Falafel: el plato oriental que conquista el mundo y aporta grandes beneficios para la salud

Croquetas de garbanzos y especias, el falafel es un plato tradicional de Medio Oriente que combina sabor, versatilidad y alto valor nutricional, ideal para servir en pan de pita, ensaladas o bowls.

El falafel, una croqueta elaborada a base de habas o garbanzos molidos y condimentados con especias como comino, cilantro, ajo y cebolla, es un clásico de la cocina oriental que hoy gana cada vez más espacio en la gastronomía global. Aunque su origen se asocia comúnmente a Egipto y la región del Nilo, no existe certeza absoluta sobre su procedencia.

Por qué el falafel es ideal para una dieta saludable y sin gluten


Su versatilidad y bajo costo lo han convertido en una opción popular en distintas partes del mundo, donde se sirve como comida rápida dentro de pan de pita, acompañado de ensaladas y salsas como tahini o yogur con limón y hierbas, o incluso como parte de bowls vegetarianos, pokes, picadas o ensaladas completas. Actualmente, también se encuentran premezclas listas para preparar en casa, que solo requieren agua y cocción al horno o fritura.

Desde el punto de vista nutricional, el Consejo Argentino sobre Seguridad de Alimentos y Nutrición destaca que el falafel es una excelente fuente de proteínas vegetales, hidratos de carbono complejos de lenta absorción, vitaminas del complejo B y minerales como el hierro. Este último se absorbe mejor si se acompaña con limón u otras fuentes de ácido cítrico. Además, es rico en fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y la salud digestiva. Si se prepara con garbanzos y condimentos libres de gluten, es también una opción apta para celíacos.

Receta de Falafel Clásico


Ingredientes (para 4 porciones)

  • 250 g de garbanzos secos (remojados durante 12 horas, no cocidos)
  • 1 cebolla mediana
  • 2 dientes de ajo
  • 1 taza de perejil fresco (puede mezclarse con cilantro)
  • 1 cdita de comino en polvo
  • 1 cdita de cilantro en polvo
  • 1 cdita de sal
  • 1/2 cdita de pimienta negra
  • 1 cdita de bicarbonato de sodio
  • 2 cdas de harina (puede ser de garbanzo para versión sin gluten)
  • Aceite para freír u hornear

Preparación

  1. Remojar los garbanzos
    • Colocar los garbanzos secos en un recipiente amplio y cubrir con abundante agua. Dejar en remojo entre 12 y 18 horas. Escurrir y secar bien antes de usar.
  2. Procesar la mezcla
    • En una procesadora colocar los garbanzos remojados, la cebolla, el ajo, el perejil, el comino, el cilantro en polvo, la sal y la pimienta. Procesar hasta obtener una pasta granulada, no demasiado líquida.
  3. Reposar
    • Pasar la mezcla a un bol, añadir el bicarbonato y la harina. Mezclar bien y dejar reposar en la heladera al menos 30 minutos para que tome consistencia.
  4. Dar forma
    • Con las manos húmedas, formar pequeñas bolitas o croquetas.
  5. Cocinar
    • Fritura: Calentar abundante aceite y freír los falafel hasta que estén dorados. Escurrir sobre papel absorbente.
    • Horno: Precalentar a 200 °C, colocar los falafel en una placa con aceite o papel manteca, pincelar con un poco de aceite y hornear 20-25 minutos, girándolos a la mitad de la cocción.

El falafel, una croqueta elaborada a base de habas o garbanzos molidos y condimentados con especias como comino, cilantro, ajo y cebolla, es un clásico de la cocina oriental que hoy gana cada vez más espacio en la gastronomía global. Aunque su origen se asocia comúnmente a Egipto y la región del Nilo, no existe certeza absoluta sobre su procedencia.

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