Conicet, el estado de situación de la ciencia en Neuquén, Río Negro y la Patagonia

Se registraron 139 despidos de personal administrativo en el organismo en todo el país, una reducción de más del 50% de la cantidad de becas doctorales y 850 investigadores que ganaron el concurso el año pasado para ingresar a la carrera del Investigador, todavía no logran el alta.

La política de vaciamiento, desmantelamiento, la incertidumbre laboral y el ajuste presupuestario podrían conllevar a la destrucción de una de las estructuras de la ciencia argentina. El Conicet atraviesa 139 despidos de personal administrativo en todo el país, una reducción de más del 50% de la cantidad de becas doctorales y 850 investigadores que ganaron el concurso el año pasado para ingresar a la carrera del Investigador, todavía no logran el alta.

Bajo el lema “Abrazo Mundial a la Ciencia Argentina”, la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt) entregará a las autoridades del Conicet 1.200 cartas correspondientes a academias de ciencias y centros de investigación de más de 50 países, entre quienes se encuentran ganadores de premios Nobel, que “destacan la calidad y excelencia de la ciencia argentina”, se solidarizan con el recorte y cuestionan “el efecto devastador que las políticas actuales están teniendo sobre este sector”.

La primera copia impresa de las mil cartas fue entregada el 10 de abril, el día del investigador científico, en la Jefatura de Gabinete de Ministros, a cargo de Nicolás Posse.

A la lectura simbólica de algunas esas cartas -que también se llevará a cabo en Bariloche- esta tarde, se sumará un abrazo simbólico en la sede principal del Conicet y del ex Ministerio de Ciencia.

Nuria Giniger, secretaria general de ATE Conicet Buenos Aires, recalcó que los 139 despidos de administrativos entre enero y marzo corresponden a “personal especializado en el sector de la ciencia”. “Es personal que cumple tareas científicas tecnológicas, compras de insumos para producir ciencia, se desarrollan en vinculación tecnológica o la divulgación de la ciencia”, advirtió.

La dirigente gremial enfatizó que “todos los trabajadores estamos sufriendo distintos ataques respecto a la posibilidad de sostener la producción científico tecnológica al no haber presupuesto para desarrollar la investigación. El organismo tiene dificultades, a lo que suma el estrés laboral altísimo al no saber cómo sigue. Es un día a día”.

El dato

16 centros científicos tecnológicos
tiene el Conicet distribuidos en Mar del Plata, Rosario, Salta, San Luis, Santa Fe, Tandil, Tucumán, Bahía Blanca, Mendoza, San Juan, Córdoba, La Plata, Puerto Madryn, Bariloche, Resistencia y Neuquén.

800 investigadores en tres provincias

El CCT Patagonia Norte reúne 873 científicos entre investigadores, becarios y personal de apoyo técnico, distribuidos en Río Negro, Neuquén y Chubut. Otras 20 personas cumplen tareas de gestión, como administrativos, recursos humanos, vinculación tecnológica y comunicación. La mayoría coincide en que «es poco personal de gestión para la cantidad de científicos en la región«.

Del personal administrativo, en lo que va del año ya despidieron a tres personas. «Esos contratos se renuevan todos los años. Si bien tenían contrato hasta el 31 de diciembre, cuando asumió la nueva gestión, a mediados de enero, rescindieron dos contratos y dijeron que habría una nueva revisión de contratos el 31 de marzo», comentó Paula Marchelli, investigadora del Conicet y vicedirectora del CCT Patagonia Norte.

Poco antes de finales de marzo, despidieron a otro empleado. A los demás les anunciaron que los contratos se extenderían hasta el 31 de diciembre. Pero semanas después, esta decisión se revirtió y las autoridades informaron que los contratos estarían vigentes hasta el 30 de junio.

“Están haciendo contratos trimestrales en toda la administración pública. Es un maltrato este ir y venir constante y representa una inestabilidad tremenda para nuestro personal. Las tres personas despedidas eran fundamentales porque somos muchos investigadores en la región”, destacó Marchelli.

Aseguró que entre las personas despedidas, se encontraba la única empleada administrativa del Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos del Cambio; mientras que la otra persona se desempeñaba en Recursos Humanos donde solo había dos empleados. La tercera persona despedida trabajaba en el área de vinculación tecnológica.

“Estamos perdiendo capacidades. Si podemos llevar adelante proyectos científicos es gracias al personal de gestión que ayuda con trámites, compras, comunicando lo que hacemos. Todo pasa por el personal de gestión que nos asiste. Tenemos cada vez más reducidas las capacidades”, sintetizó Marchelli.

Advirtió que “el clima de angustia es grande”. “Es difícil programar actividades para todo el año si no sabemos si se va a poder continuar o no”, manifestó.

Acotó que a la crítica situación, se suma el recorte para las universidades que deberán funcionar con el mismo presupuesto que en el 2023: “Las universidades son nuestros socios número uno. El 80% de nuestros investigadores tienen lugar de trabajo en universidades o dan clases. El ahogo presupuestario de las universidades que no llegan a mitad de año para pagar todo nos influye en forma directa”.

Otro impacto sobre el organismo fue la reducción de las becas doctorales del Conicet que ya habían sido evaluadas y aprobadas. De un total de 1.300, solo se mantuvieron 600. “Este número venía siendo estable desde 2006. Todos los signos políticos mantuvieron el otorgamiento de becas. El número actual nos retrotrae al 2003 cuando salíamos de la crisis del 2001”, recalcó Marchelli.

Las 600 becas doctorales aprobadas deberían haber iniciado el primero de abril y las pospusieron para agosto. Hoy, el presupuesto del Conicet no alcanza a llegar a agosto”,

Nuria Giniger, secretaria general de ATE Conicet Buenos Aires.

Incertidumbre laboral

El Centro Científico Tecnológico Patagonia Confluencia abarca 129 investigadores y 117 becarios distribuidos en La Pampa, la ciudad de Neuquén y Río Negro.

Tiene 13 administrativos y 32 empleados técnicos. Por el momento, no hubo despidos. “Algunos tienen más de 10 años de antigüedad. Tenían un contrato que se renovaba todos los años, pero este año empezaron a tener renovaciones trimestrales. Para la estabilidad laboral de una persona, es muy precaria, de mucha incertidumbre. No saben si en junio puede haber una ola nueva de despidos”, reconoció Natalia Guiñazú, vicedirectora del CCT Patagonia Confluencia.

Recalcó que la situación es grave también para el personal de apoyo (quienes asisten a los investigadores, ayudan a preparar los reactivos, manejan equipos de alta complejidad). “Se habían hecho muchos concursos para que ingresen, estaban en diferentes etapas, incluso muchos habían logrado ingresar, pero se frenaron todos”, indicó.

Guiñazú cuestionó además el atraso en la designación de investigadores: “No se sabe cuándo entrarán a planta. Hay mucha incertidumbre porque no se sabe la política que lleve adelante el gobierno. Se están criticando, por ejemplo, las ciencias sociales y humanas y hay mucha incertidumbre sobre estas áreas”.

«Investigamos según la disponibilidad de subsidios. Nos presentamos a un concurso y si ganamos, tenemos el subsidio. No se sabe si vamos a poder seguir estudiando o tendremos que hacerlo más aplicado. Sin financiación no puede haber conocimiento básico para llegar a lo aplicado”, puntualizó la investigadora.

Reconoció que la reducción en el número de becas también impactará en el organismo. “Tenemos una carrera científica. La persona inicia siendo becaria, luego se doctora y si quiere seguir la carrera científica se presenta a un concurso público. Si tenemos una disminución del número de becas, cortamos ese círculo de recursos humanos y más adelante nos afectará”, planteó.


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