Quisieron discriminarlo por trans, pero su equipo lo abrazó: Conocé a Julián y a Deportivo Mainqué, el club que le ‘banca’ el corazón
Desde hace poco tiene DNI masculino, y otro equipo de fútbol quería impugnar los puntos que obtuvieron en el campeonato, porque juega en la liga de chicas. "Que nos descuenten lo que quieran, no jugaremos sin vos" le dijeron sus compañeras y el técnico. "Nunca me dejaron solo" contó , con emoción
Pertenecer a un grupo que ‘te banca’ en todas, te salva. Eso siente Julián, que juega el fútbol desde los 5 y a los 10, cuándo comenzó a autopercibirse varón, tuvo el abrazo de sus 20 compañeras del Deportivo Mainqué, que lo acompañaron en su transición. Hoy tiene 17, y hace poco obtuvo su DNI, con el nombre que eligió. Y esas nenas, ya adolescentes, volvieron a abrazarlo. Es que otro club de la Liga Confluencia quiso discriminarlo. Iban a presentar la impugnación de los puntos que obtuvieron en el campeonato, porque él estaba inscripto varón y jugaba con las mujeres. «Que lo hagan. No importa. Nosotras jugaremos sin que nos computen puntos, pero siempre con vos» le dijeron. Y esa muestra de afecto le llenó el corazón.
«Mi equipo siempre me re apoyó, nunca me dejaron solo. Cuándo nos avisaron que podrían sacarnos los puntos usando, para protestar, el cambio que tramité en mi documento, eso me molestó mucho. Me sentí mal. No quería perjudicarlos, y no fui a entrenar. Pero me vinieron a buscar a mi casa, para que no deje. Las pibas y el entrenador son lo más grande. Y ahora estoy felíz de volver a jugar» contó Juli.
«A ellos (por la Liga) no les tiene que importar mi cambio. Más adelante capaz que arranque con la hormonización, y busque integrarme con los varones. También, en un futuro, quiero estudiar ingeniería de alimentos. Hoy está bien así. Y agradezco que el ‘Depo Mainqué’ me banque en todas» reconoció, contento.
Su entrenador, Norberto Nilo, también se alegra de conducir ese equipo qué, más allá de lo deportivo, cosecha logros en compañerismo, empatía y afecto.
«Cuándo nos enteramos de esa intención de impugnar los puntos, que es algo que todavía no sucedió, nosotros como equipo nos abocamos a hacer de apoyo y contención. Acá jugamos por diversión, y todos deben sentirse felices. Integramos, no expulsamos. Por eso cuando llegó esa advertencia con más razón pusimos a Julián a jugar. Él volvió a ser el chico contento y activo que siempre fue, y eso nos enorgulleció» recordó el hombre.
La Liga Confluencia, en la que compiten, está integrada por otros 11 clubes, y cada uno de ellos tiene un delegado. Una vez por semana se reúnen, para analizar temas que hacen a la dinámica del campeonato. Allí surgió el planteo de otro equipo. «Con Mainqué ya ganamos el año pasado. Y esta vez venimos con muy buen rendimiento. Impugnar los puntos y sumárselos a los que anunciaron que protestarían dejaría a ese equipo más cerca de ser puntero en la tabla» detalló Norberto.
Finalmente esa intención (que manifestaron hace un mes atrás) no se formalizó, pero el sólo hecho de enunciarla generó desaliento en Mainqué. «De ahí se pasó a la contención. Los que lo dijeron no piensan en el daño que le pueden provocar a un chico. Yo sé lo que es la discriminación y cómo duele porque mi hija, que hoy tiene 36 años, también juega al fútbol, y muchas veces fue señalada por su condición sexual. Las cosas tienen que ser diferentes. No solamente porque planteos como éste ni siquiera tendrían lógica para el reglamento, que sobre esto no dice nada. Sino porque tenemos que pensar en los pibes que estamos formando» aseguró el técnico.
Hoy lo ocurrido con Deportivo Mainqué atravesó las fronteras del pueblo, y es celebrado por muchos colectivos que agrupan a niñeces y adolescencias trans y no binarias y a sus familias, que saben que el cariño es el antídoto para la incomprensión.
«Celebramos esos clubes que albergan, esos equipos que abrazan, esos entrenadores que contienen. Que priorizan el desarrollo grupal con impacto personal a partir del juego y en las disciplinas deportivas. Nuestres pibes y pibas están a salvo cuando hay red de cuidado. Y en estos tiempos de discursos de odio libres, estas historias de vida son un oasis» dijeron desde la asociación civil «Nueva Crianza», que agrupa familias del Alto Valle de Río Negro y de Neuquén.
«Nuestras niñeces y adolescencias merecen siempre crecer libres, plenas, felices y con derechos, como es el lema de nuestra organización. Y es tarea de las familias, de las escuelas, de los espacios de salud, de los clubes deportivos, de las vecinales, de los medios de comunicación y de los Estados garantizar este presente» afirmaron.
«Hay un flagelo del que poco se habla y tiene cifras alarmantes. Es el que surge de la discriminación o la negativa de respetar la identidad de género u orientación sexual. Ese abandono familiar, escolar y social afecta los proyectos de vida. Acompañar y respetar la constitución identitaria de niñeces y adolescencias trans y no binarias es habilitar al ser. Porque cuando esto no se nos permite, nuestra salud mental y física se deteriora» lamentaron.
«Convenciones internacionales y leyes nacionales dan cuenta de este cambio de paradigma: niñeces y adolescentes no son propiedad de nadie. Son sujetos y sujetas de derecho. Su opinión vale, su autonomía progresiva y su pleno desarrollo deben ser tenidos en cuenta. Garantizar el respeto de estas leyes no es sólo validar un derecho: es salvar vidas» Finalizaron, conmovidos.
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