Con solo 11 años, salvó a un ave silvestre, activó un gran rescate y dio una lección de vida, en Las Coloradas
Emanuel Muñoz salía de la escuela cuando observó a un ave en peligro. Lo que sucedió a partir de ese momento fue una odisea que lo convirtió en protagonista de una historia de empatía y compromiso con la naturaleza.
En un acto de empatía por la fauna local de Las Coloradas, Emanuel Muñoz, un niño de un poco más de 10 años, se convirtió en un héroe inesperado al encontrar un ave silvestre herida. El gesto que tuvo fue destacado por las autoridades, que aseguran que es fruto de un cambio positivo que se ve hoy en la sociedad.
Emmanuel tiene una mirada atenta como la de un niño que explora mientras juega en las calles de su pueblo y la empatía de quien sabe que la naturaleza a veces necesita de la ayuda humana para subsistir.
Fue así que el pequeño de 11 años no dudo en actuar cuando, mientras caminaba por las calles de la ciudad, se topó con una escena impactante. «Volvía de la Escuela 88. Estaba yendo para lo de mi abuela cuando en frente de un kiosco vi a un perrito que parecía estar agarrando a un pájaro», contó el protagonista de la historia.
«Lo estaba lastimando y le dije a un hombre que aleje al perro», relató. Cuando se acercó al animal, sus ojos se abrieron ante semejante sorpresa. No se trataba de un simple ave. Era un Caburé. «Me di cuenta de que era una lechucita por como movía su cabeza. Me daba impresión», confesó.
Emanuel lo envolvió con su buzo, usando también un gorro como si fuera una camita improvisada para proteger al animal. “Mi amigo me preguntó qué iba a hacer, y le dije: ‘Me la voy a llevar, porque sino se la pueden comer los perros de la calle», contó. Sabía que él la cuidaría con todo el cariño del mundo.
Así comenzó una historia de ternura y empatía que terminó en un rescate que movilizó a todo un equipo de Fauna y puso en valor el compromiso de la comunidad con la biodiversidad.
El caburé, también conocido como chuncho o caburé patagónico, es una pequeña ave rapaz nocturna que habita en el Cono Sur y, aunque es común en algunas regiones, sigue siendo muy sensible a la actividad humana.
Apenas llegó a lo de su abuela, Emanuel le mostró el ave a su tío, quien pensó que era de juguete. Pero apenas entendió que se trataba de un ave silvestre, activó a toda una comunidad. Le envió un mensaje a Titi Ricciutto, responsable del Refugio de Animales Silvestres en Aluminé, quien le explicó las características del animal y le avisó que fauna iría a buscarlo.
Mientras esperaban, Emanuel y su tío buscaron una jaula y acondicionaron un lugar tranquilo y oscuro, lejos del bullicio de la casa y de los gatos que andaban cerca. El amante de los animales de apenas 11 años no se apartó ni un segundo del ave herida. “Giraba la cabeza y me veía, hacía un sonidito como que estaba medio molesta”.
En ese momento, el abuelo de Emanuel agarró al Caburé. Quería ver si estaba herido y se dio cuenta que su pata estaba lastimada. «No podía pararse, parecía quebrada», señaló el niño, quien, en un intento de alimentarla, salió al patio a buscar lombrices. “Encontré algunas, pero no se las comió. Tampoco quiso tomar agua.” A esa altura, ya había bautizado al ave: «le puse Cherry».
Gracias a la gestión de Titi y al compromiso de la familia, se activó el protocolo de rescate. Ese mismo día por la tarde, llegó una comisión de Fauna desde Junín de los Andes.

El equipo trasladó a Cherry para que fuera atendido por la médica veterinaria Bárbara Bartolomé, de la red de rescate Ñacurutú en Junín de los Andes. “Tiene una fractura de tibia, se le colocó un tutor bajo anestesia. El pronóstico es reservado, porque es un ave muy pequeñita y delicada”, contó la profesional.
Esa tarde, cuando los agentes de Fauna llegaron y se llevaron a Cherry para darle atención especializada, Emanuel los despidió con una mezcla de alivio y emoción. “Me dijeron: ‘Gracias por haberla cuidado, ahora la vamos a llevar al veterinario’.
Con apenas 11 años, pero con una madurez conmovedora, Emanuel dijo: “Me siento orgulloso de mí mismo porque pude rescatar un animalito». No es para menos. El director de Fauna, Nicolás Lagos, también destacó su gesto y lo ubico dentro de una tendencia que viene creciendo.
“La verdad estamos muy contentos porque vemos un cambio en la sociedad”, expresó. «En otro momento, lo más seguro era que lo sacrificaran. Hoy, los chicos entienden la importancia de proteger a los animales», aseguró.
Lo mismo destacó la veterinaria Bartolomé: «La acción del niño me pareció maravillosa. Son ellos los que aprenden, absorben y a su vez transmiten a los adultos. Lógicamente, habla de un niño bien educado con amor y empatía hacia los más débiles e indefensos».
A veces, no hace falta ser grande para hacer lo correcto. Así lo demostró Emanuel, quien le salvó la vida a un caburé que hoy gracias a él recibe medicación ,contención y alimentación de acuerdo a sus necesidades y monitoreo de su evolución.
Actualmente, tiene un pronóstico reservado, dijo Bartolomé. «Es un ave pequeña, frágil, se estresa con mucha facilidad como toda ave silvestre. Pero lo destacable es que por ahora su evolución es buena». Lo único que queda será esperar que se recupere para ser devuelta a su hábitat natural.
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