Imprescindibles de Neuquén que nos mejoran la vida
Vecinos y vecinas de distintos ámbitos comparten sus trayectorias. Sus historias reflejan la fuerza de una ciudad que acompaña, impulsa y abre caminos a quienes se animan a soñar.
*Por Martina Sehmsdorf y Juan Pablo Iozzia
Neuquén se reconoce en su gente. En cada barrio, en cada espacio de trabajo, en cada proyecto, hay personas que hacen de la ciudad un lugar distinto. Son relatos que muestran superación, compromiso y pasión: el esfuerzo cotidiano de quienes, con pequeños y grandes gestos, contribuyen a que la capital crezca y se transforme.
Los testimonios reunidos en esta nota hablan de diversidad. También están quienes desde el trabajo comunitario abren caminos de solidaridad y quienes innovan con proyectos que mejoran la vida de otros.
Cada una de estas voces deja en claro que Neuquén no solo se construye con obras y planificación urbana, sino también con historias humanas que le dan identidad y sentido. En ellas late la energía de una ciudad joven, dinámica y en constante movimiento.
Lucas, ley y gírgolas
Lucas Sponda nació con una discapacidad intelectual que marcó su vida, pero no definió su historia. Tiene 46 años y en todo este tiempo logró cosas inimaginables para él y su familia. Desde caminar solo hasta impulsar una ley y tener su emprendimiento.
El primer año estuvo lleno de incertidumbre. Los estudios confirmaron que Lucas tenía una lesión cerebral, un diagnóstico que marcó el inicio de una nueva etapa en sus vidas. “Tiene una discapacidad que se llama parálisis cerebral o encefalopatía crónica no evolutiva”.
El propósito de su familia siempre fue “que él sea protagonista”. Así fue que su ambición lo llevó a lugares impensados. Es que Lucas fue el motor principal de la ley 2833 que prohíbe la utilización de pirotecnia en todo el territorio provincial.
Lucas lleva adelante un emprendimiento de cultivo de gírgolas llamado «Calu«, una combinación de sus nombres. Carmen se encarga del cultivo y Lucas del empaquetado y la venta en ferias.
Para su mamá, el mayor logro de Lucas no está en los premios ni en los reconocimientos, sino en su capacidad para vivir con autonomía y dignidad. Desde su lucha contra la pirotecnia hasta su emprendimiento, pasando por su vida independiente, Lucas inspira a quienes lo conocen.
Rafael, del camión a la montaña
Rafael Morales tiene 29 años y nació en el oeste de la ciudad. Con su mamá, ama de casa, vivieron durante muchos años en el barrio Bouquet Roldán. “Nunca pude terminar la secundaria porque tuve que salir a trabajar”, contó Rafael.
Aunque señaló que los años le dieron la experiencia para realizar su trabajo y ya lo hace de manera automática, no niega que todos los días realiza un grandísimo esfuerzo físico. Su rutina como recolector de residuos lo lleva a recorrer la ciudad con esfuerzo y sin pausa.
A la par, todos los días espera con ansias la tarde para salir a entrenar para Trail, una pasión que no lleva mucho tiempo en la vida de Rafael, pero que sin dudas ha transformado su vida.
La idea surgió en la pandemia, cuando el joven neuquino “no estaba pasando por un buen momento y quería despejar la cabeza”. Comenzó saliendo a trotar y rápidamente su capacidad para correr largas distancias salió a la luz.
Hoy el recolector de residuos neuquino pisa la montaña y se convierte en una promesa del Trail argentino. En su primera vez compitiendo se llevó el primer puesto en los 50 kilómetros por el mejor tiempo en 6 horas, 23 minutos y 17 segundos. Rafael sabe que su historia es diferente a la de muchos.
“Es muy loco porque hay gente que se dedica a esto, que son profesores o corredores profesionales, y yo soy un laburante que corre porque le apasiona”,
reflexionó. Ser bueno en lo que a uno le gusta no tiene precio para este joven corredor.
Guido, pionero en cardiología infantil
Guido Salvi tiene 37 años y vivió la mayor parte de su vida entre bisturíes, guantes de látex y también entre sonrisas de niños y niñas. Es que desde que egresó de la secundaria sabia que su labor sería acompañando a las infancias. Lo que no sabía era que 19 años más tarde se transformaría en el primer electrofisiólogo infantil del hospital regional de Neuquén, rompiendo barreras y marcando un precedente en la medicina provincial.
Salvi nació en Buenos Aires, entre el caos de los colectivos y los grandes edificios. A sus 18 años el cariño por las infancias le marcó el camino y comenzó con sus estudios de Medicina en la UBA. Tiempo después eligió Neuquén para realizar las residencias de pediatría y cirugía infantil.
Hoy, el doctor Salvi está pronto a convertirse en electrofisiólogo infantil. Comenzó esta especialización en el 2023 en el hospital Garrahan después de casi 15 años en el mundo de la medicina. El primero de octubre dejará su rutina en Buenos Aires para ser oficialmente parte del staff de Cardiología Infantil del Castro Rendón. No solo eso, sino que se convertirá en el primer electrofisiólogo infantil del hospital.
Salvi destacó que su rol permitirá que muchas infancias no deban esperar tanto tiempo para una intervención o viajar largas distancias. Como con su participación en la primera ablación cardíaca pediátrica con mapeo 3D que se realizó en el Castro Rendón.
“Fueron pacientes que estaban en la lista del Garrahan para el año que viene y pudimos hacerlo en Neuquén”,
dijo.
Silvina y sus perros rescatados
«Orejas Arriba» nació hace diez años de la mano de Silvina, una amante de los perros que no pudo evitar ayudar a los mas vulnerables. Lo hizo, sin pensar que fundaría esta agrupación pequeña y autogestionada que rescata, rehabilita y da en adopción a esos corazones perrunos que buscan transitar los últimos años de su vida en compañía.
A lo largo de los años, pasaron por su casa cientos de animales. Algunos fueron dados en adopción. Otros, los más enfermos, viejos o tímidos, se quedaron. “Tengo once ahora. Algunos míos, otros que nadie quiso. La mayoría son viejitos o tienen problemas de salud”. Como Almendra, que solo puede comer carne y nunca engorda. O Uma, que vive con una enfermedad crónica de la piel.
Así como hay muchos que esperan ser adoptados, hay otras tantas historias felices con muchos que pasaron por la casa de Silvina y hoy viven alegres junto a su familia. Esa es la de Yaco, Rocco, Tini o hasta Patricio, que se fue internacional y ahora vive en Suecia con su familia.
Para Silvina la clave es la adopción responsable. No se trata de sumar un perro a la casa por impulso o por lástima.
“Queremos que el perro forme parte de la familia. Después de vivir una vida tan mal me gusta saber que tienen una buena vida”.
Federico y su vetemóvil
Hace 18 años que Federico Alfieri es veterinario en Neuquén. En el momento que empezó a ejercer, notó que le faltaba algo. No a él, sino a la comunidad. Su vocación lo llevó a descubrir nuevas formas de atender a sus pacientes peludos y así fundó la «vetemovil«, un consultorio veterinario ambulante que llega a los hogares. El propósito siempre fue evitar traslados, disminuir el estrés de los animales y acompañar en momentos difíciles a sus tutores.
“Tiene todo lo que tiene que tener un quirófano: anestesia, equipos, oxígeno, refrigeración para las medicaciones, farmacia completa, caniles y hasta asiento para tutores», explica el veterinario.
junto a sus dos compañeros colegas, Rafael Nieto e Ignacio Chaparro, atienden a cientos de animales. Perros, gatos, conejos, tortugas, aves y más. Algunos son de Neuquén capital y otros deben esperar la llegada de la vetemovil porque viven un poco más lejos. Sin embargo, no se inquietan, porque saben que la ‘vete’ llega a todos lados.
El motor que impulsa este proyecto va más allá de lo técnico. Para Federico, su trabajo está profundamente vinculado con el bienestar emocional de las personas y los animales.
La historia es la de alguien que entendió que curar animales no es solamente una cuestión médica: también es una manera de cuidar vínculos, de acompañar a las familias en sus momentos más vulnerables. Y eso para él es lo más gratificante.
Magdalena, la guardiana del arte
Magdalena García Barrese trabaja en un laboratorio ubicado en calles Mitre y Santa Cruz de Neuquén. En ese lugar de trabajo hay bisturíes y jeringas. Pero, lejos de ser un hospital, sus jornadas se basan en intervenir obras de arte en el Museo de Bellas Artes de Neuquén.
“Me fui a estudiar a Italia, donde hice un taller de restauración en Boloña”, contó. “Aprendí bastante y estuve trabajando con obras del renacimiento boloñés”, detalló. Se trató de pinturas del siglo XVI.
Tras su paso por Italia y Buenos Aires, volvió a sus raíces y en Neuquén buscó trabajo. Lo primero que hizo fue ponerse en contacto con el Museo de Bellas Artes. “Me dijeron que no tenían conservador, que no existía la profesión en Neuquén”. Sin tirar la toalla, finalmente abrieron un puesto para ella y se convirtió en la primera conservadora del MNBA.
Desde que ingresó al museo, impulsó la organización y documentación de las obras que pertenecen a la ciudad. Además, junto con la dirección del museo, armó el primer laboratorio de conservación y restauración de la región.
Como la primera conservadora y restauradora del museo, Magdalena está sentando las bases para la conservación del patrimonio neuquino. Lo hace con profesionalismo, sensibilidad y una idea muy clara: “Las obras tienen un valor simbólico que va más allá de la materialidad”.
Martina, del aula al escenario
“¡Mirá a dónde llegué”, dice Martina desde el escenario en la obra que presentó para su examen final de la licenciatura en Arte Dramático del IUPA. Cuenta que jamás imaginó tener un título universitario, pero su discapacidad no la frenó y hoy alza con orgullo un diploma que para ella “es un sueño hecho realidad”.
Martina Komacek tiene 31 años, es de Neuquén y vive en China Muerta con su familia. “Desde pequeña me gusta el teatro, iba a comedia”, cuenta. Por eso, al momento de decidir qué estudiar, aunque tuvo dudas, la respuesta llegó rápidamente. “Estaba en la secundaria y pensé ‘¿qué puedo hacer?’, entonces dije, voy por arte dramático”, relata.
En 2020 comenzó la carrera en el Instituto Universitario Patagónico de las Artes. En remís, taxi o con sus papás, Martina viajó a General Roca todos los días a estudiar lo que quería. «Estudié cinco años y un poquito más», dice. El acompañamiento que tuvo por parte de los docentes fue clave. “No solo ellos, mis compañeros también me acompañaban y me ayudaban”, dice.
Es que Martina se sube al escenario y se transforma. «Cuando actúo me olvido de todos mis problemas. Actuar es libertad», expresa con emoción.
“El teatro siempre me hizo feliz. Siempre. Casi me hacen bajar los brazos, no pudieron. Ahora soy más fuerte”, relata. “Una vez un hombre me dijo: esta nena va a cambiar el mundo”. Martina lo hizo. Se recibió y sentó un precedente en el Alto Valle.
Martina tiene síndrome de Down, pero eso no la define. Logró superar barreras y se siente una «afortunada», dice emocionada.
“No hay que tener miedo, hay que luchar por los sueños”,
remarcó.
Sebastián y la fuerza del baile
Nacido en un barrio de Neuquén, Sebastián Solís encontró en el freestyle un refugio y hoy lleva su danza hasta Los Ángeles, donde competirá a nivel internacional.
«Mortem» creció en un barrio de Neuquén donde las calles eran su escenario y el ruido de la vida era su música. De chico descubrió que bailar podía ser algo más que un juego: una manera de distraerse y canalizar todo lo que pasaba a su alrededor. Hoy, a los 33 años, vive de la danza y está a punto de viajar a Los Ángeles para representar a la Argentina en el Red Bull Dance Your Style, uno de los mundiales de freestyle dance más importantes del mundo.
Durante sus primeros años recuerda que su abuela fue quien le transmitió esa pasión por el baile. “Ella bailaba salsa y rock and roll, le encantaba”, contó. Así, juntos, pasaban los días bailando en la cocina.
El gran salto llegó cuando se animó a ir a las plazas, donde se armaban encuentros de freestyle. Allí se dio cuenta de que era lo suyo.
«Mortem» encontró su forma de bailar. Su sello es la intensidad, la capacidad de transmitir atmósferas cargadas de recuerdos y emociones.
Con el tiempo, ese estilo lo llevó a destacarse: empezó a competir, viajar y ganar seguridad en sí mismo. Comenzó a dar clases, que da hasta el día de hoy, y hasta participó en un video de María Becerra, “Primer Aviso”. También el artista fue reconocido por su trayectoria por parte de la ciudad de Neuquén y llegó el reconocimiento grande: se consagró campeón argentino del Red Bull Dance Your Style, la competencia de baile improvisado más grande del mundo.
Ahora se prepara para viajar a Los Ángeles, donde representará a la Argentina en la final mundial. “No hay que mirar para atrás y arrepentirse de no haber hecho lo que a uno le gusta”, deja como enseñanza el joven que encontró en el baile una forma de expresar su sentir y desde Neuquén hoy se prepara para representar a su país en un mundial.
La DJ que hace bailar a Neuquén
La música electrónica también tiene entonación local. Martina Colombero es DJ, nacida en la provincia, y en cada set combina sonidos internacionales con un estilo propio que conecta con la identidad de la ciudad. Desde la cabina, asegura que “siempre busca contar una historia distinta… crear una atmósfera que haga que quien está del otro lado se sienta interpelado”.
Ese vínculo entre su arte y el pulso neuquino lo explica a través de lo que llama su “toque local”. Para ella, “al ser una escena que crece y habiendo cada vez más propuestas distintas, el oído de la gente de Neuquén se va volviendo más curioso y exigente, y eso nos marca a todos los que estamos atrás de las bandejas. El público conecta rápido, se anima a bailar cosas nuevas y eso nos da confianza para jugar con más libertad”. Esa complicidad, dice, es parte de la energía especial que distingue a la escena musical que crece año tras año en la ciudad. Inició su recorrido por las pistas de la música electrónica en 2021, de manera autodidacta. Se perfeccionó en mixing y desde entonces se presenta en bares, clubes, fiestas y eventos de todo tipo.
Martina también reconoce en Neuquén un cruce de culturas que atraviesa su formación. “Vengo del jazz, el rock, el metal… esa diversidad me enseñó a no encasillarme y me gusta que convivan distintos sonidos e ideas”, señala. Para la artista, esa apertura musical refleja lo que sucede en la propia capital, un punto de encuentro de propuestas y estilos.
En ese sentido, su mirada sobre la escena local se entrelaza con la celebración de la ciudad. Así como Neuquén se reinventa con cada aniversario, también lo hace la música que suena en sus noches. Colombero afirma que la curiosidad del público y el crecimiento de nuevas propuestas hacen que cada presentación sea distinta, fresca y desafiante, un reflejo de la vitalidad cultural de la capital. Al momento de elegir un ritmo que represente a Neuquén en este aniversario, no duda en describirlo como una fusión.
“Me imagino un cruce entre lo electrónico y lo orgánico, porque la ciudad también tiene un poco de esa energía: es moderna, crece cada vez más, pero sigue conectada con la naturaleza y con la calidez de la gente”.
El pulso urbano de Bardo
En cada esquina, muro o fachada, el arte de Juan Carlos Pereyra deja huella. Conocido como Bardo y bajo el seudónimo JCP, desde 2009 viene transformando las paredes de Neuquén en espacios de diálogo, color y pertenencia. En un mano a mano comparte con nosotros cómo la ciudad inspira su obra y cómo el arte urbano se volvió parte del pulso cotidiano de quienes habitan y recorren sus calles.
El propio artista lo resume con claridad: “Es y ha sido una gran experiencia el intervenir las paredes de Neuquén, y que este territorio sea el principal portador de gran parte de mi caudal de obras… considero a Neuquén un gran espacio para pintar”. Esa relación con la ciudad, dice, nació desde el inicio con el diálogo con los vecinos, lo que permitió que su trabajo se convierta en una intervención colectiva, aceptada y celebrada.
Bardo reconoce que lo que conecta su obra con la identidad neuquina tiene que ver con la juventud y la frescura. “Creo que el punto de contacto que tiene mi trabajo con Neuquén es la frescura, tanto esta expresión como la provincia son jóvenes. Y sin dudas, las ganas de hacer, el hambre de seguir aprendiendo/creciendo”, destaca.
Esa misma energía se ve reflejada en la respuesta de la gente. “Nunca falta el halago o buena onda de un vecino, la bocina alentando de quien pasa en coche, los emprendedores queriendo sumar a su proyecto algo de lo que uno hace”. Para Bardo, esa interacción es parte esencial del arte urbano, que no se encierra en un museo sino que dialoga en vivo con la vida cotidiana de la ciudad.
Neuquén crece y cambia, y ese dinamismo también influye en su arte. “Que el crecimiento sea un aspecto que define a Neuquén ha sido linda escuela para mi trabajo… personalmente estoy en la búsqueda de pintar muros cada vez más grandes”. Y si tuviera que imaginar un mural que represente a la capital en este aniversario, se anima a elegir tres palabras que condensan su espíritu: “Juventud, Trabajo y Pureza”.
Socorro Violeta, diez años de escucha
Todos los martes y jueves, en la casa de la organización feminista La Revuelta, se enciende un espacio seguro. Ahí, Socorro Violeta, un dispositivo de asesoramiento y acompañamiento legal, recibe y atiende los llamados de mujeres y disidencias atravesadas por la violencia machista. No es solo un consultorio jurídico, es un refugio y un momento de escucha y contención.
“Socorro Violeta nació en 2009 cuando se sancionó la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, y no existían dispositivos estatales que acompañaran o asesoraran a las mujeres en estas situaciones”, cuenta Carla Nuñez, abogada feminista y una de las referentes del espacio. Desde entonces, el dispositivo se construyó desde la autogestión, el activismo y la convicción de que el acceso a la justicia también se milita.
Desde entonces, lo que llega a Socorro Violeta son más que consultas. Son historias. Mujeres y disidencias que sufren violencia económica, madres sin respuesta judicial frente a cuotas alimentarias incumplidas, trabajadoras vulneradas en sus empleos y hasta disidencias abandonadas por el desmantelamiento de políticas públicas.
Lo que se escucha en esa línea no siempre está judicializado, pero sí cargado de necesidad de respuesta: mujeres que pasaron por otros dispositivos del Estado y se fueron sin nada, procesos detenidos en el tiempo y defensorías colapsadas.
El acompañamiento no se limita a lo jurídico. Muchas veces, lo que necesitan es una psicóloga, alguien que las escuche, y las asesoras buscan «profesionales amigables» y honorarios accesibles. Luego, Socorro Violeta hace un seguimiento mensual de todas las consultas. Aunque sea una derivación, no se corta el vínculo.
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