Se hundió un tramo del asfalto y quedó un enorme socavón en una calle céntrica de Bariloche

El desmoronamiento causado por una filtración de aguas subterráneas en la calle Ruiz Moreno dejó una caverna de grandes dimensiones que se tragó el pavimento y obligó a interrumpir el tránsito por un lapso que podría demorar varios meses.

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El secretario de Servicios Públicos, Eduardo Garza, dijo este miércoles que la primera intervención del municipio fue vallar el lugar para evitar accidentes y que ahora comenzarán a estudiar las alternativa de reparación. La expectativa de máxima es rehabilitar el tránsito “antes del invierno”, pero nada es seguro porque solo la fabricación del caño de reemplazo debe ser encargada en Buenos Aires y demoraría no menos de 40 días.

El agujero tiene más de seis metros de largo y una profundidad considerable, en el que cabe una persona de pie. La cuadra de Ruiz Moreno que resultó afectada tiene una fuerte pendiente y está comprendida entre los cruces de O´Connor y Mitre, a unos 150 metros del lago Nahuel Huapi.

Garza explicó que el socavón se produjo por acción de un antiguo pluvial que baja a lo largo de Ruiz Moreno y que en junio del año pasado ya había generado un hundimiento similar que se llevó un tramo de vereda de la Costanera.

Dijo que fue una suerte que ningún vehículo resultara afectado. Recordó que a diario pasan por allí los camiones de recolección de residuos que pesan 20 toneladas, entre otros transportes de carga.

“La red de pluviales tiene muchos sectores en pésimo estado -reconoció-. El caso anterior fue por una alcantarilla de chapa que se pudrió y ahora es el conducto de hormigón, que tiene unos 40 años y que termina afectado por la corrosión”.

Según explicó, el daño ocurre porque “en determinado momento el ducto se rompe, el agua se filtra, corre fuerte por la pendiente y erosiona el terreno hasta provocar el hundimiento”. Dijo que el pavimento en buena medida aguantó, pero quedó “colgado”.

El municipio fue avisado del gran hoyo subterráneo por un grupo de operarios de una obra domiciliaria ubicada a pocos metros, que trabajaban en una conexión de cloacas. El equipo a cargo de Garza se presentó en el lugar el martes a las 17, cuando en la ciudad empezó a llover con intensidad, y colocó vallas de prevención para derivar el tránsito, pero “igual la gente pasaba por el costado”.

Esta mañana de miércoles decidieron romper todo el entorno inestable con una máquina bobcat, para terminar de desprender el pavimento afectado y desalentar a los audaces que pasaban igual.

Ahora los profesionales de Obras por Contrato tienen a su cargo el estudio de la situación y la elaboración del proyecto de reparación. Los trabajos de los técnicos probablemente demanden “introducir cámaras” en el pluvial para revisar su estado en los tramos anterior y posterior a la rotura, a fin de garantizar una reparación duradera.

Según Garza, el trabajo a realizar “es muy complejo” y el costo va a ser “alto”, aunque no arriesgó cifras. Dijo que lo mejor será colocar un caño plástico de alta densidad. El calibre requerido es de 1.400 milímetros y después de evaluar qué tramo necesita reemplazo (que podría ser toda la cuadra) el municipio debe mandarlo a fabricar a medida. Según el funcionario, ese trabajo demora no menos de 40 días, aunque se deben agregar también “los tiempos burocráticos de la administración”.

Con las obras previas y posteriores, la calle podría permanecer cerrada cerca no menos de tres meses. Mientras tanto, el tránsito que solía usar esa cuadra no tiene otra alternativa que desviar por Vicealmirante O´Connor, Sarmiento y Diagonal Capraro.