Seis hoteles que hicieron famosos los escritores

Los hoteles que albergaron a escritores o artistas tienen un valor extra para los lectores y viajeros, una estrella de yapa que les regalan esos creadores que eligieron sus camas para descansar.

El lugar donde duermen los que escriben tiene un halo especial, saber que entre esas cuatro paredes alguien concibió una obra maestra, le aumenta mágicamente la categoría al hotel en cuestión. Como si las musas quedaran atrapadas en ese cuarto y pudieran pasarse de huésped en huésped.

Ahora que en París acaban de inaugurar una habitación en el hotel L’ Alsace dedicada a Oscar Wilde, visitemos otros hoteles que sacan chapa por los escritores que de hospedaron allí.

L’Alsace, París

En este hotel, en noviembre de 1900, falleció Oscar Wilde. Era un lugar barato, pero Wilde no pudo pagar la factura. Hoy, es un lujoso cinco estrellas y acaba de inaugurar una habitación que rinde homenaje a su inquilino más célebre. El hotel fue testigo del ocaso vital y profesional de Wilde, que se refugió allí los dos últimos años de vida tras haber cumplido una condena “por sodomía”.

Cabourg, Normandía

En el Grand-Hôtel de Cabourg pasaba sus veranos Marcel Proust, autor de “En busca del tiempo perdido”. Y justamente en esa novela se refiere a este lujoso hotel de las costas de Normandía como el Gran Hotel de Balbec. En su honor, aquella habitación en la que solía hospedarse se mantiene intacta un siglo después, aunque toda la estructura se ha modernizado.

Chelsea Hotel, Nueva York

Chelsea Hotel, Nueva York

El Hotel Chelsea, en el 222 de la calle 23, entre séptima y octava, fue uno de los puntos de encuentro más famosos de Nueva York. Es que ese edificio fue el segundo hogar de Bob Dylan, Dylan Thomas, Al Pacino, John Lennon, Thomas Wolfe, Allen Ginsberg, Jack Kerouac y Patti Smith, entre muchos otros. Se dice que aquí Kerouac escribió su relato “En el camino” y que Arthur Clarke creó “2001, una odisea en el espacio”.

Lutetia, París

El Lutetia, un emblemático hotel art déco construido en 1910, reabrió el año pasado sus puertas convertido en un cinco estrellas. Este es un lugar con historia: Charles de Gaulle pasó su noche bodas en 1921, en su vestíbulo los familiares de los deportados a campos de exterminio nazi buscaban a los sobrevivientes y James Joyce escribió parte de su obra maestra “Ulises” en una de sus habitaciones.

La Perla, Pamplona

La habitación se mantiene intacta. Solo ha cambiado el número: antes era la puerta 201 y ahora la 217. Pero más allá de ese detalle numérico, entre esas paredes, que albergan un cuarto de 50 metros cuadrados, durmió Ernest Hemingway cada vez que iba a Pamplona. Evidentemente, era el favorito de La Perla, pero vale la pena aclarar que en otros cuartos se han hospedado Orson Welles, Manolete, Charles Chaplin e Imperio Argentina.

Palacio Estoril, Estoril

No podía ser de otra manera. Por algo, este lujoso hotel sirvió de inspiración para algunas escenas del más aristócrata de los espías: James Bond. La localidad portuguesa de Estoril se convirtió durante la Segunda Guerra Mundial en el hogar de la aristocracia europea y también de numerosos espías. Y allí, por supuesto, se hospedó Ian Fleming, el autor de la saga del inoxidable 007.


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