Consulta ginecológica acompañada: una buena idea para no postergar la salud de las mujeres
Una jornada especial reunió en Roca a 26 mujeres para hacerse los controles anuales en un solo día y un solo lugar. La idea fue facilitar el acceso, para combatir la postergación y abrir espacios de diálogo sobre la salud de las mujeres.
“El último control me llevó cuatro meses”, contó Amalia Delfante, bioquímica e integrante del laboratorio privado que formó parte de la iniciativa. “Conseguí turno para una ecografía pero no para la otra, después me faltaba la toma del PAP. Cuando terminé, ya no sabía si el siguiente me tocaba a fin de año o al principio del otro”. Su experiencia no es excepcional. Muchas mujeres postergan sus controles de salud por cuestiones de agenda o logística. Muchas veces la salud sexual y reproductiva de las mujeres está rodeada de silencios.

Controles ginecológicos en un día, un solo lugar
Contra ese escenario nació esta propuesta: una jornada especial de controles ginecológicos acompañados, organizada por el Laboratorio Diagnóstica en conjunto con Mima, Centro de la Mujer y Salud Perinatal. El pasado sábado 26 de julio, 26 mujeres (13 parejas de amigas o familiares) participaron de la tercera edición de esta iniciativa que ya tuvo otras fechas en marzo y mayo. Esta vez, la excusa fue el Día del Amigo.
La iniciativa fue organizada de manera conjunta por laboratorio, representado por las bioquímicas Amalia Delfante y Silvana Cecchi, y por el equipo de ginecología de Mima, integrado por las doctoras Antonella Zurita, Jesica Fernández, Estefanía Ventimiglia y Camila Ledesma. Desde el laboratorio se aportaron los análisis clínicos, incluyendo los estudios de patología y el test de HPV realizados en el área de biología molecular. Las ginecólogas estuvieron a cargo de los controles clínicos, la toma de muestras y la realización de ecografías mamarias y ginecológicas.

“El objetivo es que una mujer motive a otra a controlarse también. Que no quede en una, sino que puedan venir juntas, con una amiga, la hermana, la tía”, explicó Delfante..
El sistema está pensado para resolver una problemática común: la dificultad para coordinar múltiples turnos en medio de las rutinas laborales, familiares y personales. “Muchas mujeres primero nos ocupamos de todo el resto, de los hijos, del trabajo, y nos vamos dejando para lo último”, observa Delfante. “Con este esquema, una mujer sana puede hacer todos sus estudios en un solo día y en un solo lugar”.
En una hora y media cada paciente completó los estudios
Las pacientes fueron citadas con turno previo y al llegar se las recibió con el objetivo de respetar el ayuno para los análisis clínicos. El recorrido comenzó con la extracción de sangre y continuó con la consulta ginecológica, donde se realizaron la toma de muestras (PAP y HPV) y los estudios físicos correspondientes. Luego, cada mujer se trasladó al sector de ecografías para completar el control mamario y ginecológico.
Todo el circuito se desarrolló en un mismo espacio, lo que permitió que, en aproximadamente una hora y media, cada paciente completara la totalidad de los estudios. Como cierre, se les entregó como obsequio un desayuno un café local (Velia) y un voucher para un servicio de bienestar (Cintia Navarro).
Los resultados comenzaron a entregarse de forma digital a las pocas horas: los análisis de sangre estuvieron disponibles en el día, el test de HPV en 48 horas y el PAP dentro de los 5 a 7 días. Las ecografías, tras ser evaluadas en profundidad por el equipo médico que redacta el informe, completan el paquete de estudios. En aproximadamente 10 a 15 días, cada paciente recibe toda la información completa en su teléfono para ir a la consulta médica.
Una buena idea para imitar
La jornada incluyó la participación de un equipo de ginecología junto con la ecografista María Belén Silvera. Al finalizar el circuito, cada mujer recibió un desayuno en un café de la ciudad y un obsequio de bienestar, “como una manera de cerrar ese momento compartido con algo agradable”, explican.
Además de las pacientes con cobertura médica, se reservaron algunos cupos para mujeres sin obra social. “Nos dimos cuenta de que hay mucha demanda postergada por falta de cobertura”, señaló Delfante. “Pero también vimos que, aun teniendo acceso a la salud privada, muchas mujeres no se controlan por falta de tiempo o de motivación. Por eso apostamos a esta fórmula de acompañarse entre pares”.
El trabajo dejó en evidencia que, cuando se generan espacios cálidos, accesibles y pensados desde la empatía, las mujeres se acercan, se cuidan y comparten. “Vamos a seguir organizando estas jornadas”, anticipó Delfante. “Ya estamos pensando en una nueva edición para octubre, en el marco del mes del cáncer de mama”. La apuesta es simple que el control anual deje de ser una carga solitaria o una cita postergada, y se convierta en un acto compartido, cuidado y posible.
“El último control me llevó cuatro meses”, contó Amalia Delfante, bioquímica e integrante del laboratorio privado que formó parte de la iniciativa. “Conseguí turno para una ecografía pero no para la otra, después me faltaba la toma del PAP. Cuando terminé, ya no sabía si el siguiente me tocaba a fin de año o al principio del otro”. Su experiencia no es excepcional. Muchas mujeres postergan sus controles de salud por cuestiones de agenda o logística. Muchas veces la salud sexual y reproductiva de las mujeres está rodeada de silencios.
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