Apuesta por lo energético y emocional: por qué el hospital de Bariloche fue pionero en brindar reiki
Las sesiones de reiki comenzaron en 2010 y la iniciativa fue imitada por otros hospitales del país. Funciona los martes y viernes de 10 a 12 en el área de Paliativos del hospital Ramón Carrillo.
El hospital Ramón Carrillo de Bariloche dio el primer paso. Allá por 2010 comenzó a ofrecer sesiones de reiki abiertas a la comunidad, algo innovador que, con el paso de los años, fue imitado en distintos hospitales del país.
Es definida como una terapia de medicina complementaria de origen japonés que se basa en la idea de que el cuerpo humano tiene una «energía vital» que puede ser impulsada para promover la curación.
“El área de Reiki pertenece al Voluntariado hospitalario que nació en 2002, de la mano de Ana Biotti y Mariana Heck. En 2010, Ani tenía a sus hijos viviendo en Europa y descubrió que daban reiki en los hospitales. Sin saber bien qué era, armó un proyecto para presentarlo acá”, comentó Lorena Vaudagna, coordinadora del área Reiki del Voluntariado Hospitalario.
Si bien en un principio, la propuesta generó alguna resistencia, finalmente la flamante dirección del hospital público de Bariloche aceptó ponerlo en marcha.

“El reiki trabaja a nivel mental, energético y emocional y, de esta forma, complementa cualquier terapia o tratamiento que el paciente lleve adelante con el médico. La medicina se aboca a la cuestión meramente física, el reiki permite acompañar el tratamiento de la persona”, señaló Lorena.
Las sesiones se llevan a cabo en el área de Paliativos del hospital Ramón Carrillo los martes y viernes de 10 a 12. “Acompañamos en su dolor a muchas personas y realmente, les hace muy bien. Los pacientes en Oncología, por ejemplo, piden hacerse la quimioterapia los martes o viernes para poder recibir reiki después. ¿Por qué? Porque cuando hacen reiki no tienen malestares y no se descomponen tanto”, aseguró.
El reiki está abierto a toda la comunidad. Por eso, el equipo -compuesto por unas 10 personas- recorre todas las áreas del hospital -menos Terapia Intensiva- explicando de qué se trata y consultando quién está interesado en sumarse.
“Me acuerdo que, una vez, una enfermera del área Cuidados Mínimos Hombres me comentó que un señor muy mayor ya estaba muy mal, sufriendo mucho y solo, sin familia. Le dije: ‘Dejáme a mí’. Estuve con él esa mañana y por la tarde, se fue en paz, tranquilo. La enfermera estaba muy agradecida”, recordó.

Lorena recalcó que “cada vez que coloca sus manos hacia adelante para que la gente reciba energía, después le manifiestan que se sienten en paz. Una señora, incluso, me contó contenta que se había hecho los análisis y ya no tenía cáncer. Estaba sana”.
“Las personas que recurrentemente hacen reiki empiezan a sentirse mejor de ánimo. Esto es importante para sanar. La energía te hace volver a tu centro, a tu esencia, estar alegre, feliz y al sentirte así, te sanas”, subrayó.
Brindar los talleres de reiki en un lugar como un hospital no fue del todo simple, admitió Lorena. Llevó tiempo aunque hoy el servicio que prestan es “muy respetado” y tanto pacientes como profesionales del establecimiento “cuidan el espacio”. De hecho, el servicio se trasladó también a los centros de salud del barrio Virgen Misionera y Las Quintas y al centro de jubilados que funciona en el Centro de Atención y Articulación Territorial (CAAT) 4.
¿Qué es el reiki? Lorena lo definió como “energía vital, pura, incalificada. Muchas veces, cuando la energía llega a nosotros, con nuestros pensamientos, con nuestro accionar la vamos calificando bien o mal. Cuando la calificamos mal aparecen las enfermedades. Quizás te duele la garganta porque no pudiste decir lo que querías y te dio bronca. Se generan líos energéticos y agarran dolencias. Se produce una desarmonía”.

Reconoció que hay muchos prejuicios en torno al reiki. Constantemente, se lo subestima. “Claro, no es algo que esté comprobado científicamente. Por eso ,nos costó instalarlo”, dijo.
Cuando se le consultó sobre su primera conexión con esta terapia alternativa, Lorena recalco que desde chica, fue muy intuitiva y cree que nació con un don. “Cada vez que a alguien le dolía algo, yo le preguntaba si quería que lo cure. Y a la persona se le pasaba el dolor de cabeza o le desaparecían los quistes de ovarios. Alguien me dijo que lo que yo hacía era como reiki y empecé a estudiarlo. Me entrené mucho en metafísica”, precisó.
Conociendo su experiencia en el hospital de Bariloche, en 2018 Lorena dictó un entrenamiento de reiki para más de 100 médicos generalistas en un Congreso de Mar del Plata. “La idea fue ayudar a los médicos para que, desde el reiki, tengan una herramienta más. Lo cierto es que Bariloche fue pionero en esto. Le siguió el Hospital Tornú en Buenos Aires, poco después Santa Fe y Tierra del Fuego”, concluyó.
El hospital Ramón Carrillo de Bariloche dio el primer paso. Allá por 2010 comenzó a ofrecer sesiones de reiki abiertas a la comunidad, algo innovador que, con el paso de los años, fue imitado en distintos hospitales del país.
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