Inteligencia emocional: 7 actitudes que frenan tu bienestar y cómo evitarlas
Estudios recientes muestran cómo nuestras elecciones cotidianas afectan nuestro bienestar emocional y la satisfacción a lo largo del tiempo. Te contamos 7 actitudes que frenan tu bienestar y cómo evitarlas.
Hay ciertos hábitos cotidianos y decisiones conscientes que contribuyen al bienestar a corto y mediano plazo; a veces son acciones tan simples como saber decir que no. Existen investigaciones sobre bienestar emocional que sugieren que la diferencia real en la manera de experimentar la vida proviene tanto de qué conductas se adoptan, como de aquellas que se evitan intencionalmente.
Inteligencia emocional: 7 actitudes que frenan tu bienestar y cómo evitarlas
Investigaciones realizadas por especialistas de Psychology Today destacan que quienes logran mayor equilibrio emocional no solo optan por rutinas positivas, sino que también se distancian de actitudes que sabotean su estado de ánimo. El control de la propia felicidad reside, en gran parte, en saber cuáles hábitos dejar de lado. Estas son las 7 actitudes que frenan tu bienestar:
1. Obsesionarse con los contratiempos y experiencias desagradables:
- Las personas felices reconocen que rumiar pensamientos negativos inhibe la capacidad de ver oportunidades y alegra el pensamiento. El medio advierte que cuando estos pensamientos se repiten, “crean surcos en el cerebro” que facilitan que lo negativo se convierta en la vía principal.
2. Dejar que el estrés domine sus respuestas
- Cuando algo no sale como esperaban, en lugar de reaccionar impulsivamente, se detienen algunos segundos, analizan la situación y avanzan. Esto les permite recuperar el control. El estrés y la ansiedad persistentes tienden a bloquear la claridad y la creatividad, dificultando la solución de problemas.
3. Compararse con otros con resentimiento o envidia
- Más allá de sentir frustración por los logros ajenos, evitan alimentar pensamientos comparativos. Si las redes sociales intensifican este malestar, prefieren limitar su uso o tomar distancia, reenfocándose en sus propios objetivos y avances. El resentimiento consume energía y dificulta el crecimiento personal.
4. Sacar conclusiones negativas de manera automática frente a las adversidades
- No se apresuran a juzgar una situación de modo pesimista (en lo personal, laboral o social), sino que prefieren analizar los hechos con objetividad y buscar alternativas. Reflexionar antes de reaccionar disminuye la posibilidad de errores y favorece decisiones más acertadas.
5. Magnificar problemas pequeños o cotidianos
- En vez de exagerar los problemas, las personas positivas buscan mantener una visión proporcional de los acontecimientos. Es importante reconocer que la vida de todos está llena de complicaciones y entender que sobredimensionar las dificultades solo añaden una carga emocional innecesaria.
6. Obsesionarse con la perfección o controlar todos los detalles
- Aceptar que no todo puede manejarse ni resultar como uno espera genera una sensación de alivio. Este enfoque libera recursos emocionales que se pueden emplear en transformar realmente aquellos aspectos que sí dependen de la propia voluntad.
7. Replegarse en la preocupación personal y aislarse
- Dedican menos tiempo a los propios problemas y optan por establecer vínculos y compartir con los demás. La interacción saludable, el apoyo mutuo y la conexión social ayudan a superar obstáculos y a encontrar satisfacción. Una red de apoyo robusta es clave para enfrentar la vida con mayor resiliencia.
En conclusión, la felicidad no siempre depende de grandes cambios ni de circunstancias externas. A menudo, se construye a través de pequeños hábitos diarios que influyen en nuestro bienestar emocional. Las personas felices también transitan momentos de tristeza, sin embargo poseen otras herramientas adquiridas como consecuencia de sus actitudes que los hacen transitar esas situaciones con mayor estabilidad e inteligencia emocional.
Hay ciertos hábitos cotidianos y decisiones conscientes que contribuyen al bienestar a corto y mediano plazo; a veces son acciones tan simples como saber decir que no. Existen investigaciones sobre bienestar emocional que sugieren que la diferencia real en la manera de experimentar la vida proviene tanto de qué conductas se adoptan, como de aquellas que se evitan intencionalmente.
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