Otro beneficio de la actividad física: puede hacernos más tolerantes al dolor

Con datos de 10.732 adultos, un estudio encontró que aquellas personas que son más activas tienden a poder manejar más los estímulos dolorosos. Los hallazgos podrían ser relevantes principalmente para quienes sufren de dolor crónico.

Aunque el estilo de vida que llevamos la mayoría de las personas nos impulsa cada vez más al sedentarismo, la actividad física es una dimensión indispensable de la salud física y, como te contamos en esta nota, se puede convertir en un remedio natural, gratuito y accesible para aliviar la angustia psicológica, la ansiedad y la depresión. Pero sus beneficios no terminan ahí.

Ahora, un equipo de investigadores noruegos demostraron que el ejercicio nos puede hacer más tolerantes al dolor: «Volverse o permanecer activo a un nivel superior al sedentario o hacer un cambio positivo en el nivel de actividad se asocia con una mayor tolerancia al dolor en comparación con permanecer sedentario o disminuir la actividad», señalaron en el paper publicado en la revista científica Plos One.

Para llegar a esta conclusión, los científicos de varias instituciones en Noruega incluyeron a 10.732 adultos y los expusieron a una prueba validada de presión en frío en la que se sumerge la mano en agua helada durante el mayor tiempo posible, hasta un máximo de 106 segundos.

Según describió Science Alert, “los resultados fueron bastante consistentes”. Los participantes más activos manejaron mejor el dolor del agua fría durante un período más prolongado. De hecho, aquellos que aumentaron sus niveles de actividad entre una primera y segunda prueba incrementaron sus umbrales de dolor.

En línea con otros estudios que sugieren que la prevalencia de dolor crónico y molestias musculoesqueléticas disminuyen con niveles más altos de actividad física, los autores declararon que los resultados respaldan que podría ser “una posible vía no farmacológica para reducir o prevenir el dolor crónico«.

De hecho, tal como precisa un artículo de Time, “aunque el ejercicio puede ser lo último que quiera hacer una persona que vive con dolor, podría ser un elemento fundamental para la recuperación”. Y agrega: “El estudio noruego es un buen recordatorio de que las intervenciones en el estilo de vida siempre serán una parte fundamental para abordar ciertas enfermedades crónicas”.

A pesar de que el estudio publicado a fines de mayo fue observacional y no aporta evidencia suficiente para probar que más ejercicio esté causando directamente más resistencia al dolor, sí demostró que el vínculo es lo suficientemente fuerte como para ser notable, destaca Science Alert.

Además, no es el primero en establecer la asociación. Un estudio previo publicado en el British Journal of Sports Medicine encontró que las personas tenían un umbral de dolor significativamente más alto cinco minutos después de hacer una rutina de ejercicios de resistencia, informa una nota en Prevention.

Si querés leer más sobre la efectividad de contar pasos para incorporar más movimiento a la vida diaria te dejo esta nota. Además, si tuviste una semana sedentaria, un estudio asegura que hacer actividad física sólo el finde también ofrece muchos beneficios para la salud (te lo cuento en esta nota).


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa ‘Periodismo Humano’, una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.



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