Robo de cables: el 95% de los hechos no se esclarecen

En Río Negro suman cientos de denuncias pero solo hubo dos detenciones. Las razones que esgrimen desde la justicia y las empresas.

El esclarecimiento de los robos de cables de los cuales son víctimas las empresas de electricidad, telefonía fija e internet, y en los que se ven afectados miles de usuarios en Río Negro, es un delito de difícil resolución para la justicia.

Sólo se descubren si los autores son sorprendidos en el momento exacto en el que cometen el hecho. Y esos casos se cuentan con los dedos de una mano: un gremialista de Roca al que una patrulla policial sorprendió cuando cargaba un rollo en su camioneta y el de un hombre de Regina que atraparon mientras reducía cables para obtener el cobre. (Ver recuadro)

“En el 95 por ciento de las denuncias que recibimos no se llega a nada, todo queda en un ni”, reconoció una fuente judicial que interviene en el tema. Se quitó carga por ese déficit y apuntó hacia arriba. “Son decisiones de política criminal”, dijo. Y añadió que corresponde definirlas a la Provincia o al gobierno nacional .

El daño

15.000
los metros de cables de electricidad, telefonía y fibra óptica que robaron en Río Negro en los últimos meses.

Desde las empresas afectadas tienen otra mirada y cargan contra “la pasividad” de la justicia. “Nos responden que esos robos tienen que ver con casos de gente en subsistencia y que no van a hacer nada”, mencionó bajo reserva de su nombre el abogado de una de las firmas.

En los robos de cables interviene la justicia federal cuando afectan a las telecomunicaciones. Si el daño lo recibe la distribuidora eléctrica Edersa, actúa el fuero provincial. Los ladrones buscan el cobre que llevan los cables y lo colocan en las chatarrerías a cambio de unos 600/700 pesos por kilo.

Un ex operario de Edersa y de empresas de cable de televisión -que en varias oportunidades testificó ante la justicia por los robos y conexiones clandestinas que él debía certificar- describió así el problema: “Ni la justicia, la policía, las telefónicas o Edersa van a hacer nada… Salvo que se dé una situación de flagrancia, nadie va a mover un dedo. Las empresas tienen un seguro que los pone a cubierto. Los únicos que pierden de verdad acá son los usuarios, que se quedan sin el servicio hasta que las empresas lo repongan, y así pueden pasar días y días”.

Los barrios periféricos y en construcción de las ciudades. Uno de los blancos que más buscan los robacables.

En un informe publicado por este diario hace un mes que describe cómo operan los robacables, se mencionó un dato que refleja el impacto de este delito en la provincia: en lo que va del año se llevaron 15.000 metros de cables y la empresa Telefónica-Movistar denunció 64 hechos.

En el área operativa de Edersa que comprende a Villa Regina y ciudades aledañas, los robos no se detienen, aunque según los datos del Ministerio Público Fiscal de la ciudad, se redujeron en forma significativa comparados con un par de años atrás.

De acuerdo a un informe técnico de Edersa, en el área comprendida entre Huergo, Godoy y Regina, en lo que va de este año se produjeron 10 robos de cables, con un total de 1.250 metros extraídos que afectaron a unos 3.700 usuarios.

Por otra parte, los registros de las investigaciones policiales y judiciales apuntan que el último robo de cables que se esclareció en Regina ocurrió hace dos años atrás, cuando un sujeto fue sorprendido mientras reducía cables que habían sido robados en las horas previas al allanamiento que se realizó en su domicilio.

El hombre fue imputado, pero mientras se llevaba adelante el proceso judicial falleció y la causa quedó en la nada.

Para la justicia, la resolución de este tipo de hechos se torna compleja dadas las características en las que se desarrolla: zonas despobladas, de noche, con un rápido accionar para cortar, enrollar y trasladar tramos de cables de no más de 100 metros hasta un lugar donde finalmente lo queman para extraerle el cobre.


El delito se corrió desde Regina hacia Roca


La fiscal Vanesa Cascallares, de la Fiscalía Descentralizada de Villa Regina, dijo que los robos de cables no se detienen, aunque durante los últimos meses tienen mayor incidencia en el área de General Roca.

Operarios de una empresa eléctrica reponen un tramo del tendido de cables de media.

“Hace un año y medio atrás o dos, teníamos en Regina casi en forma cotidiana este tipo de delitos. Generalmente afectaban a las empresas de servicios y en especial a las de internet, porque los cables que utilizaban tienen entre sus componentes cobre. Fue una seguidilla de hechos en que robaban tramos de cables de telefonía o internet, quemaban la goma y se quedaban con el cobre”.

Indicó que en las investigaciones a su cargo, en distintas oportunidades se realizaron allanamientos. Uno de ellos con buenos resultados, ya que encontraron los restos del material robado e imputaron a un hombre que lo reducía como autor por el delito de robo de cables. Sin embargo, “en ese caso falleció el imputado y quedó la causa ahí”, comentó la fiscal.

Agregó que en las denuncias que se elevaron al Ministerio Público para investigar este tipo de robos, los autores son ignorados “porque por ejemplo la empresa Edersa sólo denuncia que falta el cable”, dijo. Remarcó que, no obstante, “ha pasado que los hemos encontrado a los autores porque hay indicios, o alguien da aviso que están quemando algo en un patio y por eso hemos llegado a quienes cometieron el delito, pero muy pocas veces los encontramos en flagrancia”.

Uno de los principales dirigentes de la Uocra en Roca, Leonardo Pridebailo, fue detenido en diciembre del 2020 cuando una patrulla policial lo atrapó cortando con un serrucho de mano un tramo de más de 20 metros de cables de Telefónica. Enfrenta una causa federal por ese delito.


Distintos eslabones


El robo de cables del sistema eléctrico y de las líneas telefónicas alimentan un mercado negro con fácil disponibilidad de dinero para los ladrones, que reciben entre 600 y 700 pesos por el kilo de cobre obtenido.

El delito incluye la intervención de tres sectores diferenciados.

– Los sujetos encargados de la sustracción material del tendido de cables.

– Luego, los responsables de las distintas chatarrerías que operan como comercios legales y que compran en el mercado negro el material robado y lo almacenan.

– Finalmente, las fundiciones, talleres donde, a través de procesos metalúrgicos específicos, se separa el cobre del aislante que lo contiene para su posterior venta.


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