Reclaman a los concejales el control ambiental de las zonas protegidas

El grupo de residentes de la zona de Confluencia rural aseguraron que se repuso el cartel que marca el inicio de la zona de Hiroki, pero a unos 700 metros de su ubicación inicial.

Las vecinas y residentes de Confluencia rural exigieron explicaciones por la falta de cuidado ambiental de las autoridades municipales en las zonas protegidas del río Limay y más controles sobre el tipo de trabajo que se autorizó en la península de Hiroki por la ejecución del paseo costero.

La reunión en la comisión de Ecología se tornó ríspida alrededor del mediodía, cuando el grupo invitado a explicar su postura le exigía al presidente de la comisión, Camilo Echevarría (Frente de la Integración Neuquina), que rindiera cuentas de por qué si era parte de la Unidad de Gestión de las Areas Protegidas (UGAP) no había dado participación a los vecinos y se había convalidado el desmonte en la ribera.

“Está marcado en un croquis dónde es el área protegida, y se pidió mayor detalle. Aún no lo tenemos”, se defendió el concejal del FRIN.

“Defiendan el área protegida, empezando por un estudio serio en el que se reconozcan los humedales y se mencione el área protegida

Vecinas de Confluencia rural hoy en la reunión de Ecología del Concejo Deliberante

En varias de las intervenciones del grupo se solicitó mensurar la península Hiroki y se cuestionó que cuando la justicia ordenó volver a colocar el cartel que marca el ingreso a zona de  sendero por la que se llega a la confluencia de los ríos Limay y Neuquén, el portal fue restituído pero a unos 700 metros tierra adentro de donde estaba antes.

“Hay una causa abierta para proteger el lugar y los concejales no hacen nada, ni los que forman parte de la UGAP”, cuestionaron. Según se especificó, la UGAP, que convalidó los estudios de impacto que se presentaron por el desarrollo de los paseos costeros, está integrado por el subsecretario de Medio Ambiente de la comuna, Francisco Baggio y los concejales Echevarría y Atilio Sguazzini (MPN).

«Todos oficialistas», apuntó la concejal de la Democracia Cristiana, Nadia Márquez. «Nadie más quiso participar», rebatió Echevarría.

“No estamos en contra del paseo, pero no toquen el área protegida y consulten a especialistas”, solicitó la vecina Liliana Pasarín.

José Luis Benegas resumió que el mirador, inaugurado recientemente, fue antes un lugar donde se podía alcanzar la orilla para refresco de los pies. “Y ahora está lleno de piedras y uno no se puede ni acercar al río; faltó participación ciudadana; por qué antes de hacer un proyecto no se van hasta el lugar donde hoy está la destrucción, ven los humedales que se llenaron con escombros y destruyeron las zonas arboladas y hacen las cosas como corresponden en un camino costero”, planteó.

El vecino Cristóbal Amadeo le recriminó a Echevarría que había autorizado un informe de impacto ambiental con falencias, porque dos veces el juez que interviene en el amparo para la protección de la zona costera debió solicitar cómo se realizó el estudio y qué estrategia se planteó para el cuidado de los humedales. “Cómo aprueban estudios de impacto realizados en Buenos Aires, donde no se menciona la existencia de una zona que es área natural protegida ni se la nombra”; consultó.

Echevarría indicó que podrán participar de la próxima reunión en la que está prevista la consulta al subsecretario de Medio Ambiente del municipio, Francisco Baggio; y al encargado del control técnico de los paseos costeros, el subsecretario de Coordinación e Infraestructura, Alejandro Nicola.

El paseo costero tiene dos tramos: el de la península de Hiroki donde se unen los ríos, está suspendido. El tramo vial en la costa del Limay sigue en ejecución (foto Yamil Regules)

Además de los reclamos, fueron insistentes en exigir la reparación ambiental. “Quedó un desastre, nos tienen que decir de qué manera van a remediar, levantaron la costa más de tres metros, llenaron de basura un brazo de río, no pusieron contención y la basura que sale de la Paimún y se va por el río, no pensaron en la gente, podrían haber solucionado el proyecto de una manera más amigable, el lugar es un pulmón importante para la ciudad”, criticaron.

Los residentes de la zona de Confluencia rural insistieron en la necesidad de que los concejales y el Ejecutivo “se hagan cargo, reconozcan” la intervención que no fue amigable con el medio ambiente y que “defiendan el área protegida, empezando por un estudio serio en el que se reconozcan los humedales y se mencione el abordaje al área protegida”.

Las concejales presentes de la oposición aprovecharon a reforzar que si no se convocó a los vecinos “fue porque no se quiso, porque estaba en la ordenanza” dijo Nadia Márquez (DC), en tanto Natalia Hormazábal (FIT) exigió el cese de los trabajos y se determine la remediación en el lugar.

La concejala del Libres del Sur, Cecilia Maletti, propuso la presencia de los vecinos en la exposición de los funcionarios prevista para la semana próxima y quien reclamó una respuesta de las autoridades “sobre la verdad del estudio de  impacto ambiental” y el pedido de protección de la biodiversidad en la ciudad.


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