Es bióloga y dedica su vida a investigar en Neuquén: con 37 años, ganó becas y concursos en Conicet
En el Día del Investigador, desde San Martín de los Andes, Antonella Panebianco de Conicet cuenta cómo lo logró. Nuevas generaciones se ponen al servicio de la ciencia nacional. "Es el sistema científico que quiero defender", dice.
Cuando tenía siete años, visitó la Patagonia con su familia y la vocación llamó a su puerta: entre el mar y la cordillera de los Andes nació su pasión por la biología.
En el Día Nacional del Investigador, 10 de abril, Antonella Panebianco cuenta su historia desde el interior de Neuquén, como parte de las nuevas generaciones que apuestan a la ciencia, a pesar del contexto adverso.
Ella tiene 37 años y nació en Buenos Aires, pero vive en Junín de los Andes desde hace una década. Es doctora en Ciencias Biológicas recibida en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) y hace un año y medio es investigadora asistente del Conicet. Trabaja en el Instituto de Investigación en Biodiversidad y Medio Ambiente (Inibioma) en San Martín de los Andes y forma parte de la asociación civil “Conservación Patagónica” sobre educación ambiental.
Hoy se da cuenta de que la naturaleza la convocó y no pudo resistirse. Fue en unas vacaciones familiares en Puerto Madryn, Chubut, cuando visitó varios museos y Punta Tombo, la joya donde se fascinó con la colonia de pingüinos de Magallanes, una de las más grandes que existen.

En ese viaje, cuando era solo una niña, decidió que quería ser bióloga. “En aquel momento se podía caminar muy cerquita de los animales y eso me voló la cabeza, fue fantástico estar ahí en contacto tan estrecho con lo natural”, cuenta con nostalgia. Desde ese entonces, inició un camino de ascenso que hoy sigue recorriendo.
“Siempre fui muy curiosa y de hacerme muchas preguntas”, dice. Apenas empezó a cursar la carrera de Biología, se postuló para hacer pasantías y explorar cuál era su camino. Su paso por un laboratorio de fisiología del sistema nervioso fue la clave para saber cuál era la disciplina específica que le interesaba.
Sabía que quería pasar sus días investigando a los animales pero no bajo las condiciones artificiales de un laboratorio, sino en sus hábitats naturales. Fue así como con la ayuda de mentores y docentes, pudo abrirse paso a la Ecofisiología, hoy su rama dentro de la investigación.
“Yo quería entender cómo hacen los animales, cuáles son sus estrategias y sus mecanismos para vivir donde viven pero en sus entornos naturales”, explica. La Ecofisiología estudia los mecanismos o los procesos fisiológicos de los seres vivos en su hábitat natural bajo la influencia de las condiciones ambientales donde los animales viven, sobreviven y se reproducen.

Antonella terminó su tesis de licenciatura en el Parque Nacional con Los Alerces, donde trabajó con especies exóticas como el jabalí dentro del parque nacional.
Un peldaño más arriba, ya con su título de grado en mano, Antonella ya pensaba en una beca doctoral del Conicet. Se postuló para trabajar con guanacos, en el Grupo de Investigación en Ecofisiología de Fauna Silvestre y logró ingresar.
Pasó sus días estudiando el comportamiento social de los guanacos e investigando su regulación hormonal durante la época reproductiva. “Estudié hormonas como la testosterona, asociada a los caracteres sexuales masculinos y que aumenta en los machos durante la época reproductiva”, explica.

De manera colaborativa, la bióloga se involucró en la búsqueda de métodos de producción complementaria a la ganadería tradicional, vinculados al uso sustentable de guanacos silvestres. En 2019 accedió a otra beca postdoctoral del Conicet con un trabajo sobre metodologías de muestreo de fauna silvestre con nuevas tecnologías como los drones.
No conforme, en 2021 se presentó al concurso de carrera de investigación científica del Conicet. Finalmente lo logró en su primera postulación, pero tardó casi dos años en ser designada formalmente. Fue un largo proceso y a pesar de todas las trabas y la espera, hoy no se imagina haciendo otra cosa.
“Mi futuro lo veo con incertidumbre, pero acompañada de quienes tenemos la convicción de seguir adelante y de luchar por recuperar un sistema científico que todavía es modelo en Latinoamérica y en el mundo”.
Antonella Panebianco, doctora en Biología e investigadora asistente de Conicet.
En la investigación están todas las respuestas
Su curriculum vitae contiene una larga trayectoria de preguntas de investigación y conclusiones arribadas. “Eso para mí ha sido un gran privilegio”, contesta a la pregunta de Diario RÍO NEGRO sobre los porqués de abocarse a la investigación.
“Descubrí a lo largo de los años que hacer investigación científica nos da una pequeña caja de herramientas y manual de instrucciones para poder generar conocimiento que nos ayude a entender y a descubrir el mundo que nos rodea”, sostiene la bióloga.
“Veo mi futuro con incertidumbre, pero con convicción de querer seguir adelante, de que es el trabajo que quiero hacer y que este es el sistema científico que quiero defender”.
Antonella Panebianco, doctora en Biología e investigadora asistente de Conicet.
La investigación es importante por varios motivos que enumera: sienta las bases que permiten conocer y entender, diseñar estrategias de manejo y conservación de la vida silvestre, conocer nuestra historia e identidad como sociedad y resolver problemas de distinta índole.
Investigación y un sistema “en peligro”
Para Antonella, los investigadores vienen sosteniendo como pueden sus trabajos pero el sistema científico nacional está en peligro. “La situación actual del Conicet y la ciencia nacional, lamentablemente, es bastante crítica”, cuenta y dice que los financiamientos se encuentran hoy congelados o cancelados.
Ella misma tiene un proyecto aprobado con una colega de Mendoza que fue adjudicado en febrero del 2024, pero que no pueden ejecutar porque nunca llegó el financiamiento. “Es una línea de investigación que se encuentra completamente frenada”, explica.
“Hay problemas con los ingresos a carrera en la planta permanente del Conicet, con etapas de evaluación y de concurso, donde hay que demostrar todo el tiempo la importancia de tus investigaciones”, cuenta.
El ingreso a planta permanente se encuentra paralizado, según la profesional. “Hay más de 850 personas que ganaron su concurso para entrar a la carrera de investigación científica del Conicet que todavía no han sido designadas con sus puestos de trabajo correspondientes”, fundamenta.
“Peligra nuestro futuro porque al no tener financiamiento (…) al estar las becas de doctorales y postdoc también recortadas en su cantidad, afecta a todos los niveles”, ejemplifica. “Nos preocupa el desmantelamiento y el vaciamiento que está ocurriendo”.
Frenados
- 850
- profesionales que ganaron su concurso para entrar a la carrera de investigación científica del Conicet todavía no han sido designados, según la investigadora.
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Cuando tenía siete años, visitó la Patagonia con su familia y la vocación llamó a su puerta: entre el mar y la cordillera de los Andes nació su pasión por la biología.
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