Agregado de valor en origen en Norpatagonia: cuando el valor de la producción trasciende la tranquera

La transformación de la producción primaria de alimentos en los valles de la Norpatagonia acarrea una rica historia de carácter fundacional en la economía regional, y un presente que conjuga la presencia de empresarios jóvenes, con perfil innovador dentro del complejo panorama actual del estrato pyme. Este contexto da marco a la publicación: “Valor agregado en origen en los valles irrigados de Norpatagonia. Doce experiencias innovadoras que agregan valor a la producción regional”, del INTA Alto Valle, elaborado por Walter Nievas y Katherina Retamal. La reunión de experiencias de empresas de distinta escala y rubros sirvió de base para activar un espacio de articulación público-privada.

El trabajo implicó la realización de talleres y entrevistas en profundidad con más de 30 iniciativas de agregado de valor de la región. De allí se seleccionaron los 12 casos que describe la publicación presentada por la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Alto Valle, en abril, y que cuenta con participación de técnicos de INTA, INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), la SAGyP (Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación) y las pymes que aportaron al estudio.

Doce experiencias, muchas lecciones

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El abanico de firmas que participaron da algunas pistas sobre la actual diversidad agroindustrial norpatagónica, sobre las características que las diferencian de aquellos emblemáticos emprendimientos del Siglo XX, y sus posibilidades de expansión: Canelo cultiva almendras con las que elabora una amplia gama de sabores con confituras bañadas en chocolate, destinadas al mercado gourmet. Chacra La Piedad cultiva frambuesas y moras con los que elabora congelados que combina con otros berries, frutas de carozo, frutos secos y frutos tropicales. Werthein en su planta industrial, deshidrata manzanas y peras como insumo para la industria alimenticia para mercados globales.

Por su parte Pülku elabora sidras artesanales también para el segmento gourmet. PDA -Pequeña Destilería Argentina– produce destilados singulares con pera Williams patagónica para el mercado europeo. Callieri fracciona y envasa especias y blends para las cocinas de todo el país. Jugos S.A. tradicional juguera del Valle, incursiona en las specialities de los concentrados de pera y manzana. Trina, un viñedo y bodega junto al río Colorado inició una exitosa experiencia de enoturismo. Arytza cultiva y elabora mostaza orgánica y otros aderezos premiados en todo el mundo. Ceres es actualmente la única planta de conservas de frutas en el Alto Valle. Easy Veggie elabora alimentos de IV gama para la región. Y Fruch produce snacks de manzana con presencia en las góndolas de las principales cadenas de supermercados.

Problemas y soluciones

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Entre los aspectos que más preocupan al empresario pyme para crecer en su actividad se destacan: costos logísticos altos en una región extensa, falta de trazabilidad de insumos, importancia de las certificaciones, escasez de mano de obra calificada, financiamiento limitado y disponibilidad irregular de materias primas en calidad, cantidad y continuidad que complica planificar. Se sumaron, además, trabas para ingresar a grandes cadenas, restricciones para ampliar exportaciones, o exigencias normativas que requieren coordinación.

En tanto en el encuentro realizado en junio de este año en las instalaciones de la firma Callieri, en General Roca, se sumaron a las pymes participantes, directivos y técnicos de la Universidad Nacional de Río Negro quienes presentaron su oferta de servicios a las empresas de agregado de valor en origen y relevaron sus inquietudes como actores de la industria agroalimentaria regional.

La mirada de los autores

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Para la Ingeniera en Alimentos Katherina Retamal, “este proceso dio lugar a una dinámica de articulación entre pymes, técnicos e instituciones, que continúa con nuevas propuestas de trabajo conjunto, entre las que se destacan temas como logística, incorporación de tecnología, análisis de costos, oportunidades de negocios y elaboración de proyectos”.

Por su parte, para el Ingeniero Agrónomo Walter Nievas, coautor de la publicación y coordinador de los talleres “la apertura de un espacio de articulación público-privada propicia la configuración de redes entre pymes, universidades, INTA, INTI y otros actores, así como el fortalecimiento del desarrollo regional, impulsando la innovación y abordando desafíos mediante el trabajo y el aprendizaje conjunto”.

El agregado de valor en origen se presenta nuevamente como una oportunidad para el desarrollo regional, ya que constituye a la vez una posibilidad concreta no sólo de transformación de la producción primaria local, sino también de transformación de la trama de relaciones del territorio en términos de inversiones, de ingreso de divisas, de generación de empleos de calidad, de articulación entre agro e industria, de profesionalización de la mano de obra, lo que dinamiza la economía de la región.