaro

DNI 21.653.863

Mar del Plata


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