Sin fútbol, ¿qué pasa con los protagonistas?

Luego de muchas reuniones y versiones durante los últimos días, esta semana será clave para las definiciones de los torneos del fútbol argentino y el panorama no es alentador.

Todo indica que los campeonatos en curso quedarán suspendidos y que solo se jugarán instancias breves para decidir ascensos, no antes de octubre.

Eso haría que a los más de 40 días de inactividad hasta el momento se sumen, como mínimo, otros cinco meses más. En el caso de los dos equipos zonales en el Federal A, el tiempo lejos de las canchas sería aún mayor, dado que su lugar en la tabla de posiciones no los clasifica a una eventual liguilla por el ascenso.

Por lo tanto, si finalmente se termina con los torneos de esa manera, Cipolletti y Sol de Mayo no verían acción hasta el año que viene. La temporada se jugaría en año calendario, de enero a diciembre.

La mayoría de los contratos de los futbolistas y entrenadores se hacen por una temporada por lo que terminan el 30 de junio. Cada club deberá negociar cómo resuelve ese vínculo, además de pensar una estrategia a mediano plazo de cara a la reanudación del campeonato.

Para los jugadores y técnicos será un año realmente duro, ante la posibilidad latente de quedar desempleados en el segundo semestre del año. 

Las aspiraciones deportivas, ante un parate tan largo, pasan a segundo plano para los clubes que siguen buscando alternativas para solventarse económicamente. 

Algunos clubes de la categoría, como Chaco For Ever, licenciaron a los jugadores oriundos de otras provincias para que retornen a sus lugares de origen si así lo desean.

Si efectivamente se suspende el torneo, el resto de los clubes analizará medidas de ese tipo y deberá acordar con futbolistas y entrenadores una salida conveniente.

Esta semana será fundamental y la decisión podría conocerse mañana. Si hay una certeza es que la vuelta del fútbol aún es muy lejana.