Se conocieron en la primaria y después de 38 años sin verse salieron de viaje

Amor a segunda vista: Malena Dente y Güido Simonetti compartieron de segundo a cuarto grado en una escuela de Buenos Aires y luego de casi cuatro décadas en enero del 2021 se reencontraron en Pinamar. Están juntos desde entonces y recorren el país por el placer de hacerlo en una casa rodante y para presentar los cortometrajes que él dirige y ella produce.

«Somos compañeritos de primaria y no nos vimos por 38 años. Nos reencontramos y nos enamoramos ‘a segunda vista’ (igual ya nos gustábamos de chiquitos). Y nos enteramos que teníamos el mismo amor por las casas rodantes!«, publicaron en Instagram dos semanas atrás. En esta historia de película, el destino escribió el mejor guión para Malena, Güido y sus viajes por las rutas argentinas: combina la alegría de estar juntos, el placer de estar en movimiento y la satisfacción de poder proyectar los cortometrajes que filman en equipo. Las primeras escenas transcurrieron en los años ‘80, cuando se conocieron en el segundo grado de la escuela primaria en Buenos Aires a la que ella había llegado para quedarse hasta cuarto y volver con su familia a La Plata, el colegio Bayard de Palermo al que por entonces iban los hijos de los embajadores y hoy los de los famosos. Nunca más se vieron, hasta que se reencontraron casi cuatro décadas después en un bar de Pinamar la noche del 27 de enero del 2021.

Malena y Guido en la primaria y durante un viaje en el 2021, tras 38 años sin verse.

Malena Dente (45), con cuatro hijos y un divorcio tras 20 años de matrimonio. Guido Simonetti (46), con dos hijos y su propio divorcio tras 20 años de matrimonio. Él había detectado en las redes que ella también estaba en el balneario de la costa bonaerense, observó que no parecía estar en pareja en las fotos que había posteado en los últimos meses, le puso me gusta a una y después le propuso salir a tomar algo para ponerse al día. “Esta semana mis hijos están con la madre”, comentó como al pasar después de elegir cada palabra. Todo dicho.


Aquella noche de enero empezaron a reconocerse luego de ese sos vos cálido que rompió el hielo. Y después fue el tiempo de asombrarse por las coincidencias. En las pasiones, en los sueños, en tener la misma clave númerica de cuatro dígitos. En las separaciones, en la certeza de que la familia sigue aunque la pareja no. En el detalle de que no toman alcohol ni fuman. En la ilusión de Malena de salir de viaje en casa rodante y las de Güido de repetir la experiencia. Si siempre había lamentado no haber besado a aquella chica que tanto le gustaba, ahora la tenía ahí, del otro lado de la mesa, tanto tiempo después.

Güido trabajando en un guión a bordo de la casa rodante en la costa bonaerense. Fotos: Mini Movie Van.

Están juntos desde entonces. “La vida nos dio una segunda oportunidad”, dice Güido.  “Fue muy loco eso, charlar tanto tiempo después y descubrir que éramos tan parecidos, que nuestras vidas habían sido tan similares”, dice Malena.    


 
Malena tenía una Fiat Doblo de siete asientos . Decidieron convertirla en su casa rodante para concretar un sueño a esa altura ya compartido: tener un vehículo en el que viajar y dormir. Reconvirtieron el furgón en su hogar sobre ruedas y partieron. Lograron así unir sus dos pasiones: el cine y los viajes con el proyecto Mini Movie Van. “Redondito”, dice Malena, que se convirtió en la productora de los cortometrajes y se metió de lleno en el mundo de la realización audivisual de la que Güido ya era parte como director, actor y guionista.

Malena a bordo. «Nada más placentero que desayunar mirando el mar».

Pero lo primero es lo primero, la ruta fue la tentación inicial. “Tenemos nuestros trabajos y una familia con seis hijos. No es fácil combinar todo y salir, pero nos las rebuscamos para poder viajar los fines de semana y en eso influye que los dos tenemos una gran relación con nuestras ex parejas. La idea que queremos transmitir es que no todo pasa por las grandes travesías de mucho tiempo, dos años de Ushuaia a Alaska. Está genial eso, pero también podés hacer una escapada corta y volver a tu laburo y tu vida en la ciudad. Es lo que estamos haciendo, estamos felices con eso  y vale la pena intentarlo”, explica Güido.  “Es una cuestión de actitud. Si le propongo a Male un viaje ella agarra el bolso y dice vamos. Así somos”, continúa.



Ya en el camino de visitar pueblos y ciudades para presentar los cortometrajes, hasta ahora estuvieron en Saladillo, Roque Pérez, Bragado (Buenos Aires) y Sunchales (Santa Fe). En estos días, definen fechas con San Nicolás, Lincoln, General Madariaga y Chivilcoy (Buenos Aires), La Paz (Entre Ríos), Rivadavia (Mendoza),  San Luis capital, Oberá (Misiones) y  Rafaela (Santa Fe). “Male es la organizadora, se ocupa de todos los detalles”, cuenta Güido.

Proyecto Mini Movie Van en marcha.

¿Y cómo lo vive ella? “Desde que empezamos a viajar con los cortometrajes todo creció un montón. Está bueno remarcar que este proyecto es sin fines de lucro y que nos permite unir nuestras dos pasiones, viajar en la casita rodante e ir llevando los cortos que son de producción propia”, relata Malena.

“Güido es director y guionista y hace sus cortos que son todos de gran conciencia social. Entonces vamos yendo por las localidades, nos prestan un cine, un teatro, un galpón, algún lugar donde podamos proyectar. Y nos encanta!”, agrega.

Lo que ocurre después de pasar los cortos es uno de los momentos que más disfrutan. “Es que se generan unas charlas y debates súperinteresantes. Estamos muy contentos, nos está yendo muy bien. Es hermoso recorrer nuestro país con algo que nos hace tan felices”, cuenta Malena.  Ya es tiempo de despedirse. Una nueva salida los espera y hay mucho que organizar y planificar. Ahí está el camino de la vida, esperando por nuevas aventuras.

Sonrisas en el camino. «Todo esto es muy lindo. Nos hace felices recorrer el país con lo que nos gusta».

Para viajar, Malena y Güido camperizaron un furgón que ahora tiene una mesa plegable que funciona como living, sillones que se hacen cama, una cocina, un bidón de agua  y una ducha externa.

Así salen cada fin de semana que pueden para proyectar los cortometrajes. Malena y Güido reciben las invitaciones de todo el país y se organizan para ir a exhibir los cortometrajes y ser parte del debate que sigue. Puede ser en un galpón con 20 asistentes al que llevan el proyector si hace falta o un cine para 300 personas. No cobran nada, solo piden el lugar donde presentar los cortos. En el verano, con más tiempo disponible, tienen pensado recorrer la Patagonia. Si querés invitarlos, ya sabés, los encontrás en las redes como Mini Movie Van.


Estos son los cuatro cortometrajes que proyectan en los viajes Malena y Güido.

* Mágica (7 minutos). Sobre la donación de órganos, cuenta con la música de Sandra Mihanovich (quien vivió la donación en primera persona) y las actuaciones de Celina Font y los periodistas de Telefé, Cristina Pérez y Adrián Puente.

* ACOUA (12 minutos). Sobre las diferentes clases sociales. A partir de una entrevista de trabajo, se muestran las posibilidades que tiene cada uno según su realidad.

En Roque Pérez (Buenos Aires) durante la proyección.

* Secuelas (Historias de 10 minutos). Serie web con historias de vida durante el confinamiento por la pandemia. Muestra cómo tuvieron que convivir con episodios de violencia de género, la falta de trabajo, padres separados que no podían ver a sus hijos, entre otros temas que nos tocaron a todos muy de cerca.  

* La Misma Mirada (13 minutos) cuenta la vida de un chico nacido de una violación, quien lleva el karma de ser el vivo recuerdo del peor momento de la vida de su madre. Estrenado en el 2021, actúan Aarón Palomino y su padre Juan Palomino. 


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