Incendio subterráneo en un yacimiento de carbón en El Bolsón: el Splif pidió un detector de gas a Bomberos

Aseguran que el foco es pequeño y se extiende a lo largo de 12 metros, pero quieren evaluar si es necesario trabajar con máscaras o algún tipo de protección.

El Servicio de Prevención de Lucha contra Incendios Forestales (Splif) El Bolsón solicitó un detector de gases a los Bomberos Voluntarios para evaluar el tipo de gas que emana del fuego subterráneo detectado días atrás en el sector del cerro Dedo Gordo, en cercanías del Río Blanco, en El Bolsón. Más allá de la sorpresa por tratarse de un remanente del incendio del pasado 30 de enero -que arrasó con más de 3.800 hectáreas-, se comprobó que el material en combustión es carbón mineral.

«Es muy pequeño: es un foco de 12 metros de largo y son como puntitos. De todos modos, no hay que subestimar nada. Por eso, pedimos el detector de gases para evaluar si es necesario trabajar con máscaras o algún tipo de protección», explicó Jorge Cuevas, jefe del Splif El Bolsón.

Este detector móvil portátil permitirá determinar el tipo de gases y su concentración. «Si es alta, hay que usar máscaras especiales o equipo autónomo. Si la concentración es baja, como estamos al aire libre, se puede trabajar no confiado pero más seguro echando agua con una manguera a presión«, detalló.

Días atrás, técnicos del Conicet recorrieron zona y colectaron gases que fueron enviados a un instituto en Buenos Aires, pero aún no se conocen los resultados. Los brigadistas siguen trabajando en el sector, por eso decidieron tomar precauciones. «Al arrojar agua, se ven muchos gases que salen. Con el detector, esperamos conocer las concentraciones para trabajar más seguros«, advirtió Cuevas.

Insistió en que el sector afectado está fuera del Área Natural Protegida Río Azul Lago Escondido (Anprale), y a unos 200 metros del sendero de trekking que conduce al refugio Dedo Gordo; de modo que no hay circulación.

«El fuego está sobre un barranco y está cubierto por un mantillo de vegetación que ya se removió, le sigue una capa de arenisca -piedra mineral- y abajo, a unos 70 centímetros, hay una capa de carbón que no tiene más de 20 centímetros de espesor. Pero está muy limitado», describió.

Insistió en que la prioridad hoy es descartar que el gas sea perjudicial a fin de que los brigadistas trabajen seguros. «En un primer momento, se generó un área de seguridad sacando la materia orgánica superior y se enfrió con agua. Seguiremos haciéndolo en la medida en que tengamos información sobre la composición del gas. Es más que nada un hallazgo científico. Habría un peligro de incendio si eso queda prendido para octubre o noviembre«, afirmó.

Cuevas llevó tranquilidad a la comunidad: «No hablamos de un área de concurrencia masiva, está apartada. Es el campo de un poblador que limita con río Blanco. No hay que subestimar, pero se está trabajando en la mitigación de algo que, al ser subterráneo, no sabemos su dimensión: hoy parece mínimo«.