Análisis: Milei y sus redes, una combinación de imágenes que «hacen un ecosistema poderoso»

La doctora en Ciencias Sociales Cora Gamarnik analiza cómo se muestra el Presidente en sus redes sociales: a veces como superhéroe, otras como ganador, incluso como una caricatura infantil.

Navegar por las redes sociales de Javier Milei es encontrarse con un abanico amplio de imágenes: papadas retocadas, pulgares para arriba, animales creados con inteligencia artificial, leones abriendo una jaula frente al Congreso de Nación, espantando ratas, abrazando a un pato o incluso a él mismo, hecho caricatura rodeado de sus perros. ¿Qué dicen estas imágenes que comparte el Presidente? ¿Qué sentidos construye?

Cora Gamarnik es comunicadora social, doctora en Ciencias Sociales y docente e investigadora de fotoperiodismo. Tiene una larga trayectoria en el estudio de imágenes, y si bien está en un momento incipiente de análisis, comparte algunas reflexiones de los sentidos que construye lo que el Presidente comparte de sí mismo en redes sociales.

“Lo primero que hay que decir”, comienza, “es que no hay un solo tipo de imágenes que circulan de Milei, sino una combinación, que todas juntas, hacen un ecosistema poderoso”.

“Hay una búsqueda por distintos tipos de imágenes que convocan a distintos públicos: a algunos los convoca su imagen de superhéroe, a otros el Milei sexy, a otros su caricatura infantil, o a otros las imágenes violentas”, explica Gamarnik.

A varios les quedó fijada en la retina el beso que le dio a su pareja Fátima Flórez en Mar del Plata sobre el escenario. Ella de dorado, él de negro, las lenguas afuera. ¿Cómo se mostró ahí Milei? ¿Qué sentidos construyó esa foto? Acá Gamarnik ve una de las aristas de análisis: “acá es donde se une lo sexual, al poder. Hay algo en ese mundo digital y real de sus seguidores varones que une la virilidad al éxito”, y agrega, “no me parece menor que alguien que sufrió bullying, que sufrió golpes en su infancia, se reivindique ahora como el ganador, que conquistó a esa mujer bellísima, exitosa y que haga alarde de eso”.

A las imágenes, se sabe, se las analiza en contexto, por eso para Gamarnik no es menor esta foto con su pareja en esta coyuntura: “esa imagen sexualizada también habla de una mujer como objeto. Si bien Fátima Flórez siguió su carrera profesional y tiene su vida independiente, presta su escenario, su lugar de trabajo, su momento de gloria donde los aplausos irían para ella, se lo presta él. Todas las luchas y avances de derechos feministas apuntan a sacar a la mujer de ese lugar de decoración, buscan que asuma el protagonismo propio, la voz propia, la identidad propia. Tanto Milei con su desprecio a los feminismos, como sus seguidores, ponen en escena de nuevo a una mujer objeto”.

Hay otro grupo de imágenes, que también hay que analizar: las que lo muestran con el rostro editado, más fino, con menos papada, “sería un Milei de belleza hegemónica, musculoso, mirada penetrante”, suma Gamarnik. Estas imágenes fueron compartidas de manera oficial, fotografías para la prensa. “Acá aparece el Milei que oculta su verdadero cuerpo, su verdadero rostro, ya no es un juego de sus seguidores en las redes, sino que es él mismo asumiendo una imagen que no tiene”.

Hay otras imágenes que para la analista lo muestran alejando de la política. Fundamentalmente los videos en vivo que sube a Instagram. Ahí parecería que no le importa su aspecto, si se mueve mucho la cámara o si enfoca bien. “Es una estética que apunta a la antipolítica«, analiza, «con esas imágenes parece decir mirá: yo me filmo y soy igual a vos que también te filmas con errores, que también te equivocas. Parecería como que no hay expertos atrás haciéndole el video. Y ahí parece que busca mostrar lo sincero, lo espontáneo, su empatía con los que son como él o que él es igual que el resto, que es uno más”.

Lo mismo observa con las fotos de Milei llorando en el Muro de los Lamentos o extremadamente feliz en su saludo con el papa Francisco. “Busca construir una imagen de sinceridad”, explica Gamarnik, “de espontaneidad, de alejarse del discurso político profesional”.

Hay también imágenes, como las del león martillando la bandera comunista “que expresan violencia, símbolos a los que hay que destruir”, explica Gamarnik, “en vez de generar un debate democrático de ideas, son imágenes violentas que tratan al otro como alguien sin razón, sin historia, sin afectos, seres matables, abatibles, despreciables”.

Como buena analista antes de hacer la última reflexión deja para pensar algunas preguntas: ¿Por qué estas imágenes conectan con una porción de la sociedad? ¿Qué desamparo social sufrió gran parte de la población de nuestro país que siente que el discurso neoliberal de pisarle la cabeza al otro, le toca en alguna vena profunda más que el discurso de la solidaridad?”.

“No tenemos nunca que distraernos”, dice, “estas imágenes están como envoltorio de un programa neoliberal que trae hambre, desocupación y endeudamiento”.

Lo último que suma la docente de la UBA es: “no me parece menor que Fernando Cerimedo, el estratega digital de Milei, acaba de ser implicado por la justicia brasileña en el intento de golpe de Estado que dio Bolsonaro cuando ganó Lula las elecciones. Él está detrás de las estrategias digitales de Milei. Las imágenes no son una cuestión de cosmética o de decorado. Son temas”, concluye, “que hay que prestarle mucha atención”.


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