El INTA inauguró en Viedma un nuevo laboratorio para cuidar la sanidad vegetal
En el INTA Valle Inferior se inauguró un Laboratorio de Sanidad Vegetal dedicado a estudiar y diagnosticar enfermedades en cultivos. Esto permite conocer qué le pasa a una planta y definir los métodos para restablecer su equilibrio sanitario, para fortalecer así la producción regional.
En Viedma, en la Estación Experimental del INTA Valle Inferior, quedó inaugurado un espacio de trabajo fundamental para el campo, las chacras y también para las plantas de jardín. Se trata del Laboratorio de Sanidad Vegetal donde un equipo de especialistas liderado por la ingeniera agrónoma Patricia Baffoni, se dedica a estudiar qué enfermedades afectan a las plantas y cómo prevenirlas o tratarlas.
“Las plantas, como cualquier ser vivo, pueden enfermarse -explica Baffoni-, pueden ser atacadas por virus, bacterias, hongos o insectos. Eso las debilita, se marchitan, se pudren o dejan de crecer”. Frente a esa situación, este laboratorio es una pieza esencial. Y con ese objetivo fue inaugurado el 16 de mayo, con la presencia de los trabajadores de esta Experimental, de su director el ingeniero agrónomo Germán Cariac y de Mariana Amorosi, directora del Centro Regional Patagonia Norte del INTA. Junto con productores locales de distintos tipos de cultivos.

La finalidad de este nuevo espacio es ayudar a los productores del Valle Inferior -zona con gran desarrollo en cultivos como cebolla, maíz, alfalfa o frutos secos- para saber exactamente qué afecta a sus producciones y como preservarlas sanitariamente. También para asesorar a los vecinos sobre sus plantas de patio para aplicar, si fuera necesario, el producto correcto.
“Lo primero que hacemos es diagnosticar, ver qué le está afectando a la planta. Si es un hongo, una bacteria o un virus; lo primero es tratar de identificarlo”, explica Baffoni. “Así el productor no pierde tiempo ni dinero aplicando productos que no van a funcionar” reflexiona.
“Queremos que sea útil para el productor, pero que también sirva para formar y actualizar conocimientos. A todos nos conviene que haya más información circulando sobre cómo cuidar nuestros cultivos”.
Patricia Baffoni, ingeniera agrónoma del INTA.
«Uno de los errores comunes es ver el problema solo en lo que exponen las hojas» señala la experta. Puede ser Phytophthora en frambuesa, o Verticillium en berenjena. Pero advierte, muchas veces la causa está en las raíces o en el xilema. “Hay que ver la planta entera, especialmente la raíz y por eso recomendamos que antes de aplicar cualquier producto, consulten. Estamos para eso”, invita.
Este laboratorio funciona con herramientas tradicionales que permiten un enfoque confiable para atender la demanda local. Además de tener otra misión complementaria e importante como ser una vía para fortalecer la educación. Se utilizará también para capacitar a estudiantes de agronomía, técnicos y profesionales que trabajan en el ámbito agropecuario, tanto público como privado.

“Queremos que sea útil para el productor, pero que también sirva para formar y actualizar conocimientos. A todos nos conviene que haya más información circulando sobre cómo cuidar nuestros cultivos”, asegura Baffoni.
Uno de los casos conocidos es el de la cebolla: “Muchos productores del Valle Inferior plantan cebolla en un lote y al año siguiente cambian de lugar. Eso tiene un motivo: hay hongos en el suelo como Fusarium oxysporum que, si uno repite siempre el mismo cultivo en el mismo terreno, se acumulan y terminan causando mucho daño. Puede generar grandes pérdidas”.
Cuidar las plantas es una necesidad básica
A lo largo de la historia, las enfermedades de las plantas han provocado verdaderas crisis sociales: “Hubo épocas en que los cultivos fallaban y eso obligaba a la gente a migrar o provocaba hambrunas. Por eso es importante entender que cuidar las plantas es una necesidad básica”, señala Baffoni.
Hoy, con las variaciones del clima, el uso intensivo del suelo y los desplazamientos provocados por la globalización, las enfermedades en plantas aparecen rápido y se expanden con mayor facilidad. “Pero tener un laboratorio local con personal capacitado para hacer diagnósticos y asesorar, es una gran ventaja. Cualquier productor o vecino puede acercarse, traer una muestra o hacer una consulta. Lo importante es no quedarse con la duda. A veces lo que parece una cosa menor termina siendo algo que puede afectar a todo un lote”, concluye la ingeniera.
«Lo primero que hacemos es diagnosticar, ver qué le está afectando a la planta. Si es un hongo, una bacteria o un virus».
Patricia Baffoni, ingeniera agrónoma del INTA.
Las muestras podrán ser tomadas por el productor en algunos casos y en otras será necesario visitar el lote. Lo conveniente es acercarse al INTA y consultar. La toma de muestra también depende de los síntomas que presente la planta y de esa muestra dependerá en su totalidad el diagnostico que se logre.
Cada planta necesita un cuidado distinto. Solo conociendo su problema es posible elegir la forma de tratarlo sin desperdiciar recursos ni dañar el entorno. Aplicar el producto correcto, en dosis adecuada y en el momento justo, no solo cuida a la planta, también al suelo, al ambiente y al bolsillo del productor.
Aquellos interesados pueden acercarse al Laboratorio de Sanidad Vegetal del INTA Valle Inferior. Dirección: Ruta Nacional Nº3, Km 971, de lunes a viernes, de 8 a 15 hs, o escribir a baffoni.patricia@inta.gob.ar
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