Masiva expresión de religiosidad popular en la Virgen de las Nieves de Bariloche
Se realizó la tradicional peregrinación. La misa central fue celebrada por el obispo Juan José Chaparro, que deja la diócesis en pocos días.
En Bariloche se realizó la XXIX peregrinación a la Virgen de las Nieves y despedida del obispo Chaparro. Archivo
La peregrinación a la Virgen de las Nieves que se realizó hoy una vez más con la misma repercusión y convocatoria que solía registrar antes de la pandemia, en Bariloche, concluyó al mediodía en el campito ubicado a un costado de la gruta, en la rotonda de acceso a Villa Los Coihues, donde el obispo Juan José Chaparro presidió la celebración de la misa, acompañado por una docena de sacerdotes.
La peregrinación sirvió además como despedida de Chaparro, quien días atrás fue designado por el papa Francisco como nuevo obispo de la diócesis de Merlo-Moreno, luego de cumplir el mismo rol en Bariloche a lo largo de nueve años.
“Venimos a pedirle a la madre del pueblo que acompañe a sus hijos. Nadie sobra dentro del pueblo de Dios” fue uno de los mensajes integradores que subrayó Chaparro durante su última homilía en Bariloche.
La peregrinación a Virgen de las Nieves se cumple desde hace años en el primer fin de semana de noviembre, pero debido a la pandemia de Covid las últimas ediciones se realizaron sin caminatas y la diócesis las reemplazó por misas escalonadas, con distanciamiento, a las que gente llegaba al lugar en auto.
Esta vez volvieron las nutridas columnas de peregrinos que convergieron al punto de encuentro desde todos los barrios de Bariloche. Los del Centro y el este marcharon por Pioneros, los del Alto por ruta 40 y bajada por ruta 82 y desde el oeste los peregrinos más alejados (algunos hasta 20 kilómetros) transitaron por Bustillo.
También se sumaron feligreses de Dina Huapi, El Bolsón, Ñorquinco, Pilcaniyeu, Comallo y otros parajes de la Línea Sur. Unas mujeres que trajeron regalos para Chaparro, incluida una vistosa matra tejida a telar, se presentaron como miembros de la comunidad de Ramos Mexía y el paraje Treneta, en el punto más oriental de la jurisdicción de la diócesis.
Chaparro durante su mensaje hizo un llamamiento a la fraternidad y dejó algún párrafo referido al contexto nacional. “No queremos ideas ficticias de la unidad -afirmó el obispo-. Que María nos regale concordia, respeto por la vida, que nos ayude a superar los individualismos, a nosotros, a los gobernantes, a todos”.
Abogó también porque todos los habitantes de este suelo puedan “tener pan, tener salud y tener los medios para vivir”. Hacia el final hizo referencia al entorno natural, dominado por los bosques, el cercano arroyo Gutiérrez y las cumbres nevadas. Chaparro exhortó a asegurar “el cuidado de esta creación, y evitar todo aquello que destruye”.
Habló también sobre el valor de peregrinar y de la participación comunitaria. “Nos sentimos hermanos y hermanas, con la misión de hacer presente el nombre de Dios en esta historia”, subrayó el obispo.
Terminada la misa pasaron por el micrófono los representantes de algunas comunidades que expresaron su homenaje y agradecimiento a Chaparro. Durante el momento de las oraciones, una mujer le pidió a Dios que “lo oriente, lo conduzca y que sea un pastor con olor a oveja”.
También hubo referencia a “la humildad, la sencillez y las palabras claras, que interpelan”, como parte del legado que deja Chaparro en Bariloche. Un hombre de El Bolsón también valoró su acompañamiento “en la conflictiva realidad social” que atraviesa la región.
Los curas con los que trabajó a lo largo de nueve años le dedicaron unas palabras y destacaron que el obispo saliente ha sabido tramitar “la vasta extensión y la multiculturalidad” de la diócesis a su cargo.
Muchas familias en la peregrinación a la Virgen
Los aplausos y los cantos fueron parte esencial de la ceremonia, que recuperó el acento popular que siempre tuvo, y que había quedado suspendido durante 2020 y 2021. Fueron varios miles los peregrinos que acudieron a la convocatoria, aunque algunos de los participantes aseguraron que la concurrencia no llegó a repetir la que se daba hace unos ocho o diez años atrás.
María, una de las peregrinas que llegó desde el barrio El Frutillar, dijo que se habían organizado anticipadamente con su parroquia (San Cayetano) y que no le costó la caminata, de unas dos horas. Transmitió que aprovechar el agua fresca y la sombra fueron clave para no pasarla mal.
Desde la parroquia Virgen Misionera llegó Facundo, un joven que luego de la misa se sumó a la cola para subir las escalinatas hasta la gruta de la Virgen, Dijo que ya había participado varias veces y que caminar en grupo es una experiencia “única”.
Con una motivación parecida Francis, otro joven del barrio La Cumbre, contó que había salido bien temprano y que también peregrinó con su grupo por la avenida Pioneros. “Es lindo, es muy tranquilo, ya había venido otras veces con mi familia y siempre que pueda voy a estar”, aseguró.
El tiempo acompañó, pero la misa principal terminó pasadas las 13 y el calor del mediodía se hizo sentir. Algunos reconocieron que la temperatura agravó el dolor e hinchazón en los pies y hasta hubo algún desmayo. La organización fue muy ajustada y abundaron las carpas de atención sanitaria, los puntos de hidratación y los baños químicos.
También hicieron su día una gran cantidad de vendedores ambulantes y puesteros que habían reservado lugar desde la noche anterior y que ofrecieron choripanes, papas, tortas, gaseosas y otras viandas.
Mucha gente optó por no caminar y llegó en sus autos, a los que dejaron en la periferia de la gruta. Desde allí se acercaron a la misa con reposeras y con algún implemento para cobijarse del sol. El transporte urbano puso refuerzos para retirar a la gente con rapidez a la hora de la desconcentración, aunque igual se formarlo largas colas.
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