Los turbantes de Neuquén que ayudan a mujeres a transitar tratamientos oncológicos

El emprendimiento “Florecer” surgió en pandemia a partir de que a una de las creadoras le diagnosticaran cáncer. Ella y sus clientas contaron su historia y lo que hace a los turbantes tan especiales.

Carla Errico y Rocio Costallat son dos amigas, que en medio de la pandemia y la aburrida rutina quisieron realizar una actividad diferente. Una de ellas tuvo cáncer y, buscando transitar la caída del cabello por la quimioterapia lo más ameno posible, nació Florecer, su línea de turbantes que cada vez tiene más clientas en Neuquén.

“Cada una tenía su profesión, Carla es psicopedagoga y yo Ingeniera Industrial, pero nos vimos motivadas por hacer algo distinto”, contó Rocío.

En 2021 el emprendimiento comenzó siendo de pijamas para mujeres, lo crearon junto a otra socia y se llamó Jacinta. Pero un par de meses después, a Carla le diagnosticaron cáncer de mama y comenzó a replantearse qué iba a hacer en función del proceso que iba a comenzar a vivir. “El gran tema era el pelo, por la quimioterapia la caída del cabello era una de las cosas que más me movilizaban”, manifestó Carla.

La psicopedagoga probó pelucas y pañuelos, pero le resultaron incomodos y poco prácticos. “Vas a necesitar un turbante”, le dijo su socia. Tras buscar algunos en la región muchos eran “simples”, “no encontrábamos turbantes que tengan diseños coloridos y dijimos ¿Por qué no probamos hacerlos, si los necesitas vos quizás los puede necesitar alguien más?”, manifestó Rocío. Así Rocío y Carla crearon la cápsula Florecer

Las emprendedoras se encargaron de los diseños y las costureras se pusieron manos a la obra. “Es muy movilizante el tema de la estética, todo el proceso es en sí movilizante porque pones todo el cuerpo y los cambios físicos son muy evidentes”, resaltó Carla. “Me miraba al espejo y no me reconocía, era otra persona”, relató.

Carla identificó que al principio fue difícil salir a la calle con el turbante, “porque todos se iban a dar cuenta que estaba enferma”, detalló. Pero sus amigas comenzaron a salir con turbantes también y el acompañamiento le dio la fuerza que necesitaba. “Comencé a asumir que estaba pasando por esto y me fui amigando”, manifestó.

Florecer tiene el objetivo de que aquellas personas que están transitando la perdida del cabello por la quimioterapia “atraviesen proceso de la mejor manera posible”, comentaron las creadoras. Así fue que la gente comenzó a pedirles turbantes, porque son para todo el mundo, “muchas los pidieron para la playa este verano, y algunas para hacer deporte”, comentó Rocío.

Los productos son aptos para quienes atraviesan la alopecia, pero no es excluyente. Lo interesante es que un porcentaje de las ventas del mes es donado a la fundación regional Solatium de cuidados paliativos.

Hay dos modelos de turbantes Florecer, uno es reversible y el otro es simple. Pueden conseguirse en el local ubicado en calle España 183, y además se pueden encargar por Instagram “Florecer.nqn”. Y próximamente en una página web.

Los agradecimientos son la parte más linda del emprendimiento, aseguran las creadoras de Florecer. “Es como un momento de gratitud para nosotras, la verdad es que nos han hecho llorar muchísimas veces”, comentó Carla. “Sobretodo a mi, que pasé por lo que muchas están pasando a veces leo un mensaje de agradecimiento y es mucha la gratitud”, agregó.

Rocío y Carla crearon la capsula de turbantes en la pandemia y hoy destacan por sus diseños. Foto: Matías Subat.

Historias de clientas y su vinculo con los turbantes


Por Instagram, WhatsApp o personalmente, el agradecimiento que reciben las emprendedoras es inmenso. A veces los turbantes llegan como regalo o sorpresa, pero terminan siendo un buen aliado en circunstancias trascendentales.

Graciela, una clienta contó su historia y relató que se encontró por sorpresa una protuberancia en el pecho y la axila, “supe que era cáncer y empezó el camino de la recuperación”, relató. “Terminé con cuatro quimioterapias fuertes, que son las que hicieron que se me caiga el pelo”, detalló.

La palabra cáncer es de las más difíciles de procesar, aseguran quienes padecen la enfermedad. “Es un golpe recibir esa palabra, sabía que se me iba a caer el pelo, pero ya va a crecer”, afirmó.

El pañuelo para la cabeza fue el primer intento, pero fracasó. “Fue a parar al bolso”, mencionó Graciela de Florecer. Pero una gran amiga llegó con la bolsita del turbante, “cuándo se te caiga el pelo ya tenes con que empezar”, le dijo.

“Lo empecé a usar y me pareció cómodo, elegante y práctico”, describió. “Gracias por preocuparse por todas nosotras”, manifestó la clienta a las emprendedoras. Aseguró que el apoyo de los seres queridos “ayuda a salir adelante”. Y recordó que “a cualquiera le puede tocar”.

Otra de ellas, Mónica, contó que también le detectaron cáncer de mama el año pasado. La operación tuvo resultados positivos, pero seguía la recuperación. “Fui al oncólogo para hacer tratamiento preventivo, cuatro sesiones de quimioterapia y 15 días de rayos”, mencionó.

“Fue todo tan rápido que ahora me doy cuenta todo lo transitado”, expresó Mónica. Para la clienta fue un cambio radical cuando empezó a caerse el pelo después de la primer quimioterapia. “Le dije a mi pareja si se animaba a pasarme la maquinita… ¡Fue lo mejor que me pasó!¡Reviví! Cortarme el pelo me cambió la energía”, aseguró.

Florecer le llegó por internet, cuando la clienta se encontraba buscando turbantes. “Quería sentirme cómoda, que sean lindos, diferentes”, mencionó. Aseguró que la gente relaciona los turbantes y pañuelos con la enfermedad, “pero en Florecer no sucede eso, encontré los turbantes mas bonitos que me ayudaron a verme genial con mi nueva versión”, garantizó.

Octubre Rosa y los turbantes Florecer


«Impulsa el cambio a través de la colaboración social”, así describen al emprendimiento sus creadoras en Instagram, es que va más allá de un producto. “Pensamos y creemos que la concientización la hacemos en red”, mencionaron las emprendedoras.

Por esto es que el año pasado en el mes de octubre, el mes Rosa de la sensibilización sobre el cáncer de mama, realizaron diferentes actividades. “Buscamos a otras referentes e invitamos a participar de encuentros y charlas”, contó Rocío.

Lo emocional, la alimentación y la medicina fueron los ejes que atravesaron esos cinco días de evento llevado a cabo por Florecer y otros organismos. Por supuesto, el emprendimiento participó con sus turbantes.

Este año repetirán el ciclo y ya están haciendo los preparativos para que pueda vivirse de la mejor manera el Octubre Rosa. Y así continuar con la sensibilización y concientización sobre el cáncer de mama.

Algunos turbantes son reversibles. Foto: Matías Subat.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios