En Viedma, las ferias de barrio crecen como una opción a la crisis

En Viedma, las ferias de barrio se convirtieron en una respuesta a la crisis económica. Cada vez son más frecuentes y lo que solía ser simplemente un punto de venta, ha evolucionado y diversificado en gran medida en los últimos años.

Estos eventos ya no se limitan a los productos agrícolas, hoy en día, los visitantes pueden disfrutar de una amplia gama de productos que van desde la ropa, miel y fiambres, hasta los vinos locales. Esta diversificación brinda a los consumidores más opciones, además de contribuir a la revitalización de la economía local.

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Una de las características más notables, es la creciente cultura del trueque, los asistentes pueden intercambiar productos y bienes de manera directa, promoviendo la economía colaborativa. Además, constituyen un espacio para la venta de ropa de segunda mano, impulsando la sostenibilidad y brindando a las personas la oportunidad de adquirir prendas a precios asequibles.

La Feria Municipal, en particular, ha desempeñado un papel fundamental en la comunidad a lo largo de los años, gracias a su amplia variedad de productos y su ambiente acogedor, además de servir como un lugar de encuentro. Por otro lado, las ferias de barrio como la del Inalauquen y la del barrio Santa Clara, ganaron notoriedad debido a su habilidad para adaptarse a las cambiantes necesidades de sus respectivas comunidades, ofreciendo gran variedad de productos y fomentando un espíritu de colaboración que las distingue.

Feria Municipal

Tomas, productor de miel contó que «somos productores locales con colmenas en el Idevi y en Patagones, mantenemos la tradición que comenzó mi abuela hace más de 20 años, traemos miel y distintas variaciones como polen, propóleo y caramelos».

Nelson, propietario de Quesería Yaveh, añadió «somos un emprendimiento familiar que comenzó hace año y medio, vendemos productos de la Pampa, incluyendo quesos saborizados, sardo, pateras, embutidos, aceite de oliva y miel. Este es nuestro segundo sábado en la feria, y estamos viendo un movimiento importante de gente, lo cual es beneficioso, ya que la gente tiene la oportunidad de elegir calidad y precio”.

América, vendedora de ropa agregó «vengo a la feria desde que existe, hace 30 años. En principio, éramos todos vendedores de ropa, con el tiempo empezaron a llegar más personas de las chacras, aunque el tema de las ventas está tranquilo, mantenemos el puesto porque es una tradición y despegarse nos da nostalgia después de tantos años».

Verónica, vendedora de verduras, destacó «la feria es una buena manera de generar ingresos para la casa y conocer gente. Tenemos clientes y es como tener un negocio, solo que venimos los martes y sábados, siguiendo la tradición que mis abuelos comenzaron hace más de 20 años, y ahora mi mamá y yo la mantenemos».

Feria del barrio Inalauquen

«Desde que se creó, los vecinos siempre concurrimos», mencionó Valentina, vendedora de ropa de segunda mano «sabemos que en las ferias nos ayudamos mutuamente, si uno tiene un producto que el otro necesita, cambiamos, y así siempre nos estamos ayudando. Queremos que la feria siga creciendo día a día, entre nosotros cuidamos las cosas y nos colaboramos. El país está pasando por momentos difíciles, así que buscamos estos lugares para sobrevivir y llevar algo a nuestras familias, a pesar de ser jubilada, sigo trabajando».

Verónica, otra feriante, contó «hace un año empecé a venir a la feria, donde traigo lencería, ropa de segunda mano y todo tipo de plantas. Me gusta venir porque se ha formado un lindo grupo, somos como una familia y nos ayudamos mutuamente”.

Feria del barrio Santa Clara

«Hace dos años vengo a la feria» compartió Paula, vendedora de ropa y calzado. «Para mí, la propuesta está buena y ha crecido mucho, antes solo se ocupaban las partes desde la vereda hasta adentro, pero ahora se extendió mucho más, debido a la situación económica que enfrentamos. Vendo ropa que ya no se utiliza y calzado, todo a precio barato, siempre teniendo en cuenta las necesidades de la gente, por lo general, se mueve mucho los primeros días del mes”.

Miguel Ángel, artesano, expresó «hago todo tipo de artesanías de madera y melamina, incluyendo mesas económicas, todo a precios de feria. El movimiento es muy bueno, y además conoces gente, la propuesta es positiva, y es evidente que se necesita un espacio más grande debido a la creciente demanda, esperaremos a ver si la gente viene por el tema económico que estamos pasando.

Según el subsecretario de Protección Ciudadana, José Flores “en Viedma, se distinguen dos tipos de ferias: las formales, autorizadas y que operan en diferentes puntos de la ciudad, como la feria municipal; la feria agroecológica; y las ferias de artesanos. Por otro lado, existen vendedores que operan los fines de semana en lugares sin autorización ni declaración formal como feria”.

Flores destaco que “solo el 1% de la población viedmense produce en la zona del Idevi” y que “se mueven alrededor de 30 millones por mes en la feria municipal”.

Sin embargo, las ferias de barrio representan un ejemplo de cómo las comunidades pueden adaptarse y prosperar en tiempos difíciles. La diversificación de productos, la cultura del trueque y la oferta de ropa de segunda mano son solo algunas de las formas en que estas ferias han respondido a las necesidades cambiantes de sus visitantes. Estos eventos no solo son un motor económico para la ciudad, sino también un testimonio de la creatividad de la comunidad local.