Esteban Arámbulo de Roca a Londres sin escalas: el pianista de IUPA ganó una beca internacional
Llegó desde la Provincia de Buenos Aires a los 17 años para estudiar en Río Negro. A contramano de muchos artistas, eligió el interior del país para formarse. Ahora, toca los mejores pianos y toma clases magistrales por el mundo.
Esteban Arámbulo se considera un privilegiado. Con 28 años, fue uno de los dos argentinos seleccionados para viajar a una capacitación intensiva de piano en Londres, Inglaterra. A partir de una beca internacional, logró sentarse al lado de Alberto Portugheis, un reconocido pianista de 85 años quien fue su gran maestro en el viejo continente.
El beneficio fue otorgado por la Fundación El Sonido y El Tiempo Internacional, junto con European Piano Teachers Association (EPTA) y la Asociación Latinoamericana de Profesores de Piano (ALAP). El otro becario fue el artista Nazareno Gimenez de Córdoba.
Luego de más de una década de estudio y práctica, Esteban logró graduarse de Profesor Universitario de Interpretación Musical en el Instituto Patagónico de las Artes (IUPA) de Roca y ahora es docente en la universidad. Trabaja como pianista acompañante de la Cátedra de Profesorado de Violín y de Práctica de Concertista de Percusión. Además, está en la Coordinación de Extensión Universitaria.
Él es rionegrino por adopción ya que nació y se crió en Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires. A los diez años empezó a vincularse con los instrumentos musicales, primero con la guitarra y el piano. Mientras estudiaba en el secundario, cursaba la carrera en el Conservatorio.
A los 16 años, ocurrió un hecho que cambiaría para siempre su vida: viajó a Roca a participar del Festival Internacional de Percusión de Fundación Cultural Patagonia (FCP), como asistente. “Ahí fue donde conocí el IUPA, conocí el sur, el valle”, cuenta. Y desde ese día, un pedazo de su corazón se quedó en este territorio.
“Conocí a Fabricio Danei y decidí aplicar a la beca de la FCP para poder venir a estudiar”, relata. A los 17 años, obtuvo la beca de residencia y se mudó a Roca desde su ciudad natal persiguiendo la meta de recibirse. Presentó las equivalencias de lo aprobado en Buenos Aires y continuó el profesorado en la Patagonia.
La carrera es de diez años y él se recibió a los 28. El artista no cree que todo se trate de talento, sino por el contrario, fundamentalmente de sacrificio y disciplina para lograrlo. “Hay que laburar un montón, hay que estar muchas horas”, admite Esteban. “Hay trabajo, hay frustraciones, hay objetivos”, aclara sobre el esfuerzo que le conllevó.
Cruzando el océano, comprobó que la música es un lenguaje universal y que el piano tiene especiales características. “Te permite ahondar, expresar cosas que el lenguaje en palabras no puede. En mi caso, soy una persona muy racional, muy objetiva y la música me lleva a ese otro plano en donde puedo traspasar las barreras emocionales”, opina.
Una beca de formación que ganó en Buenos Aires
En octubre de 2024, empezó a vivir este logro internacional cuando se postuló a un perfeccionamiento y concurso en Buenos Aires. Ahí fue seleccionado junto a otros cinco pianistas del país. Casi sin esperarlo, la próxima parada fue Inglaterra 2025. No lo podía creer.
“Llegamos (a Buenos Aires) y nos encontramos con que el curso se iba a hacer en el departamento de María Martha Argerich”, cuenta. Esteban estudió en la propia casa donde vivía la pianista argentina y nacionalizada suiza, considerada una de las mayores exponentes de su generación. Se sentía extasiado, rodeado de los tres pianos de Argerich y viendo de cerca las insignias de los concursos que la pianista ganó durante toda su trayectoria.
Tomó las clases y el último día fue el concierto final donde un jurado lo eligió. La beca en Londres tuvo una duración de dos semanas. No solo tomó clases intensivas sino que pudo convivir en la casa del propio Alberto Portugheis, aprendiendo de su vida cotidiana y siendo parte de su realidad. “El maestro podía estar doce horas dando clases y no se casaba, tiene 85 años. Es increíble”, cuenta.
“Finalicé el viaje con un concierto en el auditorio Steinway Hall, una sala excepcional equipada con pianos Steinway modelo D, verdaderas “Ferraris” para los pianistas”, cuenta el joven, aún asombrado.
En Europa, Esteban compartió clases y escenario con colegas de Italia, Alemania, Lituania e Inglaterra, provenientes de escuelas muy distintas y con enfoques diversos sobre la interpretación y la preparación escénica.
Tuvo la oportunidad de entrar a la “Royal School of Music”, una verdadera joya para los músicos del mundo. No menor fue haber tocado pianos de altísimo rendimiento, lo que le permitió explorar nuevos sonidos que jamás imaginó conocer en primera persona.
Un músico con múltiples pasiones
A pocos días de haber regresado al país, Esteban sostiene que la beca fue fundamental en su carrera. “Es una excelente oportunidad para contrastar nuestras virtudes y particularidades como músicos formados en Argentina, reflexionar sobre aquello que podemos mejorar en nuestro territorio y, especialmente, en nuestra universidad”, cuenta.
Además de la música, Esteban es un joven comprometido con la sociedad, quien mantiene sus intereses sociales y políticos por fuera de la carrera como concertista. Tiene emprendimientos en mente vinculados a la educación y el bienestar animal en Roca.
“El piano me va a acompañar toda la vida”, sentencia. Sin embargo, no se piensa a futuro como un músico solista aislado de la sociedad. “Me gusta pensar en mi actividad como pianista profesional con calma, es decir, conciertos anuales, giras, pero todo dentro de su espacio mientras puedo dedicarme también a otros intereses”, cierra.
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