River sí que sabe disfrutar el verano

Se llevó el primer superclásico de 2007. Fue un partidazo.

Partidazo. Con todas las letras. Boca y River no se guardaron absolutamente y por ello el primer Superclásico '07 fue un vendaval de situaciones de peligro y emociones a granel. El alegrón fue para el 'Millo', que ganó con goles de Radamel Falcao y Diego Galván y volvió a derrotar a su 'primo' odiado.

Un Superclásico con todas las letras. Los 22 jugadores se olvidaron de la época del año y disputaron cada balón como el último. Lejos de lo que se podía esperar (imprecisiones y más imprecisiones), el primer tiempo fue de lo mejor que se vio en el verano.

Una de las explicaciones para ello fue que no hubo miedo en ir a buscar el resultado; también, que los dos tienen grandes jugadores. Esos 45 minutos iniciales fueron de ida y vuelta, con situaciones de peligro en los dos arcos. Si se fueron al descanso en cero sólo de debió a que fallaron frente a los ar

queros. Arrancó mejor Boca, y antes de los 15 tuvo tres claras, con Nery Cardozo, Rodrigo Palacio y Battaglia.

Contestó el 'Millo' con un cabezazo que se fue cerca del talentoso Belluschi y a los 26 con la más clara: Boca jugó en línea y Farías se fue solo contra Caranta, pero al 'Tecla' le faltó tiza y el balón dio en el travesaño.

El trámite siguió siendo bueno y emotivo, y tuvieron un par de situaciones más cada uno. El descanso llegó con la promesa de un gran segundo tiempo.

El epílogo arrancó con todo, porque en una contra letal Ferrari le puso una pelota bárbara a Radamel Falcao que llegó hasta las barbas de Caranta y no lo perdonó.

Ese fue el punto de inflexión. Belluschi le arrebató los hilos del juego a Barros Schelotto y River se transformó en una máquina. Primero lo tuvo el colombiano Falcao, pero la tiró afuera en forma increíble; después fue turno de que Caranta le atajara un tiro libre bárbaro a Sambueza. Olía a gol, y el gol llegó: corner desde la izquierda y aparición de Diego Galván para delirio de la hinchada millonaria.

Boca salió como un león herido en busca del descuento, que pudo conseguir el 'Melli' a los 25 si no hubiese sido por la salvada providencial, en la línea del arco, de Ferrari. Y River contestó, con un disparo de Galván (se retiró muy aplaudido), que pegó de lleno en uno de los palos del '1' xeneize.

Así terminó la historia, con River fundido en un interminable abrazo y Boca mascando bronca, no sólo por la derrota, también porque se vio superado.


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