Río Colorado entra a jugar en las grandes ligas de la genética ganadera

Las cabañas Don Juan y El Tigre realizaron en la Sociedad Rural de Río Colorado el primer remate de “Genética productiva de la Patagonia”. El primer paso que siembra las bases para un crecimiento sostenido y permanente en la producción de bovinos de calidad.

En una plaza históricamente comercial pero que en los últimos años ganó terreno en genética, Río Colorado concretó su primer remate de “Genética Productiva de la Patagonia”.

La cita, impulsada por la consignataria local Iparraguirre & Suso junto a las cabañas “Don Juan” (Viedma) y “El Tigre” (Villalonga, Partido de Patagones), llegó con doble desafío: ubicarse inmediatamente después del cierre del circuito de exposiciones rurales de Río Negro y salir a la cancha en medio de una prolongada sequía que castigó Pichi Mahuida y otros departamentos, además de un contexto político y económico volátil a nivel nacional.

La apuesta fue clara, que este sea el puntapié inicial de un calendario que se sostenga en el tiempo en Río Colorado. Y pese a los nervios lógicos del debut, el movimiento desde temprano de compradores locales y de la zona terminó superando las expectativas iniciales de los organizadores.

Angus y Hereford conformaron la oferta de las cabañas organizadoras del remate de reproductores.


El debut no fue tímido. En el predio de la Sociedad Rural de Río Colorado, a la vera de la Ruta Nacional 22 -presentado con estética de exposición y todos los condimentos de una jornada grande-, salieron a la pista 38 toros (Angus Puros Controlados y Puros de Pedigree, y Hereford Puros Registrados) y un lote importante de vientres preñados Angus y Hereford cercano a las 125 cabezas, con vaquillonas de parición de primavera y de otoño, además de vacas nuevas.

Revisión veterinaria lote por lote para garantizar la sanidad



Un plus que marcó diferencia: la consignataria implementó un estricto sistema de admisión sanitaria -poco habitual en remates privados- con revisión veterinaria lote por lote para garantizar que lo que se compra “entre a trabajar” sin sobresaltos.

Vaquillonas Angus negras y coloradas se vendieron ágilmente en la subasta realizada en Río Colorado.


“Esto lo venimos conversando desde hace casi tres años: no era falta de convicción, era esperar el momento y la confianza del grupo. Decidimos hacerlo fuera del circuito para no superponer y darle identidad propia a Río Colorado”, explicó Gustavo Iparraguirre, uno de los responsables de la consignataria. Y subrayó un dato de mercado: “Mucha gente quedó sin comprar toros y vientres en las exposiciones; hay demanda contenida y calidad pareja”.

Un remate pensado para la zona



La impronta local atraviesa por todas las propuestas. El establecimiento “Don Juan”, de Federico Gilardi, nació como cabaña en 2018 a partir de cuatro vaquillonas de pedigree, aunque el establecimiento produce desde 2014 en un sistema mixto: bajo riego y en secano con monte.

La hacienda se pudo ver y corroborar sanidad y estado corporal antes de salir a pista.


“Trabajamos una genética productiva adecuada al medio. La recría de varios meses en montes duros hace que los animales conozcan el ambiente donde deben rendir”
, define Gilardi. Su oferta combinó toros de pedigree y puros controlados en ambos pelajes -negro y colorado- y hembras preñadas por inseminación con toros específicos, listas para parir en primavera u otoño.

Por su parte el establecimiento “El Tigre”, de Villalonga, a cargo de Walter Ilgner, comparte la filosofía, funcionalidad, fertilidad y facilidad de parto en marcos moderados, pensando en vacas con menores requerimientos para campos pastoriles exigentes. “No nos creemos cabaña: somos un rodeo comercial que ofrece lo que ya nos funciona. Producir en Patagonia, entre clima y economía, es difícil; por eso buscamos líneas pastoriles que se preñen fácil y rindan año a año”, resume Ilgner, que también explicitó condiciones de financiación acordes al escenario.

«Trabajamos una genética productiva adecuada al medio. La recría de varios meses en montes duros hace que los animales conozcan el ambiente donde deben rendir”.

Federico Gilardi, de cabaña Don Juan.

Ambas cabañas trabajan en la raza Angus -negro y colorado- y, en menor escala, en la raza Hereford. La pieza clave sanitaria distintiva del remate fue la admisión previa a las ventas, a cargo de los veterinarios locales Diego Prates y Cristian Burtre, con revisiones completas de toros y vientres.

«Patagonia exige vacas moderadas, fértiles y de fácil parto. Ofrecemos lo que ya probamos en nuestros campos».

Walter Ilgner, Cabaña El Tigre.

Además, cada comprador pudo reconfirmar en manga la preñez de los reproductores hembras con su propio profesional antes de cargar, para despejar cualquier duda entre el control y la entrega.

Hubo también vientres con sangre de la firma “Casamú”, que nacieron y fueron criados netamente en la Patagonia dentro de la cabaña “Don Juan”, lo que fue un plus de diversidad genética muy valorado por varios criadores.

Después de las exposiciones, con la vara alta salir a vender genética al final del calendario de exposiciones de la provincia de Río Negro tiene ventajas y riesgos. Entre las ventajas, los criadores llegan con la curva de aprendizaje del circuito y comparativas frescas. Entre los riesgos se ubica un bolsillo más ajustado, sobre todo tras la seca del último tiempo.


En una plaza históricamente comercial pero que en los últimos años ganó terreno en genética, Río Colorado concretó su primer remate de “Genética Productiva de la Patagonia”.

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