Por qué el bostezo es contagioso y qué revela de vos, según la psicología

El efecto rebote del bostezo es estudiado hace años por la psicología. Los detalles en esta nota.

Bostezar es uno de los gestos más universales del ser humano, pero, lo que pocos saben es que tiene un efecto rebote que la psicología estudia desde hace años. Ese contagio que sentimos las personas cuando vemos a alguien abrir la boca y estirarse no es casualidad. Acá te dejamos más detalles.

Por qué el bostezo es contagioso


El bostezo es un fenómeno relacionado con la empatía, el cerebro social y la necesidad de equilibrar nuestro estado interno. El efecto rebote se refiere a la tendencia automática de bostezar después de ver, escuchar y pensar en otra persona bostezando.

Para los psicólogos, este fenómeno es una forma de sincronización social en el cual el cerebro “copia” el gesto ajeno para mantenerse conectado con el grupo. En este sentido, la ciencia explica que el bostezo contagioso no es casual y que puede hablar de la empatía y el estrés. Además de la manera en que el cerebro se sincroniza con otros.

También hay estudios que muestran que las personas con mayor nivel de empatía son más propensas a experimentar este rebote. Si la persona bosteza cada vez que ve a alguien hacerlo, el cerebro está mostrando que puede “ponerse en el lugar del otro”.

El bostezo más allá del sueño


El bostezo también puede ser una forma de comunicar cansancio o aburrimiento de manera inconsciente. En grupos, ayuda a que todos sincronicen su nivel de alerta, algo útil en actividades colectivas o entornos de trabajo.

No siempre que bostezamos es por cansancio. También ocurre por nerviosismo o calor. Asimismo, hay momentos de mayor rebote y, tal efecto es más común en situaciones de silencio como, por ejemplo, en clases largas, reuniones y viajes.

En ese contexto, el cerebro parece aprovechar esos lapsos para “resincronizar” su estado de alerta con el entorno. Compartir bostezos activa las llamadas neuronas espejo, responsables de la imitación de gestos y emociones. Esto fortalece la cohesión grupal y refuerza el sentido de pertenencia.

Curiosidades psicológicas sobre el bostezo


  • Se aprende

El bostezo contagioso aparece a partir de los 4-5 años, junto con el desarrollo de la empatía.

  • Más con conocidos

Bostezamos más si lo hace alguien cercano que un extraño.

  • Contagio auditivo

Solo escuchar un bostezo puede activar el efecto rebote.

  • Indicador de estrés

Puede aumentar en situaciones de ansiedad o antes de eventos importantes.

  • Sincronía grupal

En animales sociales, coordina comportamientos colectivos.

  • También se contagia por imaginación

Pensar en bostezar puede provocar uno real.

Cómo manejar el bostezo en momentos incómodos


  • Aunque es un gesto natural, hay situaciones en las que bostezar puede interpretarse como falta de interés. Para esos casos se aconseja respirar profundamente por la nariz antes de que llegue el bostezo; esto ayuda a oxigenar el cerebro sin abrir la boca.
  • Mantener la postura erguida para mejorar la circulación y evitar la somnolencia en reuniones largas.
  • Hidratarse bien, ya que, la deshidratación puede aumentar la sensación de cansancio.
  • Dormir lo suficiente, porque la privación de sueño es el principal detonante de bostezos involuntarios en público.
  • Según la psicología, el efecto rebote del bostezo es una señal de empatía, regulación emocional y conexión con otros. Por eso, la próxima vez que aparezca el bostezo al ver a alguien hacerlo, hay que pensar que el cerebro está demostrando que sabe sincronizarse con su entorno.

NA


Bostezar es uno de los gestos más universales del ser humano, pero, lo que pocos saben es que tiene un efecto rebote que la psicología estudia desde hace años. Ese contagio que sentimos las personas cuando vemos a alguien abrir la boca y estirarse no es casualidad. Acá te dejamos más detalles.

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