Veranada en Neuquén: los crianceros iniciaron el regreso de la cordillera

“La luna nueva promete dos semanas sin tanto frío. Está paradita, es buena. Si está tirada estás al horno porque trae lluvia y viento”, dice Héctor Huanque y sentencia: es tiempo ideal para bajar de la veranada. Es así, que los cientos de turistas que viajan a la cordillera este fin de semana –y hasta mayo– se encontrarán con crianceros y sus tropas en los caminos. Les recomiendan circular a baja velocidad, evitar bocinazos y colaborar con esta economía histórica que no atraviesa su mejor momento.

La Ley Nº 3016 de la provincia “garantiza el derecho de las familias trashumantes a transitar con su ganado por las huellas de arreo”. Hasta ahora, un 50% de los veranadores ya bajaron, pero los que todavía lo hacen aseguran que, más allá de la contribución de seguridad vial o las leyes, lo principal es la colaboración de la gente.

Las asociaciones de veranadores y el Ministerio de Producción lanzaron el alerta para decir que va a haber mucha tropa en las rutas para Semana Santa. Sostienen que lo mejor es parar el auto, una actitud que no lleva más de 5 minutos, y hacer silencio. Al tocar bocina, los animales se asustan, escapan y provocan accidentes.

Te puede interesar Las ferias ganaderas, la red social de la gente de campo

“De 4 a 6 días nos lleva la bajada. Es algo cultural que se mantiene y pedimos al automovilista que si nos encuentra espere, saque una foto y si quiere se baje a conversar con el arriero. La gente de campo siempre es muy sociable”, dice Héctor Huanque presidente de la asociación de veranadores unidos de Ñireco.

El proceso de veranada abarca a cientos de productores, en su gran mayoría “fiscaleros” (ocupantes de tierras fiscales) que con sus familias constituyen más del noventa por ciento de la población rural del área en los departamentos cordilleranos de Minas, Norquín, Chos Malal, Loncopué, Picunches y Aluminé, y, los departamentos de meseta de Pehuenches, Añelo y Zapala.

En la zona centro, hay unos 3.000 productores que caminan a la veranada y hacen la trashumancia cada año, algunos con arreos y otros comenzaron a implementar el traslado en camiones, que se hace rápido y evita el estrés de la tropa. Esto lo hacen sobre todo los productores más grandes y algunos que reciben el apoyo de la provincia.

El productor promedio en la zona centro, tienen entre 200 y 600 chivos, más algunas vacas y unos pocos caballos, pero sostienen que ya no son los tiempos de antes.

“Este año subimos temprano, porque acá, Carro Quebrado estaba muy seco. Cuando llegamos, en la cordillera había llovido y estaba bueno, pero esos pastizales tienen un mes y medio de vida si no llueve. Además después llegan todos los veranadores y se tala fácil”, cuenta Huanque.

En esa zona, hace una trashumancia de 4 días. Dice que durante la bajada tiene tres alojos (dónde se queda a dormir) y tres paradas para que los animales tomen agua y descansen. Pero cuentan que el problema es que por los caminos se encuentra poca agua.

Los crianceros sostienen que hubo movimiento de suelos y eso complicó la situación porque el agua se corrió de lugar y ya no se encuentran vertientes o jagüeles. Además hay menos gente para trabajar y los arrieros son cada vez menos. No se puede contratar para que trabajen y la familia tampoco pueden subir todos, porque algunos se deben quedar a hacer changas.

Te puede interesar Este es el oasis en medio del desierto que resguarda el agua más pura

“Los tiempos cambiaron. Si tiene 200 chivas le pueden sacar menos de 180 kilos de pelo que se lo pagan unos 70 pesos el kilo. Es muy bajo el precio que se paga y no da para mantener a toda la familia. Por eso andan de uno o dos, porque el resto de la familia se tiene que quedar a trabajar en Zapala”, comenta.

A su vez, antes valía todo: el pelo, la cerda, el cuero de liebre, zorrino, de zorro. Se hacían fardos y se vendían, pero ahora no se puede cazar y cada vez, hay menos rentabilidad. “Andan cazadores clandestinos, un puestero lo agarraba para una empanada o una picana al horno, pero ellos cazan para otra cosa”, concluyó.

Las huellas de arreo acumulan un total de 3000 km con 1319 puntos relevados entre alojos, sesteos, aguadas, impedimentos como tranqueras y alambrados y zonas de riesgo, que son aquellos sitios cercanos a cruces de ruta, según un informe oficial.

Sobrevivencia

Llevaron a los abuelos a revivir una veranada

La trashumancia es una práctica histórica, cultural y socioproductiva en la provincia y está regulada por el ritmo cíclico de las estaciones. El traslado se produce de zonas de invernada a zonas de veranada.

La veranada comenzó en noviembre y diciembre y termina en estos días. Se hace en los valles de altura y se extiende en muchos casos la cota de 1.200 metros sobre el nivel del mar. Tanto esta actividad como la invernada y la ruta pecuaria, conforman el circuito de todo el sistema productivo.

Miles de habitantes del interior profundo de Neuquén nacieron y vivieron dentro de este sistema. Muchos de ellos, al llegar a viejos, quedan en las ciudades para siempre y no vuelven a subir. En Zapala, este año abrieron un camino de 16 kilómetros, cerca de la ruta 46, que se puede llegar en auto y accedieron en familia.

“Eso cambió todo y este año fue muy lindo porque pudimos juntarnos. Antes solo se llegaba a caballo o a pie y eran 6 o 7 horas caminando y ahora pudieron ir en auto. Había vecinos que hacía 30 años no podía ir a su veranada, abuelos de 80 años que ya no podían subir”, contó uno de ellos.

Las huellas de arreo a veces atraviesan campos fiscales, campos privados y bajo el régimen de propiedad comunitaria.

En la Legislatura, la falta de medidas preventivas en las rutas provinciales 6, 7, 21, 13, 43 y 45 para la trashumancia siempre generó encuentros entre Raúl Podestá, de Zapala, y el MPN que impide tratar los pedidos en el recinto.

La policía organizó un operativo

en las rutas

La Policía de la provincia de Neuquén informó que dio inicio al operativo denominando trashumancia 2018.

Uniformados con servicio en la comisaría 37ª de la localidad de Tricao Malal y efectivos de la Brigada Rural de Zapala, realizan controles y patrullajes, actividad que se denominó “Operativo trashumancia”.

Los patrullajes se reajustan a los recorridos que llevan adelante los crianceros y arrieros que regresan de la zona cordillerana a los campos de invernada

En el caso de los efectivos de Zapala, recibieron colaboración del personal dependiente de la Dirección Provincial de Tierras de la Región Centro y de Guardafauna Región Centro, quienes controlaron los boletos de señal y guía de traslado que deben portar los arrieros.

Este tipo de trabajos de prevención mantendrán durante los próximos días con la finalidad de disminuir la siniestralidad y brindar la seguridad vial necesaria a viajeros y turistas que transiten por las diferentes Rutas de la Provincia.

Los veranadores recorren rutas nacionales, provinciales, caminos y sendas de libre tránsito.

Tres meses permanecen los trashumantes en la zona de 1.200 metros de la franja longitudinal en la montaña donde se encuentran las zonas de pasturas para forraje.

kilómetros es la distancia diaria que en veranada el criancero puede llegar a recorrer en busca de zonas aptas para el pastoreo.

30

Según investigadoras de la Universidad del Comahue están los trashumantes, los sedentarios de meseta y los que cultivan pasturas.

La triple clasificación