Severo reproche por el escándalo en el que terminó una audiencia del caso Piedrabuena

El juez Zvilling instó a las partes a que "ajusten su actuación al sistema procesal vigente en la provincia".

El Tribunal de Impugnación declaró la nulidad de la audiencia de control de acusación que empezó y se interrumpió de manera abrupta el 6 de julio pasado, en el caso del exjuez Diego Piedrabuena. De paso, mandó al desván de los inhibidos de intervenir a otro juez, en este caso Leandro Nieves.

En su resolución, el Tribunal no se privó de formularles un severo reproche a todas las partes que intervinieron en esa audiencia salvo al querellante Nahuel Urra, único que se salvó de las admoniciones que repartió Fernando Zvilling en su carácter de presidente de la audiencia.

A esta altura es cada vez más difícil reseñar de dónde viene y en qué etapa se encuentra esta causa, pero aquí vamos con el intento. No traten de hacerlo en sus casas sin supervisión.


Primero, una cuestión previa


El 6 de julio se citó a control de acusación con el juez Nieves. En esa audiencia debía definirse si el caso Piedrabuena (léase, el escándalo en el hipermercado del 12 de diciembre del 2020) va a juicio oral, y debía discutirse la prueba (testimonial, documental, fílmica) que se utilizaría.

La fiscal Silvia Moreira empezó a exponer, el imputado Piedrabuena intentó interrumpirla para introducir una cuestión previa, Nieves no se lo permitió. Recién cuando la fiscal terminó, le cedió la palabra.

Adelantemos el reloj dos horas. Piedrabuena seguía argumentando, y Nieves le dijo que ya era suficiente, que estaba claro su punto, que pasara al siguiente. El exjuez lo acusó de coartarle su derecho de defensa. Hubo gritos de la esposa, que también está imputada. El zoom se descontroló.

Piedrabuena recusó a Nieves por haber perdido la imparcialidad. La esposa le gritaba «emperador» al magistrado, quien rechazó la recusación, dio por cerrada la audiencia, apagó su cámara y se fue.


Primero, una cuestión previa (II)


El siguiente capítulo se dio el 27 de julio ante el juez Juan José Nazareno Eulogio. Tema: resolver la recusación de Nieves.

El juez Eulogio abrió la audiencia y tomó la palabra pero adivinen qué: Piedrabuena tenía una cuestión previa para introducir. Dijo que Eulogio no era competente para resolver y lo desconoció como juez natural.

Pasaron horas de discusión, apareció un meme (muy precario) de Nieves, Eulogio ratificó a Nieves al frente de la audiencia de control de acusación, Piedrabuena anunció impugnación.


Todo nulo


Y así llegamos al último, hasta ahora, episodio de la saga. El Tribunal de Impugnación, integrado por Zvilling, Richard Trincheri y Daniel Varessio, anuló la audiencia de control de acusación, apartó a Nieves, pero dejó sentado que todas las partes actuaron mal.

«Aquí hay prácticas muy importantes que corregir», dijo Zvilling. «Queremos recomendar a los litigantes que ajusten su actuación al sistema procesal vigente en la provincia».

Añadió que «hubo faltas de respeto» y que no correspondía la recusación de Nieves, sino hacer reserva de impugnación de su resolución.

También criticó al juez porque «una vez que lo recusaron, sin consultar a nadie, dio por cerrada la audiencia. No es así. La audiencia de control de acusación se inicia y se termina», remarcó Zvilling.

«Esto conlleva la necesidad de declarar la nulidad de la audiencia de control de acusación, realizarla con un juez diferente a Nieves, no por la recusación sino por la nulidad que el propio juez contribuyó a causar», aclaró.


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