Avanza la investigación por los restos hallados en la casa donde vivió Gustavo Cerati y hay un sospechoso

Los restos óseos encontrados en el jardín de la casa donde vivió Gustavo Cerati, fueron identificados como pertenecientes a Diego Fernández Lima. Mientras avanza la investigación, el misterioso crimen ya tiene un sospechoso. Los detalles.

Continúa el misterio por el crimen de Diego Fernández Lima, el joven que desapareció en 1984 y cuyos restos óseos fueron hallados 41 años después, en el jardín de una casa del barrio porteño de Coghlan, donde vivió Gustavo Cerati durante los años 80.

El crimen parece acercarse a una pista fundamental, ya que la investigación ya tiene un principal sospechoso: un compañero de estudio de la víctima, cuya familia, de apellido Graf, todavía vive en la casa donde fueron encontrados los huesos. Los detalles.


Misterio en Coghlan: El día que Diego Fernández Lima desapareció


Diego Fernández Lima fue visto por última vez el 26 de julio de 1984. Tenía 16 años y estudiaba y jugaba al fútbol en Excursionistas. El día de su desaparición Diego regresó del colegio al mediodía, almorzó con su madre y luego le pidió dinero para tomar un colectivo. Dijo que iba a visitar a un amigo, pero no ofreció más detalles. La última vez que fue visto con vida fue en la esquina de Naón y Monroe, en Belgrano, a pocas cuadras de su casa.

Esa noche, al no tener noticias del joven, sus padres se dirigieron a la Comisaría 39 para denunciar la desaparición. Sin embargo, los agentes se negaron a tomar la denuncia. “Se fue con una mina, ya va a volver”, les dijeron, según relató tiempo después la familia.

Diego era estudiante de la ENET N.º 36, el día de su desaparición vestía uniforme escolar, un dato clave que fue reconstruido recientemente gracias a objetos encontrados junto a los restos. La búsqueda de Diego fue intensa; se repartieron volantes y se difundió en medios, sin embargo no prosperó.


Avanza la investigación por los restos hallados en la casa donde vivió Gustavo Cerati y hay un sospechoso


El crimen de Diego Fernández Lima parece tener una pista fundamental: la investigación apunta a un sospechoso, un compañero de estudio de la víctima, cuya familia, de apellido Graf, todavía vive en la casa donde fueron encontrados los huesos.

La conexión entre víctima y sospechoso fue aportada por un compañero de escuela de ambos, que en la actualidad vive en Europa, y que se comunicó con el Fiscal Martínez López Perrando, funcionario a cargo de la investigación, después de leer la noticia periodística de que los restos óseos hallados en Coghlan eran de Fernández Lima.

Según informó el medio LA NACIÓN, el Fiscal López Perrando le tomará declaración testimonial al compañero de Fernández Lima y el sospechoso: “Está claro que Fernández Lima fue asesinado. No sabemos si solo hubo un asesino. La intención, a partir de que ahora sabemos que en la casa donde fue enterrado el cuerpo vivió y aún viven integrantes de la familia Graf es reconstruir lo que pasó hace 41 años”, dijeron fuentes judiciales.

Tras el hallazgo de los restos óseos, los peritos habían determinado que Diego había sufrido una muerte violenta: “Se trató de una muerte violenta, sin dudas. No se sabe si la puñalada provocó la muerte, pero sí con certeza sabemos que el muchacho fue apuñalado. La herida cortopunzante estaba a la altura de la cuarta costilla, como por detrás del brazo. También hay signos de que se intentó desmembrar el cuerpo”, explicó en su momento una fuente judicial.


Continúa el misterio por el crimen de Diego Fernández Lima, el joven que desapareció en 1984 y cuyos restos óseos fueron hallados 41 años después, en el jardín de una casa del barrio porteño de Coghlan, donde vivió Gustavo Cerati durante los años 80.

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