8M con malos indicadores: las mujeres en Neuquén tienen la mayor dependencia económica del país
Lo reveló un estudio que analizó la inserción laboral y el uso del tiempo en las 24 jurisdicciones. Hay un número alto que no registra ingresos propios. Es la provincia patagónica en que la riqueza convive con la desigualdad de género, en parte por su perfil productivo. Río Negro, mejor posicionada.
Neuquén es la provincia patagónica que más contribuye al PBI nacional: 2,98%. Esa riqueza no se traduce en distribución y convive con altos niveles de desigualdad de género. Las mujeres tienen empleo -la tasa de actividad supera el promedio nacional- que tiende a ser informal (sin aportes, ni obra social) y con una brecha salarial pronunciada respecto de los varones. Esto significa que consiguen trabajos precarios: con sueldos bajos y de no tan pocas horas. El componente problemático está en el uso del tiempo y las oportunidades: las neuquinas son las «olvidadas» del país, ya que hay una gran número sin ingresos propios de ningún tipo.
Fundar es un centro de investigación y diseño de políticas públicas que elaboró un índice de género, trabajo e ingresos (IGTI) con el fin de describir las desigualdades económicas en las 24 jurisdicciones.
«Teníamos muy poca información confiable, bien producida, sobre lo que pasa en el interior del país», afirmó María de las Nieves Puglia, directora del área de Género de Fundar, doctora en sociología y magíster en antropología social.
Fue por eso que midieron con los mismos indicadores a todas las provincias, sobre la base de los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (2021 y 2022) y la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, ambas de Indec.
«Así armamos una muestra grande y robusta, con dos años, de modo de poder sacar conclusiones», remarcó la profesional. Se construyó con datos binarios en términos de género, porque para Fundar aún no hay fuentes oficiales que permitan analizar la situación de las personas travestis, trans y no binarias frente al mercado laboral en el país.
El documento se pregunta: «¿cómo trabajan las mujeres en las provincias argentinas?».
Cuando se hace doble clic sobre Neuquén, se observa que todos los indicadores de inserción laboral -actividad, formalidad, jornada semanal paga y brecha salarial- le dan un puntaje por debajo del promedio nacional: 74/100 (siempre en relación a los varones). La provincia rankea en el puesto 22 en lo que se refiere al IGTI. Le siguen Chubut, Misiones y Entre Ríos.
«Las mujeres en Neuquén están pudiendo poner menos horas de su tiempo en el mercado de trabajo remunerado», aseguró Puglia. La brecha salarial con los varones es un poco mayor que en la media nacional. Diario RÍO NEGRO publicó que en el tercer trimestre de 2023 esta distancia era del 33,1%.
La violencia de género se asienta sobre la desigualdad
El documento examina el uso del tiempo. Este apartado revela que las neuquinas presentan la mayor dependencia económica del país. La provincia tiene el número más alto de mujeres que ni estudian, ni trabajan, ni poseen ingresos propios o asistencias del Estado. El promedio nacional es de 90/100 y el de Neuquén de 77/100.
«Son las dependientes absolutas. Esta es la situación de vulnerabilidad más extrema, son las olvidadas absolutas del sistema», planteó la profesional. Este dato se refuerza con que en Neuquén también hay más hogares pobres con jefatura femenina que masculina.
Puglia sostuvo que justamente la violencia de género se asienta sobre las desigualdades. «Siempre trabajamos sobre dispositivos de atención integral que son absolutamente importantes, pero lo que hay que trabajar es sobre el problema estructural. Es tratar de ver cuando la brecha salarial es alta, cuando hay dependencia económica», explicó.
Perfiles productivos
Uno de los aportes más importantes del estudio tiene que ver con el cruce entre el índice y la especialización productiva de cada provincia.
«Neuquén tiene una singularidad y es la producción de hidrocarburos. De hecho cuando una mira informes comparativos entre 2010 y 2019 casi el 50% de su matriz está primarizada. El petróleo, la minería son sectores que se organizan en torno a la masculinidad como valor para el trabajo. Todo está organizado alrededor de la fuerza física como valor, incluso en algunos pozos se hace la medición de la cantidad de días sin accidente», señaló.
Estos perfiles productivos son más expulsivos y menos permeables al ingreso de mujeres. Por eso Neuquén se parece más a Chubut que a Río Negro, cuyos datos indican mayores niveles de paridad, sobre todo en el empleo formal, pese a que su aporte al PBI nacional es considerablemente menor: 1,43%. En su economía tiene más peso el sector de servicio, comercio y el agroindustrial. «Eso no significa que las mujeres no sufran estereotipos y que no se inserten de manera segregada en el mercado de trabajo», aclaró la directora del área de Género de Fundar.
La riqueza no se traduce en igualdad
«Esto básicamente es un alerta sobre la teoría del desarrollo y la política productiva. Si vamos a pensar en el desarrollo de una provincia, siempre es deseable que su PBI se robustezca. El tema es que si las políticas productivas no tienen perspectiva de género, ese PBI per cápita alto puede convivir con niveles de desigualdad de género altos también, porque básicamente si tu matriz productiva está empleando varones, lo que está propiciando es el mejor desempeño de varones respecto de sus libertades y derechos», subrayó Puglia.
Y agregó: «Cuando pensamos en el desarrollo productivo hay que pensar para quién, cómo y qué tipo de relaciones de género están propiciando».
Este será el primer 8 de marzo del gobierno de la Libertad Avanza, cuyo vocero presidencial anunció la erradicación de la perspectiva de género del Estado.
Para la doctora en sociología, esta afrenta que se presenta como simbólica no es irrelevante. «Las consecuencias van a ser en el plano material y eso a mí me preocupa particularmente. Sin planificación, sin desarrollo con perspectiva de género no vamos a poder generar niveles de bienestar», enfatizó.
Será clave prestar atención a lo que suceda con el sistema previsional. Según el dosier estadístico que Indec preparó para esta fecha, los regímenes de moratoria permitieron que entre 2001 y 2022 las mujeres pudiera acceder a una jubilación, ya que la menor participación e informalidad en el mercado laboral les impidió a lo largo de su vida cumplir con los años de aporte. Además de que gran parte de su tiempo lo dedicaron a cuidar de otros.
Puglia insistió que que si estos datos empeoran y se destruye aún más la autonomía económica traerá «consecuencias directas sobre la violencia de género».
Añadió que los ajustes que se están aplicando en materia de gastos del Estado «están impactando en las condiciones de vida de las mujeres» que son las que están «armando las ollas populares y salen a garantizar el alimento en los barrios. Que hacen estirar en las casas las comidas, las viandas, las porciones».
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