Alumnos de la Universidad de Río Negro brindan talleres de educación sexual integral en las escuelas

Estudiantes de la Universidad Nacional de Río Negro, junto con algunos alumnos del secundario, se capacitaron para brindar talleres de Educación Sexual Integral en las escuelas. Hasta ahora, se han realizado unos 20 talleres.

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El proyecto comenzó en 2018 cuando la UNRN firmó un convenio con el Ministerio de Salud de Río Negro para formar a promotores de la salud. En ese momento, se capacitó a estudiantes que participaron en la campaña de chequeos de HIV, junto al hospital Ramón Carrillo.

“Dos estudiantes que se habían capacitado como promotores de salud se acercaron al área de Vida Estudiantil con la propuesta de hacer talleres de ESI en escuelas. La primera experiencia se hizo en 2019 y nos agarró la pandemia. Ahora reflotamos el proyecto con otro grupo de estudiantes”, sintetizó Irene Silin, docente de la universidad que coordina el proyecto junto a Emiliano Goye.

El proyecto se replicó aunque con otro grupo de estudiantes. A la vez, se sumaron algunos adolescentes. “La capacitación de los promotores está a cargo del equipo de salud sexual del hospital. Se arman los talleres en conjunto”, indicó Silin.

Por lo general, los pedidos de las escuelas para dictar talleres se reciben a través del mail (promotoresdesalud.andina@unrn.edu.ar). Silin explicó que suelen realizar uno o, a lo sumo, dos encuentros por colegio y la temática surge de la necesidad identificada por la institución. “Métodos anticonceptivos, cuestiones de identidad, violencia. los temas varían. La necesidad depende de la escuela y la problemática que transita esa comunidad”, señaló.

Silin consideró que muchas veces, para las escuelas, resulta más simple que una institución externa brinde esos talleres. “A veces, resuelve tensiones que venga otra institucion a hablar de ciertos temas. Socialmente, hay un imaginario que tiene que ver con la voz autorizada. Son temas sensibles y que otra institución aborde ese tema libera esa tensión en la institución”, aseguró.

También consideró que “el hecho de que hable alguien externo facilita la atención de los estudiantes. Y que sean estudiantes jóvenes suma. Se habla desde otro lugar, a diferencia de un adulto docente atravesado por su rol”.