Robo y balazos para dos comerciantes neuquinos

Dos jóvenes delincuentes irrumpieron ayer por la tarde, apenas abrió un negocio en Linares al 300. Padre e hijo estaban en el piso cuando les tiraron. Una bala rozó la cabeza de una víctima.

NEUQUEN (AN).- Un hombre y su hijo fueron baleados ayer por dos violentos delincuentes que los asaltaron en su comercio, en calle Linares a media cuadra de la multitrocha. Hay un demorado, que sería partícipe en el hecho, y buscan a otros dos. Los heridos están fuera de peligro, aunque uno de ellos vio de cerca a la muerte: el plomo le rozó la cabeza.

El hecho ocurrió ayer pasadas las 16 en Linares 306. Allí está Costanzi Distribuciones, un comercio de venta de repuestos para motos y automóviles, indicaron los vecinos.

Lo atienden Raúl Costanzi y su hijo Pablo, cuyas edades no fueron suministradas. Según trascendió de fuentes policiales, recién habían abierto las puertas del negocio cuando ingresó un joven de «16 ó 18 años, con cara de nene». Enseguida esgrimió un arma de fuego, tipo pistola 9 milímetros, y los amenazó. Inmediatamente entró su cómplice, apenas mayor, también armado.

Los comerciantes fueron reducidos y obligados a tirarse al piso boca abajo, detrás del mostrador. Los delincuentes, dueños de la situación, revisaron la caja del negocio y se alzaron con alrededor de 1.000 pesos y un teléfono celular.

Consumado el atraco, los asaltantes intentaron huir pero se encontraron con que la puerta del negocio estaba trabada. Al parecer tiene un mecanismo que le permite controlarla a la persona ubicada detrás del mostrador, para decidir a quién deja entrar y a quién no.

Las fuentes indicaron que a los gritos, los jóvenes exigieron a los Costanzi que abrieran la puerta pero seguía trabada. Entonces se creyeron que la mantenían cerrada intencionalmente, y enloquecieron.

Fuera de sí, los jóvenes dispararon contra sus víctimas indefensas tiradas en el piso. Pablo recibió balazos en el brazo izquierdo, mientras que su padre sintió cerca el zumbido de una bala: el proyectil le rozó la cabeza, provocándole un profundo corte, pero no ingresó. También habría recibido un disparo en el abdomen.

La puerta por fin se destrabó y los violentos asaltantes escaparon. El hijo del comerciante alcanzó a salir a la calle (en la vereda que

daron abundantes manchas de sangre) y así los vecinos, que ya habían escuchado los disparos, terminaron de enterarse de lo que había pasado.

Dos móviles de la Policía que circulaban por las inmediaciones fueron los primeros en intervenir. Y a las pocas cuadras, en Saturnino Torres y Alvaro Barros, divisaron a los sospechosos.

Uno de ellos fue aprehendido y su situación es muy comprometida, porque habría tratado de deshacerse del arma de fuego que llevaba en su poder. Además tiene manchas de sangre en las ropas. El otro alcanzó a subir a una camioneta con cúpula que al parecer los estaba esperando, y se perdió de vista.

Las fuentes indicaron que el detenido tiene 20 años y es del barrio Sapere. Se presume que su cómplice también reside en esa zona del este de la ciudad, cercana al puente carretero.

Los vecinos quedaron conmocionados por la brutalidad del asalto. «Hace muchos años que tienen el negocio, son muy buena gente», dijo una mujer en alusión a los Costanzi, que se reponen de las heridas en el hospital Castro Rendón.

Agregó que la zona se ha vuelto peligrosa. «Hay asaltos bastante seguidos, pero ninguno con tanta violencia como éste».


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