El maíz gana espacio en el corazón de Vaca Muerta

Parece una postal del corazón de la Pampa Húmeda, pero la imagen es de una chacra de Tratayén. Al pasar San Patricio del Chañar, los montes de jarilla, a cada lado de la Ruta 7, se pintan de campos forrajeros intensivos bajo riego. Pocos kilómetros los separan del epicentro de la explotación de Vaca Muerta, y allí, el maíz para alimentar a las vacas vivas crece y se alista como oportunidad productiva para la región.

La apertura de Japón para las carnes de la Patagonia potenció este segmento. Pero al margen del dato económico la trilladora comenzó a recorrer esos caminos y ya no se detiene. Pasa por las chacras en las que productores tradicionales de la zona sembraron varias hectáreas y descubren cada año que el cultivo se adapta bien a la zona.

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“Ya empezó la trilla, está la mazorca completa. Es maíz en otro paisaje. Se da bien y se puede crecer porque hay mucha tierra disponible con dominio de agua”, dijo Cristina Cervi, ingeniera agrónoma y propietaria de Don Serafín, uno de los emprendimientos productivos de Tratayén.

El productor Gilberto Vela fue unos de los que en 2011 incursionó con maíz en su chacra de Añelo. Con la experiencia descubrieron que es ideal para poner los granos cuando se roturan cuadros de alfalfa.

Vela cuenta que no tenían las maquinarias para trabajarlo y primero compraron una trilladora vieja y agregaron sembradoras, curadoras y abonadoras. Ahora avanzaron y hay trilladores que ofrecen el servicio.

“Es un cultivo que vino para quedarse y todos los años más gente hace maíz. Tomamos la experiencia de Valle Medio. Cuando me inicié copié los trabajos de allá. Acá es incipiente, pero ya debe haber 300 o 400 hectáreas anuales y hay para crecer”, dijo Vela.

Si bien en su campo el cultivo principal es la alfalfa sostiene que cada cuatro años hay que hacer rotación y es muy interesante hacerla con maíz, porque la alfalfa le entrega mucho nitrógeno al suelo y un cultivo tan ávido de nitrógeno como es el maíz da muy buenos resultados.

“Se hace grano y para ensilar pero a los productores lo que nos conviene es hacerlo para silaje. El grano tiene formada la cadena de provisión y por más que uno produzca no es suficiente, pero con el silaje es muy interesante”, dijo Vela.

Granos para engorde

Hace días los medios nacionales reproducían el discurso de Alberto Morelli, presidente de la cadena de valor del maíz (Maizar) que hablaba de las posibilidades de expansión que tendrá el maíz en la región y la posibilidad de crear un cluster maicero en Patagonia a partir de la decisión de Japón de autorizar el ingreso de carne de laregión, por su status de zona libre de aftosa sin vacunación.

Según las estadísticas del Ministerio de Agroindustria de la Nación no hay superficie maicera relevada en las provincias patagónicas (Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz) pero hay semilleros que comenzaron sus experiencias para instalar el cultivo y ven que agua, suelo y rinde, van de la mano.

La mayoría de los productores de la zona, o todos, tienen pequeños engordes a corral o establecimientos de recría. La idea de hacerlo, en general, no tiene que ver con comercializar los granos sino con poder hacer carne en la zona, en una época en que el precio del maíz, lo vuelve imposible.

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Los productores comentaron que pagaban 2.600 pesos la tonelada puesta en el campo y ahora se habla de 4.200 pesos y en los últimos días, pero por la disparada del dólar ya no hay precio de referencia. A eso se suma que en la zona productora están complicados para cosechar por las inundaciones.

“Para abastecerse completamente hay que tener muchas hectáreas. Tuvimos una reunión con los agentes sobre este tema y nos dijeron que en la zona de Valle Medio los engordes se sacan de encima los gordos antes de terminarlos, porque con el precio de maíz no cierra el número, cuando en la dieta el maíz es el 70%”, dijo Cervi.

En su caso, pusieron variedades de híbridos en octubre o noviembre y ahora están en tiempo de cosecha. La ventaja de la zona, según la productora, es que se puede manejar el agua, pero no deja de ser caro porque la semilla y los fertilizantes suman bastante en la cuenta final.

Carne de exportación

Franco Ricciotti y su familia hace seis años pusieron por primera vez maíz y como vieron que salía bien siguieron. Relatan que es un cultivo de primer nivel y se sacan rindes muy buenos: unos 16 mil kilos.

“Hay mucha tierra para hacerlo, pero pocos se quieren arriesgar a invertir. No hay una buena mirada hacia esto porque con el precio del maíz, de la semilla, de las obras de arte en los canales. No muchos quieren arriesgar”, relató el productor.

Por otra parte, si bien hoy se habla de exportar carne la verdad es que la región todavía no logra abastecerse y debe enfrentar varios problemas antes de salir al mundo.

“Hoy conviene vender el forraje y no tener la vaca. Lo cierto es que en la Patagonia todavía no nos abastecemos y hablan de exportar. Es medio ilógico. El 30% de la carne que se vende acá, es por contrabando y entra de La Pampa”, se quejó Ricciotti.

En un feedlot un animal come por día 10 kilos de maíz. Eso se traduce en unos 50 pesos diarios
de alimento, lo que le quita rentabilidad a
los proyectos.

“La apertura del mercado de Japón abre las puertas a
carnes patagónicas y significa que el maíz tiene potencial
para desarrollarse en esas provincias”.

Alberto Morelli, presidente de Maizar.