Dramático pedido para que abran una sala de diálisis en un hospital de Neuquén: «Esto es muy triste»

Son familias de Aluminé que reclaman un área de diálisis en la institución local. Los pacientes actualmente deben viajar tres veces por semana a Zapala en una jornada que en total les lleva más de 12 horas.

Un grupo de vecinos de Aluminé emprendió una campaña que busca reunir firmas, para pedir formalmente que se abra una sala de diálisis en el hospital local. Actualmente, los pacientes deben viajar a Zapala, en un contexto complejo que suma el estado de las rutas y las horas de traslado entre una localidad y otra.

«Es una situación muy triste», definió Laura Siciliano una vecina de Aluminé en diálogo con Diario RÍO NEGRO. La mujer detalló lo complejo que se torna para un paciente viajar a Zapala.

«Les ocupa todo el día, son casi 3 horas de ida otras 3 de vuelta y se le suman las 4 del tratamiento», detalló la mujer que oficia de vocera de amigos y familiares de pacientes dializados. Este panorama se vuelve agotador teniendo en cuenta que cada paciente debe realizar tres diálisis por semana.

Siciliano recordó que en el 2021 ya se había iniciado una campaña similar, sin embargo fue desestimado y no obtuvo una devolución favorable desde el gobierno provincial. «En ese entonces se juntaron más de mil firmas, pasaron los años y no sabemos nada», contó.

En 2021 el gobernador Omar Gutiérrez, la ministra de Salud Andrea Peve y el intendente Gabriel Álamo inauguraron las obras en el hospital.

Destacó que son al menos 10 los pacientes que dependen del tratamiento y que uno de los casos es un vecino que hace 8 años viaja. «Es fuerte ver como muchos van quedando en el camino y transitan un periodo de sufrimiento», dijo.

«Lamentablemente también hay familias que se mudaron a Zapala o Neuquén porque no aguantaron más los viajes», contó mientras calificó la situación como parte de un «sistema perverso».

El hospital de área de Aluminé tuvo reformas hace un tiempo, sin embargo, no se asignó ningún área para diálisis.

«Pedimos dos sillones, pero si tenemos uno ya sería un avance para todos los pacientes», dijo Siciliano.

El convivir con una enfermedad sin cura, depender de un tratamiento invasivo y lidiar con los obstáculos geográficos parece no bastar para estas familias que, deben soportar el silencio como respuesta a una demanda colectiva.


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